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Advierten que Bolivia no tiene hoy gas suficiente para evitar restricciones y cortes en el NOA

El suministro a industrias y estaciones de GNC también dependerá en el invierno de los despachos energéticos de Brasil y Chile.La imprevisión hundió a los yacimientos gasíferos de Salta y convirtió al Gasoducto NEA en una obra de interconexión ociosa.
Lunes, 11 de abril de 2022 00:37

El pasado jueves el presidente Alberto Fernández y su par boliviano, Luis Arce, anunciaron un acuerdo por los suministros de gas que ingresarían desde Yacuiba a Campo Durán durante el próximo invierno. Lo hicieron luego de cuatro meses de negociaciones empantanadas entre las empresas nacionales Integración Energética Argentina (IEASA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) por hondas diferencias en los precios y volúmenes de la importación, que resulta indispensable para evitar que usinas térmicas, industrias y estaciones de carga de GNC sufran cortes y restricciones durante el invierno en el norte argentino.

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El pasado jueves el presidente Alberto Fernández y su par boliviano, Luis Arce, anunciaron un acuerdo por los suministros de gas que ingresarían desde Yacuiba a Campo Durán durante el próximo invierno. Lo hicieron luego de cuatro meses de negociaciones empantanadas entre las empresas nacionales Integración Energética Argentina (IEASA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) por hondas diferencias en los precios y volúmenes de la importación, que resulta indispensable para evitar que usinas térmicas, industrias y estaciones de carga de GNC sufran cortes y restricciones durante el invierno en el norte argentino.

La declaración conjunta coincidió con un momento en el que Bolivia vio reducida notoriamente su capacidad de producción gasífera por la declinación de sus yacimientos.

"Argentina tiene garantizado, como lo hicimos el año pasado, el suministro de gas", sostuvo Arce. ¿Lo tiene? Las cuentas matemáticas no cierran.

El exministro de Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos, precisó que actualmente el vecino país produce 42,5 millones de metros cúbicos diarios, de los que 20 millones están comprometidos con Brasil y otros 14 millones con el mercado interno boliviano.

O sea que quedaría para Argentina una disponibilidad de tan solo 8,5 millones de metros cúbicos diarios, que hasta junio podrían elevarse a lo sumo a 10,5 millones, si se incorporan los 2 millones que podría aporta un nuevo pozo de desarrollo perforado en el bloque tarijeño Margarita.

¿Cómo llegaría Bolivia a los 14 millones pactados en firme en el acta de entendimiento? "No tengo la más pálida idea, a no ser que tengamos un acuerdo con Petrobras y el mercado brasileño", respondió Ríos, sin vueltas.

Hugo del Granado, exvicepresidente de YPFB y exdirector general del Ministerio de Hidrocarburos y Energía de Bolivia, también consideró necesario "ver en detalle lo que establecerá la sexta adenda al respecto" en medio de tantas dudas.

La sexta adenda al contrato que Enarsa (hoy IEASA) suscribió con YPFB en 2006 aún debe firmarse, pero en el acuerdo, según la declaración conjunta, Bolivia garantizaría a Argentina durante el invierno hasta 14 millones de metros cúbicos diarios de gas. Ese volumen de suministro -el mismo que se había pactado para el invierno de 2021- fue reclamado por IEASA desde el inicio de las negociaciones, pero Bolivia planteó que solo podía ofrecer en firme 9 millones, por la declinación productiva de los yacimientos tarijeños y el riesgo de incumplir con el volumen requerido por Argentina y caer en penalizaciones.

Para evitar cortes y restricciones en el gas de las usinas térmicas, industrias y estaciones de carga de GNC de Salta, Jujuy, Tucumán y

El Gasoducto NEA, la obra de interconexión regional más costosa de los últimos 50 años, hoy es un absurdo florero.

Estero, unos 16 millones de metros cúbicos deberían ingresar diariamente a la planta compresora de Pichanal desde mayo hasta septiembre. No es un dato menor que Fernández y Arce hayan adelantado que la adenda incluiría una expresión que en el norte argentino provoca escozor: “Despachos interrumpibles”.

Quedó claro en el entendimiento que el volumen de las entregas se ampliará solo si repunta la producción de gas de Tarija o si Brasil acepta recibir menos de los 20 millones de metros cúbicos diarios que Bolivia tiene comprometidos con el gigante industrial del Mercosur.

El pasado viernes, el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, intentó en tierras cariocas obtener ese consentimiento del gobierno de Jair Bolsonaro, que solo garantizó que suministrará 2 gigavatios de energía eléctrica a Argentina para que pueda pasar el invierno.

“Objetivo cumplido! El Gobierno brasileño garantizará la seguridad energética argentina enviando electricidad cuando sea necesario entre mayo y septiembre”, escribió en Twitter el embajador Daniel Scioli ¿Ayudará ese aporte de energía eléctrica a evitar que usinas térmicas, industrias y estaciones de GNC sufran restricciones en el gas en Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero? El propio secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, admitió que solo el gas que pueda ingresar desde Yacuiba a Campo Durán y el que pueda llegar desde Mejillones (Chile) a la planta compresora de Pichanal a través del gasoducto Norandino evitarían que centrales térmicas, industrias y estaciones de GNC caigan en restricciones en el norte argentino para garantizar los suministros residenciales durante los días más fríos del año.

La crisis de fondo

Tras el derrumbe de la Convertibilidad, el gobierno de transición de Eduardo Duhalde y luego las sucesivas administraciones kirchneristas mantuvieron congelado durante años el precio del gas en los pozos salteños. Las petroleras que operan las áreas gasíferas del norte salteño no tardaron en reorientar las inversiones en exploración hacia la cuenca Tarijeña, donde también tienen participaciones en yacimientos hidrocarburíferos. Así, en lugar de recibir 2,5 dólares por cada millón de BTU producido en Salta llegaron a facturar desde el otro lado de la frontera hasta cinco veces más por el mismo gas.

De esa forma, los tres yacimientos del departamento San Martín que resumen la producción gasífera completa de Salta y de la cuenca Noroeste cayeron en picada, mientras la producción tarijeña escaló a la par de la creciente dependencia importadora que terminó con los maduros yacimientos de Ramos (Pluspetrol), Aguaragüe (Tecpetrol) y Acambuco (Pan American Energy) desangrados. Por estos días, las citadas áreas del departamento San Martín agonizan, con una producción global de apenas 3,9 millones de metros cúbicos diarios. No quedan ni las sombras de los gigantes con los que Salta producía hace 15 años más de 20 millones de metros cúbicos diarios y era la segunda productora nacional de gas, detrás de Neuquén.

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