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Recordaron la obra del padre Chifri, el "Angel de los cerros"

El pasado miércoles se cumplieron 11 años de su fallecimiento, pero su obra sigue vigente en la Quebrada del Toro.
Viernes, 25 de noviembre de 2022 02:57

En las 27 comunidades de la Quebrada del Toro, especialmente de Alfarcito, todos los salteños tienen presente la imagen y la obra del padre Sigfrido Moroder, "Chifri", como lo llamaban cariñosamente. El pasado miércoles 23 de noviembre se cumplieron 11 años de su fallecimiento y el silencio se hizo sentir en los cerros.

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En las 27 comunidades de la Quebrada del Toro, especialmente de Alfarcito, todos los salteños tienen presente la imagen y la obra del padre Sigfrido Moroder, "Chifri", como lo llamaban cariñosamente. El pasado miércoles 23 de noviembre se cumplieron 11 años de su fallecimiento y el silencio se hizo sentir en los cerros.

Su trabajo en las poblaciones más aisladas y necesitadas de la cadena montañosa del departamento Rosario de Lerma es monumental, no solo por la infraestructura educativa y de formación en oficios que levantó allí, sino también porque pudo poner en valor la cultura local y grabar a fuego en el corazón de la gente el deseo y la esperanza de crecer y de progresar en su propia tierra.

La Fundación Alfarcito recordó la partida Chifri, quien fue enviado a la Quebrada del Toro en el año 1999. Su esfuerzo fue promover la economía de las comunidades de esa extensa y aislada zona.

Para poder conocer detalladamente cada rincón de los valles y quebradas se adentró por cada camino y senda, descubriendo comunidades que vivían aisladas y alejadas de los centros urbanos. En ellas encontró capacidades y potencialidades que buscó desarrollar, respetando siempre sus usos y costumbres.

Su personalidad simple y franca le permitió ganarse el corazón de las personas. Llegaba con su poncho y su guitarra, cantándoles las coplas de los pueblos andinos, para enseñarles a alabar a Jesús y a la Virgen María. Poco a poco se metió en sus corazones donde continúa vivo su recuerdo.

En el mes de octubre del año 2004 sufrió un accidente, practicando parapente. Una ráfaga de viento lo lanzó hacia unas rocas, causándole serias lesiones en la médula que le impidieron caminar, debiéndose movilizar en silla de ruedas.

Lejos de abatirse, su fe en Dios y su amor por los más necesitados lo llevaron a sobreponerse y continuar con su obra evangelizadora.

Las enseñanzas de Chifri perduran. Él sembró una semilla que da más y mejores frutos cada año. "Gracias Chifri por tantas huellas que dejaste, gracias a Dios que mandó un ángel a esta zona", recordaron desde la fundación que creó.

Distribuyó material de catequesis en 81 establecimientos escolares de Campo Quijano, Guachipas, Moldes y La Viña. Construyó un comedor comunitario para 170 chicos en Rosario de Lerma. Organizó la primera Fiesta y Feria de la Papa Andina en Alfarcito (año 2011) a fin de promover más la economía de los productores de la zona. Estas fueron solo algunas de sus obras en su corta pero prolífica vida.

Una historia muy particular entre tantas anécdotas

Todas las comunidades de los cerros tienen muchos recuerdos e historias para no olvidar a Chifri, pero se recuerda una en particular en el paraje de Cerro Negro de Tejada. En aquellos años se podía llegar caminando o a caballo y Chifri, que ya se había accidentado, solo se podía movilizar con su cuatriciclo al que llamaba "El Burro Rojo". Las familias se reunieron y durante varias semanas trabajaron para hacer una senda por donde Chifri pudiera llegar. Así lo hizo y pasó varios días con ellos. Cuenta el director de la escuela, Carlos Vargas, que los hacía pasear a los pequeños en su cuatri, jugaba con ellos. "Parecía un niño más", aseguró.

Con esa actividad y energía direccionada a comunidades de los cerros, Chifri hizo posible la organización durante tres años consecutivos de la "Expo Cerro", permitiendo mostrar las artesanías de la gente del lugar.

Se comunicó con las escuelas de los cerros por medio de un equipo de radio que le permitía saber las cosas que necesitaban para enviárselas lo más pronto posible. Después de su accidente celebró la primera misa en la capilla de El Rosal, a 3.200 msnm. Chifri puso mucho esfuerzo para su construcción. Luego de mucho trabajo y sacrificio la bendijo y la llamó Capilla Santa Teresita.

La firme continuidad de su legado

Con los amigos de Salta, San Lorenzo, Rosario de Lerma y Campo Quijano organizó la Fundación Alfarcito bajo el lema "Nos une el anhelo de hacer el bien". Con ella llevó adelante su obra. Organizó el Centro de Artesanos en Alfarcito para permitir que tuvieran un lugar donde poder vender sus artesanías, recibir talleres que los capaciten en nuevas técnicas y los asesoren en las ventas. Le interesaba mucho la educación y capacitación de los jóvenes, por lo que construyó el colegio secundario albergue de montaña Alfarcito.

Es de imaginar que Chifri se sentirá tan feliz y orgulloso que sus amigos siguen su huella, fortaleciendo los brazos de común unión y trabajo con las comunidades a través de la fundación.

 

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