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Cuando pase el Mundial todo seguirá complicado

Viernes, 25 de noviembre de 2022 02:57

Sábado, 4 de la tarde, Lusail Iconic Stadium cerquita de la universidad, a metros del enorme edificio de la Fundación de Qatar, todo dentro del complejo de la Education City. Hace menos de 3 años el área que hoy ocupan las principales universidades de Estados Unidos con sede en Doha era desierto solamente. Cuando me tocó estar la última vez en Doha, con la Fundación de Qatar, en 2019, el Lusail ya estaba al 80%.

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Sábado, 4 de la tarde, Lusail Iconic Stadium cerquita de la universidad, a metros del enorme edificio de la Fundación de Qatar, todo dentro del complejo de la Education City. Hace menos de 3 años el área que hoy ocupan las principales universidades de Estados Unidos con sede en Doha era desierto solamente. Cuando me tocó estar la última vez en Doha, con la Fundación de Qatar, en 2019, el Lusail ya estaba al 80%.

Con más porcentaje de incertidumbre estará la Argentina viendo si gracias a México o a los designios del buen pie, todavía se puede pensar la realidad al 18 de diciembre. Mientras más partidos dispute el equipo de Messi, y más cercana sea la fecha de concreción del Mundial, menos tendremos que pensar en el día después. Que, claro, dependerá de los resultados. Un día después campeona del mundo es otro tipo de futuro saliendo en primera ronda.

El impacto del resultado sabe a lo fatídicos que son los diciembres en la Argentina, no es poca cosa, y gran parte de la estrategia de los gobiernos es apuntar a la inacción como expectativa de algo más grande, pero a 13.800 kilómetros. Si los humores sociales ya eran precarios antes de la copa del mundo, el resultado de este sábado decisivo puede marcar la aceleración del hartazgo y la desintegración de la variable social respecto a las expectativas de un año sin grandes hitos, y con un posible final desahuciado.

Termine como termine el Mundial de fútbol, la incertidumbre seguirá siendo mayor a las puertas de un año electoral. Por eso, mientras queremos conseguir una estrella más, mejor también no perder la cabeza y preparar el verdadero desafío posdeportivo: el de encauzar al país.

La vida continúa

Primero hay que tener en cuenta que la vida, y la vida política, avanza más allá de las discusiones sobre el VAR.

La candidez del discurso de la vicepresidenta en La Plata ya sirve como plataforma de campaña. Es impresionante la desintegración del Frente de Todos, que hoy es un polvorín. Las claves del discurso son dignas de análisis porque amen de las críticas hacia la figura de la vicepresidenta, su valentía política e inteligencia estratégica no se puede dejar de reconocer. Volver a sentar las diferencias con el Ejecutivo es, hoy, el segundo deporte nacional mientras por primera vez -y tarde- la vicepresidenta mencionó la seguridad como un tema estructural de la Argentina de hoy.

Los episodios que se registran con más frecuencia en Salta, en Rosario, en la Triple Frontera y en la provincia de Buenos Aires preocupa por el volumen de violencia y la inacción de las fuerzas de la seguridad. El paradigma de seguridad para la tribu de la vicepresidenta puede sentar las bases para un debate democrático y de altura durante las elecciones. Ahora, si el intento es caer la banalidad de la ley o el tipo de opresión del delito por parte de las fuerzas de seguridad, entonces estaríamos reeditando la Argentina del 2005, que no funciono. Levantar el tema de seguridad es clave para un electorado que siente, ve y es víctima de un deterioro de las variables, pero que, al mismo tiempo, es rehén de una imagen cuasi telenovelesca de la realidad. El balance, y por eso el discurso es importante, es determinar bases para una seguridad personal y comunitaria que englobe desde la ley hasta la educación primaria. En este contexto, el punto de partida para las elecciones lo dio la vicepresidenta. Y aunque estemos en modo Mundial de fútbol, el hecho es relevante porque amerita una respuesta de los otros bandos oficiales y de la oposición. Más allá de que sean desapercibidos en público mientras aprendemos palabras en árabe, los esquemas de poder ya salieron a la cancha. Esperamos ver en los próximos días los movimientos propios de candidaturas, aparatos y armados electorales. Ya lo estamos viendo en Salta con la híperacción de un gobernador que sabe que su reelección ya no esta tan asegurada después de la catástrofe de los incendios en toda la provincia y la chatura general de la gestión en materia de educación, salud, seguridad, economía y turismo.

