Existen establecimientos educativos en los que además de considerarse el trabajo académico para que los alumnos reciban una educación de calidad, se pone el acento en su rol social. El objetivo es transformar las aulas en un lugar de encuentro y de crecimiento, en las que niños, jóvenes y adultos se preparen integralmente para enfrentar los desafíos del mundo moderno.
Este es el caso del Instituto de Idiomas de Salta 7.217, cuyas sedes funcionan en los barrios de la zona sudeste de la ciudad de Salta. Mañana, precisamente, cumplirá 10 años enseñando inglés, francés y portugués, en uno de los sectores más poblados de la capital.
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Existen establecimientos educativos en los que además de considerarse el trabajo académico para que los alumnos reciban una educación de calidad, se pone el acento en su rol social. El objetivo es transformar las aulas en un lugar de encuentro y de crecimiento, en las que niños, jóvenes y adultos se preparen integralmente para enfrentar los desafíos del mundo moderno.
Este es el caso del Instituto de Idiomas de Salta 7.217, cuyas sedes funcionan en los barrios de la zona sudeste de la ciudad de Salta. Mañana, precisamente, cumplirá 10 años enseñando inglés, francés y portugués, en uno de los sectores más poblados de la capital.
La matrícula es sorprendente. En su sede central de Santa Cecilia recibe a 800 alumnos y en la de Bª Solidaridad, 700. Alejandrina Juárez, coordinadora pedagógica de la institución, en diálogo con El Tribuno contó: “En 2012 cuando se abrieron las inscripciones, la respuesta fue inmediata. No teníamos lugar para la cantidad de inscriptos, fue así que tuvimos que abrir dos turnos. La gente se mostraba muy interesada en la propuesta”. Sin embargo, Juárez contó que el desafío se presentó luego en mantener ese interés a lo largo del tiempo. Por ese motivo, en los meses previos al inicio del ciclo lectivo recorrían clubes, iglesias y hablaban con los vecinos promocionando los beneficios de capacitarse en idiomas. Con el tiempo ya no se hizo necesario apelar a estas herramientas, porque desde hace varios años mantiene una matrícula estable que entre ambas sedes alcanza a los 1.500 estudiantes.
“La gente ahora llega por sus propios medios, se entera por el boca a boca y sobre todo entiende de los beneficios de aprender un idioma. También nos ayudó mucho el apoyo de las maestras de séptimo grado, que animan a los padres y a los chicos a aprovechar la posibilidad de capacitarse en la escuela del mismo barrio”, destacó la coordinadora.
Educación gratuita y de calidad
El instituto es estatal y depende de la Subsecretaría de Políticas Socieducativas de la Provincia. En Santa Cecilia funciona en el edificio de la escuela Andrés Chazarreta 436, mientras que la de Solidaridad en la Ara General Belgrano 2 de Mayo, ubicada en Av. Pontussi s/n. En ellas trabajan 22 docentes, cuatro preceptores, nueve ordenanzas y una coordinadora.
En cuanto a la propuesta educativa, la enseñanza de inglés está destina a niños desde los 8 años, jóvenes y adultos. En tanto francés, para alumnos a partir desde los 18 años y portugués para niños y adultos.
No se trata de un profesorado, sino del estudio de idiomas. A lo largo de la capacitación los alumnos suman certificados avalados por el Ministerio de Educación. Rinden cada dos años un examen de nivel. Para los adultos, el ciclo es de 6 años para alcanzar al Nivel B2 y para los adolescentes 7 años.
Un dato importante, durante la pandemia no cesaron las clases ya que se impartieron de manera virtual. “Fue todo un desafío porque no todos contaban con tecnología para hacerlo, pero pusieron el esfuerzo y salieron adelante, compartiendo el celular o la computadora. Los chicos siguieron adelante y hasta se les tomó exámenes”, recordó la directiva.
Ahora, de regreso a la presencialidad en un 100% las familias de la zona manifestaron un marcado interés porque los chicos aprendan un idioma. Desde el instituto se mostraron muy agradecidos con la comunidad.
Nuevos horizontes
“Hace un par de semanas nos vino a saludar Facundo, un joven de Solidaridad, que ingresó de niño al instituto y hoy se encuentra cursando estudios superiores en el Profesorado de Inglés y está próximo a recibirse. Hay varios chicos que siguieron la carrera. Estamos muy orgullosos”, manifestó Alejandrina Juárez a El Tribuno. El estudio de un idioma -explicó- brinda a la persona una mirada más amplia del mundo, le abre puertas, genera nuevas habilidades, desarrolla el intelecto, facilita el ingreso al terciario o a la universidad. “Les da seguridad a los chicos, les demuestra que ellos pueden”, aseguró la coordinadora.
El instituto se afianzó en la comunidad, es parte de ella. Nuclea a la niñez y la juventud, acerca a la familia y brinda nuevas perspectivas. “Tenemos varias actividades comunitarias durante el año. Las celebraciones más importantes son la Feria de Naciones, el Día del Niño y el Día del Estudiante. La respuesta de los vecinos siempre sorprende. Se suman a cada propuesta no solo el alumnado, sino sus padres, abuelos, hermanos, amigos”, concluyó Juárez.
En este ida y vuelta, la barriada también estimula a los docentes a continuar capacitándose, a buscar nuevas herramientas para ofrecer un mejor servicio. Contar en estos tiempos con un instituto gratuito, en el que se brinda educación de excelencia, tiene un valor incalculable, y la comunidad de zona sureste lo sabe, lo valora y lo aprovecha.