Aguas del Norte reconoció que la provisión de agua en la capital es preocupante, con cerca de la mitad de usuarios con algún tipo de problemas. Desde el Ente Regulador también se advirtió sobre la situación, mientras que la Municipalidad registró reclamos de más de 70 barrios. En un somero recorrido, este matutino pudo advertir que la situación afecta el día a día de barrios de la zona sur y la zona sudeste, que buscan de diferentes formas encontrar una solución a su alcance.
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Aguas del Norte reconoció que la provisión de agua en la capital es preocupante, con cerca de la mitad de usuarios con algún tipo de problemas. Desde el Ente Regulador también se advirtió sobre la situación, mientras que la Municipalidad registró reclamos de más de 70 barrios. En un somero recorrido, este matutino pudo advertir que la situación afecta el día a día de barrios de la zona sur y la zona sudeste, que buscan de diferentes formas encontrar una solución a su alcance.
Vecinas de Limache aseguran que tienen problemas desde hace un año, pero la situación comenzó a sentirse más en las últimas semanas. Gloria, una residente de la etapa 5, aseguró que la presión es tan baja que hay que estar atentos a ver en qué momento se ponen a funcionar los lavarropas para evitar que se fundan, mientras que en otros casos no llegan a encenderse los calefones. "Tenemos que estar calentando agua con jarritas, como en la época de Matusalén. Es injusto, y figura como barrio residencial, es incongruente, pero a la factura la pagamos todos los meses", advirtió. La jubilada indicó que hizo los planteos en Aguas del Norte y algunos vecinos ante el Ente Regulador, pero no dan solución a los reclamos.
Gloria puede llenar su tanque gracias a que tiene bomba, en tanto, los que tienen tanque a baja altura pueden llegar a completarlo durante la noche, cuando aumenta la presión, no así quienes tienen tanque a una altura considerable. Los vecinos del tradicional barrio de la zona sur destacaron además que el único problema no es la baja presión, sino también la calidad del agua, por lo que deben comprar bidones.
La deficiencia no llega solo a las casas sino también a algunas instituciones, como en la escuela local Legado General Belgrano N°4.700. Cornelia Flores tiene su verdulería en la calle Jorge D. Ruiz desde hace 10 años, luego de que su hijo murió se hizo cargo de su nieto y lo envía a la escuela, que queda en diagonal a su negocio. "Venimos sufriendo como hace 4 meses, llamamos a Aguas del Norte y nunca vienen, los chicos no pueden ni entrar al baño a hacer sus necesidades", aseguró. La solución que encontraron las madres y padres fue enviar al alumnado con su respectiva botellita de agua, hasta que el viernes pasado decidieron cortar la calle. "Ayer (por el sábado), vinieron con un camión cisterna y dejaron agua. Desde el año pasado venimos con este problema pero no nos dan ninguna solución", reflexionó Cornelia.
Otro barrio de la zona sur con problemas es El Bosque. Rita Rodríguez, una vecina que vive en el block 7, aseguró que el problema "es de siempre", aunque destacó que se agravó hace un año, cuando se inauguraron los edificios de la parte nueva. "Es fatal, las bombas de los blocks se funden, cuando amenazas con el Ente Regulador por ahí vienen", resaltó. En una de las esquinas de dicha barriada, bajo un árbol, hay un pozo de grandes proporciones con agua estancada que aseguran que dejó abierto Aguas del Norte. "Es un peligro, aquí hay gente no vidente que se puede caer ahí", advirtió una quiosquera, que aseguró que los vecinos le compran agua porque "cortan en horas pico, cuando se tienen que ir a trabajar, entre las 7 y las 8".
En otro barrio en el que se compra agua es en Sanidad, desde donde aseguran que antes cortaban "de vez en cuando" y ahora, en los días de calor, es casi diario, desde la mañana hasta la noche. "Cuando llegamos al barrio nos enfermamos de gastroenteritis, así que entonces compramos agua", contó un vecino.
La Municipalidad registró también al barrio Justicia, aunque vecinos indicaron que ya se regularizó la situación y que se debió a que roban las llaves de paso, que son de bronce.