Los tartagalenses no olvidarán la imagen que quedó grabada en sus retinas esa mañana del 10 de noviembre del año 2000 cuando la hermana Fanny Barón, en ese momento rectora del Colegio Santa Catalina de Bolonia de Tartagal, con un grupo de mujeres, en medio del caos que era la ciudad cuando cientos de vándalos saqueaban e incendiaban locales comerciales y entidades estatales como la Municipalidad de Tartagal o la sucursal del Banco de la Nación, con la imágen del Santísimo Sacramento entre sus manos caminaba por el centro de la ciudad orando y tratando de disuadir con valentía a quienes arrasaban con todo a su paso. La hermana les rogó que depusieran su actitud en esa fatídica jornada en la que los saqueos pusieron de rodillas a Mosconi y Tartagal.
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Los tartagalenses no olvidarán la imagen que quedó grabada en sus retinas esa mañana del 10 de noviembre del año 2000 cuando la hermana Fanny Barón, en ese momento rectora del Colegio Santa Catalina de Bolonia de Tartagal, con un grupo de mujeres, en medio del caos que era la ciudad cuando cientos de vándalos saqueaban e incendiaban locales comerciales y entidades estatales como la Municipalidad de Tartagal o la sucursal del Banco de la Nación, con la imágen del Santísimo Sacramento entre sus manos caminaba por el centro de la ciudad orando y tratando de disuadir con valentía a quienes arrasaban con todo a su paso. La hermana les rogó que depusieran su actitud en esa fatídica jornada en la que los saqueos pusieron de rodillas a Mosconi y Tartagal.
Tampoco olvidarán a Josefa "Pepa" Romero, una mujer paciente oncológica que a pesar de la difícil prueba que le toca atravesar desde que es una jovencita, y de los días malos que padece por su enfermedad, saca fuerzas para ayudar a otros enfermos de escasos recursos económicos y sin obra social, que deben ir en búsqueda de tratamientos para afrontar el cáncer, a quienes llama sus "compañeros de ruta".
Aquel chico que por problemas personales quien estaba a punto de abandonar su carrera universitaria recordará siempre el apoyo, el consejo, el aliento casi maternal de la licenciad en Psicología Teresita Mercado que lo impulsó a no dejar de lado sus sueños, de cumplir sus objetivos sobreponiéndose a la adversidad y luchando con todas sus fuerzas para obtener ese proyecto personal con el que había soñado.
Los chicos y chicas que por difíciles circunstancias que les tocó enfrentar desde que son niños pequeños, tampoco olvidarán a María López, una jóven cuidadora del hogar de niños Padre Walterio Ansaldi, un verdadero puente de amor entre esos niños y bebés, y quienes en un futuro serán sus papás adoptivos, cuidándolos, amándolos, guiándolos cada día para luego, a pesar de la tristeza que seguro la embarga, dejarlos ir a un nuevo hogar para criarse en familia, como cualquier chico merece crecer.
Los chicos y chicas de las comunidades como Tuyunty, Piquirenda, Yacuy tendrán siempre en sus mejores recuerdos a Estela Bonardy Cazón, una jóven religiosa defensora de los derechos humanos y el respeto por la vida, dedicada de lleno a trabajar junto a los más vulnerables de esas comunidades del norte de la provincia.
Leda Kantor (investigadora de la memoria de las comunidades originarias); Graciela Solá (proteccionista); Noemí Trejo (personal de salud que trabaja junto a las comunidades originarias); Lita Quispe (proteccionista de mascotas); Teresita Trejo (educadora con un sentido evangelizador de niños y jóvenes con capacidades especiales), Rebeca Analía Romero (educadora originaria, creadora de espacios de recuperación para niños en situación de calle afectados por la droga); y Fabiola Soria (promotora del boxeo y creadora de espacios de contención para chicos vulnerables) son las 12 mujeres Tartagalenses que de parte del Rotary "Chaguar" Tartagal, recibieron distinciones por el trabajo comprometido, la tarea inspiradora que realizan con el objetivo de mejorar la vida de otras personas por quienes se desvelan desinteresadamente, contagiando en otros el anhelo de trazar la senda del servicio social y comunitario.
Las eligió la comunidad
Irina Valenzuela, actual presidenta del Rotary Club Tartagal Chaguar precisó la forma en que se gestó la idea de destacar a las 12 mujeres de Tartagal, quienes, en un emotivo acto, recibieron esta distinción que seguramente es una caricia que las alentará a seguir en el camino del servicio, y que bien puede inspirar a otras mujeres a trabajar por el bien de su comunidad, en diversos espacios.
"La iniciativa se gestó con motivo de las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer y pensamos en mujeres que llevan adelante algún trabajo solidario. Pero no queríamos que la elección fuera solamente de quienes integramos este grupo rotario de manera que propusimos que fuera la comunidad la que las eligiera mediante una votación que se realizó por redes sociales. El lema del Rotary este año está referido a cambiar la vida de las personas, por tanto creímos que podíamos apuntar a quienes, con ese trabajo social y comunitario, cambió la vida de quienes por diferentes circunstancias se relacionaron con el trabajo de estas mujeres. Así es que llegamos a estas 12 nominaciones, en un trabajo que hicimos junto a la Municipalidad para destacar a mujeres anónimas de nuestra ciudad y darles ese merecido reconocimiento".
El acto de entrega de las distinciones se realizó el fín de semana, y contó con la presencia de quienes las votaron y que conformaron verdaderas "hinchadas" para sus nominadas y las mujeres destacadas tuvieron esa alegría, de ser reconocidas por una entidad como el Rotary Chaguar, más allá de que seguramente ninguna de ellas realiza su trabajo silencioso con el objetivo de obtener ninguna distinción, sino solamente por el hecho de sentir la satisfacción personal de hacer algo que mejore la calidad de vida de los integrantes de su comunidad. Ejemplos de vida.
Como Fanny Barón, ya no hay
La hermana Fanny Barón es quizás una de las reliquias mejor conservadas de la grey católica. Religiosas de su calidad humana, de su fe profunda, de sus firmes convicciones y de su capacidad de amar, ya no se encuentran. Las nuevas generaciones de sores, que son cada vez menos, ya no militan la cristiandad y el amor por el prójimo como lo ha demostrado a lo largo de toda su vida la hermana Fanny, amada y reconocida por todas las comunidades que tuvieron la fortuna de tenerla como timonera de los colegios guiados por la estrella franciscana de Santa Clara de Asís.
A sus 80 años vive en Rosario de Lerma, donde la congregación de las Clarisas Franciscanas del Santísimo Sacramento tiene una casa y el colegio Santa María del Rosario, al cual la religiosa hizo prosperar desde lo edilicio y desde lo pedagógico mientras fue su representante legal, poniendo siempre su impronta cristiana, su criterio franco y su alegre servicio solidario. Nunca mejor nombrado el reconocimiento para esta “mujer que cambia vidas” para bien. (Corresponsalía Tartagal)