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El VAR, el off side y la Justicia

Viernes, 02 de diciembre de 2022 02:32

Las leyes pueden conducir a una situación de injusticia, cuando su aplicación mecánica no está iluminada por la exigencia de la racionalidad, que en lenguaje cotidiano o coloquial, llamamos el sentido común. Vale decir que la resolución que se adopte, por aplicación de la norma, debe coincidir con el objetivo perseguido por ella, como también es preciso que esté en correspondencia armónica con la razón. En algunas ocasiones, la mera aplicación de la ley no garantiza el "resultado justicia", que es requisito vital en la obtención del fruto, que es la vigencia de la ley.

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Las leyes pueden conducir a una situación de injusticia, cuando su aplicación mecánica no está iluminada por la exigencia de la racionalidad, que en lenguaje cotidiano o coloquial, llamamos el sentido común. Vale decir que la resolución que se adopte, por aplicación de la norma, debe coincidir con el objetivo perseguido por ella, como también es preciso que esté en correspondencia armónica con la razón. En algunas ocasiones, la mera aplicación de la ley no garantiza el "resultado justicia", que es requisito vital en la obtención del fruto, que es la vigencia de la ley.

Si entonces nos preguntáramos, cuál ha sido el objetivo perseguido por una norma, dentro de los reglamentos que rigen la práctica profesional del fútbol, que impone lo que en el lenguaje de los creadores de ese deporte, se denomina como off side, traducido a nuestro idioma fuera de juego, sin ser un experto en la materia, me atrevo a interpretar que se trata de no favorecer al jugador atacante con una ventaja excepcional, exagerada sobre el defensor, permitiéndole hallarse en una posición en el campo de juego, que le impida a éste, o al menos le dificulte ejecutar un movimiento defensivo eficaz. Sin duda que la posición de un atacante que, al recibir el pase del balón, tenga al defensor a sus espaldas y delante suyo sólo la presencia del arquero, le otorga ese plus extra de ventaja, al dificultarle al defensor enfrentar su avance, lo que podría representar prácticamente inhabilitar o suprimir la acción defensiva.

De modo que si allí se hallara la razón de ser, el objetivo perseguido por esa regla, es preciso analizar si la novedosa normativa impuesta con el uso del mecanismo denominado VAR (Video Assistant Referee), cuyo propósito es evitar al árbitro caer en error en la apreciación de una jugada, llevada al extremo de considerar que, aún una pequeña parte del cuerpo del atacante que se adelante al cuerpo del defensor, como se ha aplicado en el presente torneo mundial, configura realmente el fuera de juego que anula los movimientos realizados por el jugador atacante, a partir de ese minúsculo "adelantamiento".

La pantalla múltiple y la lógica 

Y es en este punto cuando el sentido común, que nos propone someter la norma a esa otra pantalla mucho más antigua, que la naturaleza nos ha proporcionado, que está en nuestro cerebro y es la razón, nos indica que, al menos en principio, es absolutamente irracional que, existiendo una posición paralela del cuerpo de un atacante con el del defensor, con la particularidad de que sólo una pequeña parte física del primero, que puede ser la punta de un pie, el hombro o una parte de la cabeza de ese jugador, sobresalga por delante en la figura que muestra la pantalla del VAR, mediante la participación de numerosos teleobjetivos, pueda ello considerarse como configurado el off side.

Porque ¿cuál sería la explicación que podría darse ante esa posición verificada, para afirmar que se ha producido una ventaja extraordinaria e inapropiada en favor del jugador atacante que le permita gozar de ella, poniendo en evidente desventaja la acción defensiva del adversario? Me atrevo desde ya a afirmar que "ninguna".

Y si ante ese minúsculo adelantamiento corporal, que no concede ventaja o privilegio alguno al atacante, ni califica como hándicap que se cargue al defensor, se anula un gol o quizás dos, como ocurrió en el partido disputado por la selección argentina con la de Arabia Saudita, incluso podrían ser más, me pregunto si no es allí cuando se ha concedido un beneficio exorbitante, ya no al defensor, quien no soportó traba, obstáculo o impedimento alguno que limitara o entorpeciera la acción defensiva, por sobre su mera habilidad, sino al equipo al que pertenece.

Y, en efecto, creo innecesario acudir a los conocimientos de la psicología, de los que carezco, para poder apreciar las consecuencias adversas que en el ánimo de los jugadores así castigados, se producen. Eso que en las canchas, desde las de barrio hasta las de los grandes estadios, se califica como la "baja de la moral", un estado anímico que, por alguna situación sobreviniente durante el partido, deteriora en alto grado la serenidad, el entusiasmo, la confianza, el humor, la entereza. La "actitud", de la que algún comentarista, con marcada frivolidad y ligereza, ha considerado que carecía el plantel argentino, en comparación con el ecuatoriano, enfrentado al nivel de los Países Bajos; todo, sin apreciar cuál fue el hecho que disparó esa repentina especie de adormecimiento, de supuesto desgano, un abatimiento de la voluntad, que hizo de pronto desmoronarse aquellos estados del ánimo que lo habían conducido a dominar ampliamente el juego y convertir tres goles. Y que otro comentarista con interpretación superficial, atribuyó a una especie de falta de tenacidad, de entereza o a una debilidad, por no llamarla cobardía.

El VAR, el off side y la Justicia Cómo no comprender que un equipo y no responde esta reflexión a mi natural apego o preferencia por el conjunto argentino, sino que lo aplico para cualquier plantel- í¿cómo no darse cuenta del abatimiento de los jugadores de un equipo, que en el transcurso de la competencia, durante la cual vinieron desempeñándose con un juego habilidoso, productivo, superando ampliamente al oponente, y convirtiendo tres goles sin soportar ninguno en contra, se encuentran de repente ante la anulación sorpresiva de dos goles, sin que puedan entender el motivo de esa sanción, sin poder penetrar en el intrincado y absurdo razonamiento de quienes han obturado ese trayecto exitoso?! Una reacción imaginable ante una medida tan significativa como lo es la anulación de goles que se gritaron y se consideran válidos, por el argumento ridículo de haber adelantado su pie o su hombro el goleador.

Lo que sufre cada uno de los jugadores de un equipo en tales circunstancias, es un macizo golpe a su temple. Y el temple es una fortaleza, una energía que no reside en los músculos, sino en el interior del individuo, en el dinamismo de su alma, de donde se derrama en serenidad, en optimismo, en entusiasmo, y en valentía para enfrentar las dificultades y los riesgos. Lo que se ha hecho con esa aplicación absurda del off side, es truncar esa corriente de optimismo y la sensación de haber iniciado el difícil camino del triunfo, la apetencia por seguir en él, el humor, que es la agudeza del ánimo que mantiene despierta la "actitud", esa disposición de la voluntad para la acción. Porque truncar es, según la cuarta acepción del diccionario de la Real Academia Española, "quitar a alguien las ilusiones o esperanzas".

Y esa "baja de la moral", de la que cualquier jugador de fútbol aficionado puede dar fe, no limita sus efectos al partido en que se ha producido, sino que se prolonga a los futuros encuentros de la competencia, e incluso se acrecienta cuando perder otro partido pueda significar quedar fuera del torneo.

Definitivamente, el IFAB, organismo encargado de modificar las reglas del juego, debería reconsiderar la aplicación rigurosa de esta regla.

La interpretación irracional de una ley conduce a un grave daño: la injusticia.

 

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