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"Hay pacientes de 20 o 30 años internados con ACV que son fumadores, obesos o tienen colesterol alto"

Entrevista a Gabriela Orzuza, jefa de la Unidad de ACV del hospital San Bernardo. 
Martes, 08 de noviembre de 2022 22:06

La instructora de residentes y jefa de la flamante Unidad de ACV del hospital San Bernardo, Gabriela Orzuza, dialogó con El Tribuno sobre la importancia de estar atentos y controlar los factores de riesgo del ACV como hipertensión, diabetes y colesterol alto, entre otros, que se dan incluso en personas jóvenes.

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La instructora de residentes y jefa de la flamante Unidad de ACV del hospital San Bernardo, Gabriela Orzuza, dialogó con El Tribuno sobre la importancia de estar atentos y controlar los factores de riesgo del ACV como hipertensión, diabetes y colesterol alto, entre otros, que se dan incluso en personas jóvenes.

La médica neuróloga (MP N° 5406) también habló sobre las actividades que hicieron desde el centro sanitario, en el marco del Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), para concientizar a la comunidad sobre las formas de prevención y los síntomas de la enfermedad, para que cualquier persona pueda detectar a alguien que sufre un ACV y pida ayuda de manera inmediata.

¿Cuáles son los síntomas del ACV?

Es muy importante que la gente pueda reconocer los síntomas del ACV. Hoy quizás se conocen un poco más, pero hace años nos costaba mucho que consulten rápido porque los signos del ACV no son dolorosos.

Los síntomas característicos son, por ejemplo, que la persona no pueda mover la mitad del cuerpo o que se le paralice. Quizás no es severo y quizás no puede mover un poquito o no lo puede sentir bien. A veces, hay pacientes que empiezan con problemas para hablar, para caminar, con el equilibrio... Otros tienen problemas por ejemplo, con la vista y no ven con uno o con los dos ojos. Solo eso puede ser un síntoma del ACV y el paciente está totalmente lúcido. A veces dicen: "Me voy a acostar o voy a esperar que se me pase" y ahí perdemos la oportunidad de tratar a los pacientes.

Nosotros tenemos una ventana de tres horas y, en algunos casos, hasta cuatro horas y media, para pasarles la medicación que disuelve el coágulo en el cerebro y evitar que queden con discapacidad permanente. Es fundamental que lo detecten y consulten rápidamente.

Dentro de la campaña de promoción, tenemos la palabra "habraso": es una pequeña escalita que con simple reconocimiento de tres síntomas las personas tienen una capacidad de alta detección del ACV. La primera sílaba es "ha", de habla: si la persona tiene un trastorno para hablar, puede tener un ACV; luego, "bra", de brazos, le pedimos al paciente que levante los dos brazos y, si tiene un ACV, puede ser que uno de los brazos no lo levante bien o no lo pueda hacer; "so", de sonrisa: le pedimos al paciente que sonría; si vemos que tiene una asimetría en la sonrisa, está como torcida, eso puede significar que tiene un ACV.

Si aparece cualquiera de estos tres síntomas de "habraso", debemos pensar que es un ACV y consultar urgentemente llamando al 911 para que sean trasladados a centros especializados en ACV. Ante la presencia de cualquier síntoma, es preferible consultar de más y no de menos. Que no que se queden en la casa porque después las secuelas son irreversibles. De hecho, el ACV es la primera causa de discapacidad y la cuarta causa de muerte a nivel mundial.

¿Cómo es la incidencia del ACV?

Se cree que en la Argentina hay 76 casos cada 100 mil habitantes. Según el último trabajo, se dice que cada 9 segundos se produce un ACV a nivel mundial.

En el hospital San Bernardo vemos alrededor de 250 ACV isquémicos por año. Hay dos tipos de ACV: el isquémico, cuando se obstruye una arteria en el cerebro, y el hemorrágico, cuando se rompe una arteria. Las dos enfermedades son clínicamente similares y los síntomas no se pueden distinguir entre sí. En el mundo siempre se habla de que es un 15 por ciento de hemorrágico y el 85 por ciento, isquémico. Como el San Bernardo es el único que tiene equipo de neurocirugía a nivel provincial, se derivan muchos ACV hemorrágicos del interior. Algunos ACV isquémicos quedan en el interior; entonces, tenemos la proporción un poquito desfasada.

¿Cuáles son los factores de riesgo del ACV?

El 80 por ciento de los ACV isquémicos se producen en pacientes con hipertensión. Entonces, es muy importante que la gente sepa si es hipertensa o no. A veces, recién se enteran cuando tienen una enfermedad como el ACV o infarto cardíaco. Hay que controlarse periódicamente la presión y lo ideal es que no esté por arriba de 120/80. Ese sería el límite máximo. Hay gente que dice: "Yo tengo 13" o "Yo tengo 14; eso es normal para mí". La realidad es que eso no es normal. Eso hay que corregirlo y controlarlo con sus médicos. Otro problema que vemos seguido es que hay pacientes que son hipertensos, tienen indicada la medicación y no la toman porque se sienten bien, piensan que no es necesario.

