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El femicida de Flores nunca aceptó la separación

En la jornada del miércoles declararon varios testigos, entre ellos una asistente social que realizó un informe del encartado.
Viernes, 09 de diciembre de 2022 02:07

Cinco personas declararon en la audiencia del miércoles último en el marco del femicidio de Graciela Carolina Flores, ocurrido el 31 de diciembre de 2020 en Castañares. Las audiencias se llevan adelante en la Sala IV del Tribunal de Juicio. Mario Dardo Balverdi (49) es el acusado, expareja de la víctima. El lunes seguirán las audiencias, desde las 12, con los últimos testigos y el miércoles comenzarán los alegatos.

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Cinco personas declararon en la audiencia del miércoles último en el marco del femicidio de Graciela Carolina Flores, ocurrido el 31 de diciembre de 2020 en Castañares. Las audiencias se llevan adelante en la Sala IV del Tribunal de Juicio. Mario Dardo Balverdi (49) es el acusado, expareja de la víctima. El lunes seguirán las audiencias, desde las 12, con los últimos testigos y el miércoles comenzarán los alegatos.

El miércoles pasado declaró la licenciada en Servicio Social del Ministerio Público que realizó un informe sobre Balverdi. Sostuvo que -según lo manifestado por el imputado- su noviazgo con Graciela Flores comenzó cuando él tenía 20 años. Se conocían porque eran vecinos. Ella quedó embarazada, se casaron por civil y se fueron a vivir a la casa de sus padres. Después de diez años decidieron mudarse y alquilar una vivienda en la misma zona. En ese momento, ella trabajaba como empleada doméstica y él como albañil.

El imputado le manifestó que, en 2012, su esposa comenzó a estudiar psicopedagogía. Dijo que él estuvo de acuerdo y que se ocupaba del cuidado de sus hijos. Balverdi contó que en 2019 él se quedó sin trabajo y empezó a consumir más bebidas alcohólicas. Por esa situación comenzó a desgastarse la relación de pareja: discutían y Graciela presentó denuncias por violencia de género. Fue entonces cuando uno de sus hijos mayores le pidió que se fuera de la casa.

Balverdi regresó a la casa paterna, donde residía su hermana con la que tuvo problemas. A raíz de esto le pidió que se retirara de la vivienda y él se fue a vivir un tiempo a la casa de unos amigos. Luego regresó al domicilio de sus padres.

Mientras tanto, Graciela Flores ya se había recibido de psicopedagoga y trabajaba en un dispositivo denominado "Las Casitas", dependiente de la Secretaría de Primera Infancia, Niñez y Familia. Ella se hacía cargo de la manutención de la familia.

Balverdi admitió en aquella entrevista que sí lo había afectado la separación y que él pensaba que su expareja salía con otra persona. Le comentó a la profesional de Servicio Social que había tenido una tentativa de suicidio porque se sentía solo y triste. No le mencionó que tenía medidas cautelares a raíz de las denuncias radicadas por la víctima. Reconoció discusiones con su pareja delante de sus hijos, pero no otro tipo de violencia.

La testigo señaló en sus conclusiones que había observado en el imputado una evidente falta de aceptación de su separación, sobre todo a partir del momento en que Graciela Flores comenzó a independizarse. Esto se dio en un contexto de abuso de ingesta de alcohol y situaciones de violencia.

Durante la jornada también declaró una psicóloga del CIF que peritó al imputado. Dijo que se presentó como una persona parca, esquivo a las preguntas. Sobre los rasgos de personalidad sostuvo que Balverdi posee una estructura del yo débil y presenta dependencia afectiva. Es inmaduro y tiene dificultad en el control de sus impulsos y emociones. Posee un alto grado de impulsividad y reacciona emocionalmente de manera desproporcionada. Carece de empatía y su vinculación con la mujer es asimétrica en tanto que él se considera el centro de la relación.

 

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