El viernes se dieron a conocer los fundamentos de la inédita sentencia que condenó al primer obispo del país por abuso sexual: Gustavo Zanchetta. En un extenso fallo, los jueces no solo se ocuparon de argumentar legalmente su decisión, sino que además apuntaron contra autoridades eclesiásticas por estar en conocimiento de los abusos a seminaristas y haber resguardado, manipulado y dado a conocer la información luego de asentadas las denuncias penales.
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El viernes se dieron a conocer los fundamentos de la inédita sentencia que condenó al primer obispo del país por abuso sexual: Gustavo Zanchetta. En un extenso fallo, los jueces no solo se ocuparon de argumentar legalmente su decisión, sino que además apuntaron contra autoridades eclesiásticas por estar en conocimiento de los abusos a seminaristas y haber resguardado, manipulado y dado a conocer la información luego de asentadas las denuncias penales.
Los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López y Héctor Fabián Fayos, condenaron hace dos semanas al exobispo de Orán Gustavo Zanchetta, por abuso sexual simple agravado por ser ministro de culto reconocido en perjuicio de dos seminaristas G.G. y M.C. Aunque los jueces advirtieron que las víctimas podrían haber sido más: "Muchos hechos no se denunciaron por temor, por no querer vincularse a esta situación lamentable, vergonzosa y aberrante o simplemente por conveniencia", indicaron en referencia a quienes continúan en el seminario y temen "represalias dentro del clero". De esta manera los magistrados comenzaron a desarrollar en el fallo la complicidad eclesial y el amedrentamiento que advirtieron sobre quienes formaron parte del proceso judicial.
Los jueces indicaron que algunos sacerdotes, los más cercanos a Zanchetta, dieron una declaración "tibia' y que dos de ellos, Carlos Subelza y Martín Alarcón, estaban en conocimiento de los abusos por ser formadores de los seminaristas. Alarcón fue uno de los curas que promovió las denuncias internas que terminaron por destituir a Zanchetta del obispado de Orán para su posterior traslado al Vaticano. En tanto, Subelza, párroco de la catedral, negó saber de los abusos, y la fiscalía pidió actuaciones contra el cura por falso testimonio. "¿Por qué no se denunció antes?", preguntaron los jueces. "Este tipo de situaciones dentro del ámbito eclesial son manejados en absoluta reserva y con discreción. Sabemos también que por lo general las demandas se canalizan en jurisdicción canónica, en las que muchas veces se obstaculiza o demora o estanca la investigación, ya sea a los fines de que no tome estado público o posiblemente para evitar detenciones y juicios en jurisdicción civil", contextualizaron sobre la problemática mundial y la criticada postura de la iglesia.
En cuanto a los archivos del juicio canónico, del cual se desconoce sentencia, los magistrados aseguraron que desde el Tribunal se agotaron las tramitaciones sin respuesta alguna. Lo que finalmente se recibió fue una parte del expediente,103 hojas enviadas por Filippo Iannone, quien sería presidente del Pontificio Consejo para los textos Legislativos de la Santa Sede. A pesar de contar con solo una parte del expediente, los magistrados destacaron que los testimonios escuchados en el fuero judicial, coinciden con los del fuero canónico.
El tribunal ahondó en los abusos eclesiásticos y aseguró que estos casos suponen un "escándalo para la Iglesia", que motivaron pedidos de "disculpas públicas" de parte de la Conferencia Episcopal y del obispo de Orán, Luis Scozzina, quien fue testigo de la causa y negó saber de los abusos. A la declaración de Scozzina y la del obispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, apuntaron los magistrados para asegurar que hubo complicidad eclesial e intentos de manipulación a los seminaristas. "Es más -advierten-, el Tribunal tiene la certeza de que los altos dignatarios que hicieron sus declaraciones por escrito estaban al tanto de estas "incomodidades', como le llaman ellos. Es por ello que todos los sacerdotes que pasaron por Tribunales, manejando la información de los abusos por parte de Zanchetta desde el principio, sumado al hallazgo de imágenes y páginas web con contenido pornográfico que vinculaban directamente al obispo Zanchetta, en un intento de manejar la situación en uno u otro sentido, es que les hacía escribir por escrito diferentes manuscritos a los seminaristas, ya sea para contar lo que habían padecido o manifestar quien los incitaba a escribir y en qué contexto. Todo ello con el solo fin de manejar la información que tenían (sobre los abusos), de acuerdo a sus intereses para operar y darla a conocer en el momento oportuno como se hizo en la causa. Lo que tiene que quedar claro es que no es tema de discusión en la causa porque se usó y se hizo conocer la información sobre los abuso oficialmente en febrero del 2019 con las denuncias penales", aclararon.
Los jueces describieron un "modus operandi" de parte del exobispo "valiéndose de las carencias socioafectivas de las víctimas, ejerciendo abuso de autoridad y poder, infundiendo temor, lograba los ultrajes sexuales", explicaron.
Javier Belda Iniesta, abogado canonista de Zanchetta, continúa en Orán. Iniesta insiste en la teoría del complot de sacerdotes y la inocencia del obispo basándose en los testimonios canónicos. La defensa oficial del obispo emérito, representada por Enzo Gianotti, apelará la sentencia.
"¿Qué necesidad tendrían todos los demás seminaristas de perjudicar o beneficiar al obispo con sus declaraciones, las que fueron coherentes y concordantes en su gran mayoría sobre la manera de relacionarse con el Obispo?", interpeló el Tribunal y destacó que muchos de los seminaristas se alejaron de la Iglesia, e incluso algunos hasta dejaron su ciudad.