El frente externo

En un importante segundo plano tenemos que prestar atención al frente externo. Cuando pase el Mundial nos habremos dado cuenta de que hay un nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, un nuevo jefe del FMI para con la Argentina, una China rebalanceando su estrategia geopolítica, una fase "helada" de la guerra en Ucrania y un festival de tasas de interés globales. Cada punto es estratégico para el país, con o sin copa del mundo en la vitrina. Llamará la atención que aun con un Lula triunfante en Brasil, un Boric altanero en Chile, un Petro negociando de nuevo con elementos guerrilleros en Colombia y López Obrador en México militarizando las calles, la Argentina no tiene una alianza de izquierdas casi reeditable al periodo 2004-2011. El presidente y su canciller tienen la estrategia de negociación personalista que depende de los humores de cada mandatario que de una visión integrada de cómo relanzar el Cono Sur como frente geopolítico. La capacidad de tender puentes para presentar una candidatura única al Banco Interamericano de Desarrollo explotó por los aires por motivos exclusivos a la falta de una agenda común en la región y a las realidades políticas internas de cada país. Dicho de otra manera, para poner en un segundo plano la política nacional, la estrategia regional debe ser tal que no haya dudas de la utilidad de esa unión. Lula lo pensó dos veces y prefirió seguir apoyando al candidato de Bolsonaro -su archienemigo- que aceptar la propuesta de un candidato unificado por Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Después de la escandalosa destitución del estadounidense - cubano Mauricio Claver-Carone por violar el código ético de la institución al entrar en una relación sentimental con una subordinada, Ian Goldfajn será presidente del BID. Goldfajn no es ningún extraño para la Argentina. Hasta hace días era la persona que llevaba el caso argentino ante en FMI y, como exbanquero central de Brasil, conoce muy bien las dinámicas financieras y productivas del país. Que Goldfajn llegue al BID es, en parte, por que Lula no quiso confrontar con Bolsonaro y, de paso, mandar un mensaje claro al mercado acerca de la continuidad en ciertos aspectos. Un dato no menor para la Argentina que se avecina.

Un mundo áspero

En este contexto, cabe remarcar que China -con un presidente Xi vitalicio- encaró la cumbre del G-20 para reparar relaciones con Estados Unidos, Alemania, Francia y el bloque mixto de economías emergentes como Argentina. La guerra de Ucrania y el resultado negativo de una Rusia directamente dejada de lado, logró que China acordara con Estados Unidos a último momento en la Cumbre del Clima en Egipto, y denuncie como irreparable el daño de armas nucleares en cualquier conflicto. Al mismo tiempo, las líneas de diálogo con la Argentina pasaron de una discusión de un swap de reservas a como incrementar el comercio hacia el gigante asiático. Hoy el déficit comercial con China es de casi 8.000 millones de dólares. La Argentina no puede darse el lujo de mantener sus cuentas en déficit continuo. Por eso el frente energético con la guerra de Ucrania es importante. Por una cuestión climática, la guerra entrará en una etapa "helada", tiempo de reagrupar ejércitos, logística y armamento. Estamos muy lejos de lograr una paz concreta, pero si, quizás, de un alto al fuego parcial.

La presión energética y el pos - COVID igualmente arrastrarán a las mayores economías del mundo a una recesión con inflación alta. Y esto es un cocktail demoledor por la suba de intereses en Estados Unidos y Europa, haciendo a la Argentina menos competitiva. Cuando el mundo no crece, la Argentina tampoco. Por eso, amén del fútbol, el VAR y si se debe o no tomar cerveza en un país musulmán, hay demasiado que considerar y preocuparse cuando pase el Mundial. Claro, en lo posible, desde el 19 de diciembre.

* Co-director Droit Consultores

 

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