La otra enfermedad que produce ACV es la diabetes, que tampoco da síntomas hasta que es muy tarde. Entonces cada tanto, periódicamente, hay que hacerse los controles de glucemia para ver que la persona no esté haciendo una prediabetes o una diabetes. Con tratamiento, estos pacientes pueden andar muy bien y evitar enfermedades relacionadas.

El colesterol alto viene a consecuencias de malos hábitos en general: falta de actividad física, obesidad, sedentarismo y mala alimentación van de la mano. Se dice que las personas deberíamos hacer actividad física por lo menos tres veces por semana 40 minutos y mantener un peso saludable. En cuanto a la alimentación, tenemos una gran falencia como comunidad en general, porque no tenemos el hábito de incorporar mucha fruta y verdura. Se dice que lo recomendable es incorporar la dieta mediterránea, que es rica en aceite de oliva, pescados y frutos secos; y que tengamos por lo menos siete porciones entre frutas y verduras, al día.

En Salta tenemos una alta incidencia de pacientes con chagas. Hay mucho paciente infectado y eso también trae como consecuencia un ACV porque dilata las cavidades del corazón, genera coágulos, esos se desprenden y generan obstrucciones en las arterias del cerebro. En un estudio que hicimos hace unos años, cerca del 30% de los pacientes que se internaban con un ACV tenían chagas y la mayoría no lo sabía. El año pasado esa incidencia bajó a un 15por cinto, pero también tenemos más cantidad de ACV. Entonces, pienso que eso no significa que haya menos chagásicos, sino que hay más de los otros pacientes que tienen ACV por hipertensión, por diabetes... La detección de chagas en nuestro medio es muy importante, porque hay mucha gente que no lo sabe y quizás con medicamentos y tratamientos cardiológicos evitamos llegar al ACV.

¿El aumento en la cantidad de pacientes con ACV es una cuestión social?

Sí, yo creo que tiene que ver directamente con los malos hábitos: no hacemos gimnasia, hay muchas horas de trabajo, se camina menos, se come mal y esto va de la mano con las situaciones de estrés... Si bien científicamente no se ha demostrado que el estrés directamente genere un ACV, una persona muy nerviosa, por ejemplo, puede tener una crisis hipertensiva y, en consecuencia, puede tener un ACV. Lo anímico siempre suma a que se manifiesten las enfermedades físicas. Vivimos en una sociedad muy colapsada y estresada y eso genera, sin dudas, mayores causas de enfermedad.

¿Es mayor la incidencia de ACV en mujeres o en varones? ¿En qué edades se da más?

En varones es más frecuente pero, como después de los 80 años quedamos más mujeres que varones, por una cuestión de mortalidad, empieza a aumentar la incidencia en mujeres y se iguala a la de los varones.

Hay casos en personas jóvenes. Antes eran de más de 60 años y vemos que ahora la curva se está acercando a las primeras décadas. Hay pacientes internados de 20 o 30 años con ACV, que son fumadores, obesos o tienen colesterol alto. Los factores de riesgo hacen que más jóvenes puedan tener un ACV.

¿Qué actividades hicieron por el día del ACV?

Realizamos diferentes actividades, con diferentes estrategias. Sabemos que el ACV se puede prevenir, entonces para nosotros es muy importante capacitar a la población en cuanto a control de factores de riesgo. Este año nos enfocamos junto con el equipo de enfermería en trabajar en los llamados "Ocho pasos para prevenir un ACV" que promociona la Organización Americana del Corazón: control de presión arterial, control de peso, actividad física, control de glucemia para detectar si hay una diabetes, control de colesterol, dieta saludable, dejar el cigarrillo y una buena calidad y cantidad de sueño. Antes no se le daba mucha importancia al sueño y hoy se sabe que esto impacta en la calidad cardiovascular.

Hicimos estands en el hospital adonde toda la comunidad se podía acercar para controlarse la presión, tomarse la glucemia... Muchas personas no saben que son hipertensas o que son diabéticas, solo porque no se controlan y quizás tienen síntomas cuando ya es muy tarde; entonces, la prevención es fundamental. Se aprovechó la oportunidad para enseñarles a las personas interesadas cómo prevenir el ACV. Hicimos charlas a la comunidad que se transmitieron en vivo, en las que participó mucha gente interesada. Este año se organizó en el hospital la Unidad de ACV, donde tenemos camas destinadas exclusivamente para pacientes con esta enfermedad.

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