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Un salteño conoció como “avatar” a una estadounidense: Se casaron y no se conocen

Lauren Nicole Worley (32) y Matías Ortiz (37) coincidieron en el videojuego online “Second Life” en plena pandemia. Después de casi un año de relación a distancia, dieron el “Sí” por videollamada ante un juez del Estado de Utah. Aún no se vieron personalmente.
Domingo, 06 de febrero de 2022 07:58

Cuando se vieron por primera vez, Matías y Lauren no sabían qué aspecto real tenía el otro. Ella en Roanoke (Virginia, Estados Unidos); él en Salta capital, aunque los separaban miles de kilómetros ambos coincidieron en el videojuego online “Second Life”. Fue a principios de 2020 en plena pandemia y, a diferencia de lo que sucedía en la vida real, donde estar en contacto con un otro era sinónimo de peligro, en esa realidad paralela no había que mantener distancia social. Tampoco había que que usar barbijos ni alcohol en gel.

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Cuando se vieron por primera vez, Matías y Lauren no sabían qué aspecto real tenía el otro. Ella en Roanoke (Virginia, Estados Unidos); él en Salta capital, aunque los separaban miles de kilómetros ambos coincidieron en el videojuego online “Second Life”. Fue a principios de 2020 en plena pandemia y, a diferencia de lo que sucedía en la vida real, donde estar en contacto con un otro era sinónimo de peligro, en esa realidad paralela no había que mantener distancia social. Tampoco había que que usar barbijos ni alcohol en gel.

Los primeros intercambios -cuentan en videollamada con Infobae- se dieron en forma de avatares. El dato: como los dos habían elegido una figura femenina, en un comienzo, ella pensó que él era una mujer. La conexión fue a través de la música. Matías, que es DJ y músico, pasaba temas en uno de los boliches del videojuego. Lauren, que disfruta mucho de bailar, quedó fascinada con la playlist y se lo hizo saber a través de un mensaje privado. “Me gusta tu música”, le escribió.

Acostumbrado a recibir ese tipo de comentarios, Matías se limitó a agradecer el cumplido. “Lo tomé como una persona más que le gusta lo que hago. Pero después como que se empezó a involucrar, me empezó a contar cosas más personales y yo también a ella y bueno... así fue que empezó nuestra relación”, dice él.

Del otro lado de la pantalla, aunque no entiende una palabra de español, Lauren lo mira a Matías y sonríe cada vez que él habla. Estilista y colorista, madre de dos adolescentes de 11 y 13, cuando el salteño llegó a su vida ella estaba soltera y sin ánimos de volver a formar pareja. “Después de que mi ex y yo rompimos, hace cinco años, estaba segura de que no quería estar en otra relación y estaba contenta con mi decisión. Estaba sola y feliz criando a mis hijos, por eso esto fue una completa sorpresa”, dice acerca del flechazo.

Matías tampoco venía de buenas experiencias con vínculos anteriores y, según él, “había renunciado al amor por completo”.

100% conectados

A medida que pasaban los días, las charlas por chat comenzaron a ser cada vez más profundas. A veces empezaban a la noche y terminaban al amanecer. No dejaban un tema sin hablar: trabajo, amistades, familia, gustos musicales, cinematográficos y literarios. “Todavía no le conocía ni la voz y sentía que estaba enamorada de él. Me acuerdo que en ese momento pensaba: ‘No me importa si es un viejo, si es gordo o es un chino. Esta persona me está haciendo sentir algo que no esperaba’”, explica Lauren.

Llevar la relación a otro nivel, es decir, dejar de vincularse a través de la plataforma del videojuego, y empezar a comunicarse por WhatsApp o videollamadas demoró un par de semanas. Ninguno de los dos, aseguran, se cuestionó acerca del aspecto del otro. “Nuestra conexión es algo que nunca esperé, así que las expectativas que tengo a nivel físico son inexistentes. Solo pensar que en poder tocar su cara o su mano y besarlo supera cualquier miedo”, dice ella.

Matías, además, hace hincapié en la compañía que se hacen y el sostén mutuo que son el uno para el otro. “Todos los días me levanto y tengo un mensaje larguísimo que ella me deja antes de irse a trabajar. Ahí recapitula lo que hicimos la noche anterior, por ejemplo si miramos juntos una película o una serie, charlamos de algún tema o hicimos algún chiste. Todas esas cosas trascienden ‘lo físico’. No me cuestiono si cuando la vea en persona me va a gustar o no”, afirma él.

“Sí, quiero"

Antes de dar el “Sí, quiero” en el registro civil del Estado de Utah, Lauren y Matías y se casaron en el videojuego donde se conocieron. Fue ella quien se lo propuso a él. El momento quedó registrado a través de una captura de pantalla que ahora comparten con Infobae. En la imagen se ve al avatar de ella (una chica rubia) arrodillada y frente al avatar de él (una chica morocha).

La ceremonia -cuentan- la ofició una amiga de ella, que también conoció en “Second Life”. “En ese momento él me miró y me dijo: ‘Ojalá pudiéramos hacerlo en la vida real’. Y enseguida le dije: ‘¿Y por qué no? ¿Por qué no podemos casarnos de verdad?’. Y al final lo hicimos”, recapitula Lauren.

Materializaron su sueño el 21 de diciembre de 2020. Para esa fecha, Argentina se ilusionaba con la llegada de las primeras vacunas contra el COVID-19. Mientras tanto, la estadounidense y el salteño se declararon su amor frente a juez de paz. En la ceremonia, que fue en inglés, estuvieron presentes familiares y amigos de uno y otro lado. Matías hizo de traductor para los suyos.

Lauren todavía recuerda la reacción de su mamá cuando le dijo que se iba a casar con un argentino que no conocía. “Me miró como diciendo: ‘Creo que estás loca’. Pero después de pensarlo un rato, me dijo: ‘Todo lo que quiero para vos es solo que seas feliz. Si esto te hace feliz, adelante’. Y eso fue todo”.

Al finalizar la ceremonia los novios recibieron aplausos y se “tiraron besos” de una pantalla a la otra. No hubo lluvia de arroz ni pétalos de rosas. Tampoco hubo alianzas. Llegaron unas semanas después de dar el “Sí”. A pesar de la demora, el destino quiso que fuera el mismo día, así que los flamantes novios organizaron una videollamada y se las colocaron juntos.

Desde que se casaron, Matías y Lauren llevan más de un año fantaseando con verse en persona, abrazarse, besarse, tocarse y olerse. El plan, en principio, es que Matías viaje a la ciudad de Roanoke que está en el Estado de Virginia en Estados Unidos pero, por cuestiones económicas y por las restricciones que impuso la pandemia, el salteño no pudo hacerlo aún.

La lista de cosas para hacer juntos, dicen, es “infinita” y, cada día, le van sumando alguna actividad. “Tarde o temprano llegaremos adonde queremos estar. Con lo que tenemos ahora siento que cuando estemos juntos físicamente vamos a ser inseparables”, cierra Lauren.

Fuente Infobae

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