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Advierten por estafas de conocidos por app de citas

Es un problema del que se habla poco, pero que sucede. Piden estar atentos.
Domingo, 13 de marzo de 2022 02:07

Personas que sufrieron estafas por parte de parejas a las que conocieron por redes sociales y expertos en tecnologías advierten que es importante estar atentos cuando se conoce personas por aplicaciones de citas, como Tinder y Grindr.

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Personas que sufrieron estafas por parte de parejas a las que conocieron por redes sociales y expertos en tecnologías advierten que es importante estar atentos cuando se conoce personas por aplicaciones de citas, como Tinder y Grindr.

Advirtieron que es algo bastante frecuente y de lo que poco se habla. Muchas víctimas no se animan a contar lo que les sucedió por vergüenza o porque no terminan de creer que siguen endeudadas por culpa de alguien a quien amaban.

Recomendaron estar atentos, "marcar distancia" y desconfiar de las declaraciones románticas demasiado rápidas. Pidieron no entregar datos personales, como número de celular, fotos e información.

"Era muy carismático. A primera vista, un ángel encantador", contó Nicolás (nombre ficticio) sobre su ex casi marido, a quien conoció por medio de Grindr, una aplicación para personas gays. Le costó tiempo y mucho dolor darse cuenta de que él lo había estafado luego de más de dos años de relación, convivencia incluida.

Reconoció que atravesaba un momento de gran vulnerabilidad emocional cuando lo encontró y que se dejó cautivar por su personalidad: "Él se jactaba de su autonomía, de su independencia económica y de los viajes que había hecho. Todo era muy ideal".

Pocas semanas después el hombre le dijo que estaba enamorado como nunca antes. En un mes se pusieron de novios.

Al parecer, disponía de dinero sin trabajar: decía que eran ahorros y que un amigo le mandaba dinero que le debía. Mientras pasaba el tiempo le decía que necesitaría obra social, un lugar donde vivir y estar seguro, pero adelantaba que en ese momento no era conveniente invertir. Al poco tiempo, se mudó a su hogar.

En un momento le empezó a insistir para casarse y se enfureció cuando él le comentó que cedería a unos familiares una propiedad que tenía a su nombre. "¿Cómo vas a regalar cosas tuyas? No vas a tener bienes cuando te cases", le decía.

El hombre aseguraba que no conseguía trabajo... Mientras tanto, le decía que necesitaba ropa o calzado y que en ese momento no le convenía comprar porque tenía gastos pendientes. Viajaban juntos y no pagaba nada.

Nicolás se alejó de sus amistades y, cuando tenía que encontrarse con alguien, su ex lograba que no fuera. Veía a pocos amigos y familiares, pero nunca lo hacía solo: "Estaba siempre bajo vigilancia".

Por temor a perderlo y pensando en que había algo sincero empezó a poner las cosas que compraba también a su nombre, para que tuviera un "respaldo".

Cuando tenían fecha de casamiento y hablaron sobre la posibilidad de ser padres, de repente el hombre planteó que quería tener nuevas experiencias y que le encantaría un vehículo, que serviría para la pareja. Nicolás decidió adquirirlo y lo puso a nombre de ambos, con el compromiso de que él le devolvería el dinero. Una vez con el vehículo le dijo que no quería nada más con él y se fue.

Al conocer historias como la suya, Nicolás se dio cuenta de que, en general, estas personas tienen un gran atractivo físico y facial, se visten bien, cuidan mucho la estética y son muy activas en redes sociales. Se muestran en viajes, con actividad al aire libre y aparente solvencia económica: “Venden una imagen que no existe”. Buscan más recursos: ropa, zapatos y salidas: “Quieren escalar y obtener mejores ingresos”.

Con algo de perspectiva y terapia, Nicolás empezó a entender muchas cosas. Se dio cuenta de que su ex tenía actitudes muy celosas y controladoras: "Casi no podíamos salir". Mientras tanto, buscaba ampliar los grupos sociales, sobre todo, con profesionales.

Empezó a sospechar de que el dinero que tenía lo obtenía de otras personas y, así, solventaba viajes y trámites.

Aprovechaba los paseos que hacían a San Lorenzo o Tres Cerritos para "captar" gente por esos barrios, ya que las app de citas funcionan con la ubicación de las personas registradas. Inventaba peleas para irse, estar con otros y volvía.

"Tenía muchos contactos en Salta, contactos gay de la más amplia gama", mencionó. Su ex ahora reside en otra provincia y está con alguien que conoció por redes sociales.

"No bajar la guardia"

El director de la ONG Conectados Argentina y experto en ciudadanía digital y tecnologías, Federico Dada, aseguró que este tipo de situaciones son habituales, y reconoció que "las aplicaciones de citas o redes sociales para conocer a alguien pueden ser una trampa".

Señaló que los falsos vínculos amorosos suceden de modo sutil, bajo estrategias de seducción. Mencionó que los estafadores "hablan" varias veces al día, preguntan y están al tanto: "En las redes abrimos las ventanas y las puertas y, después de chatear siete días, se baja la guardia".

Explicó que en las redes sociales "el atractivo físico tiene una plusvalía" y que casi no hay margen para la distancia que se marca con un desconocido en la vida real.

Insistió en que hay que tener cuidado, desconfiar y no proporcionar datos personales.

Lamentó que muchos terminan extorsionados con fotos y videos obtenidos en la relación. .

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