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Vive con dos mujeres, no reconoce a sus tres hijos y ahora les cortó la luz

Dos de sus parejas comparten una propiedad. El hombre mantiene a la más joven como rehén, en una pequeña dependencia separada. La trajo de Catamarca hace 17 años, cuando ella tenía solo 15 años.
Lunes, 18 de abril de 2022 00:00

Una joven mujer, nacida en Santa María, en Catamarca, relató ayer a nuestro matutino una cruel historia que tiene su origen en la pobreza rural, de la que quería huir, hace 17 años.

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Una joven mujer, nacida en Santa María, en Catamarca, relató ayer a nuestro matutino una cruel historia que tiene su origen en la pobreza rural, de la que quería huir, hace 17 años.

Fátima Adriana Aráoz (32), narró que en 2005, huyendo del pesado trabajo rural de su familia decidió buscar empleo como personal doméstico con solo 15 años.

Camino a la escuela adonde concurría -en Catamarca- vio la oportunidad en un domicilio particular. Allí fue tomada como empleada por un conocido mago y parapsicólogo que atendía dolencias de la gente de campo. Así relató cómo comenzó su cruel historia.

"Durante los primeros tres días me trató bien, yo era tímida y virgen y no sabía nada de hombres. En la cuarta jornada, en horas de la tarde, comenzó su acoso sentándome en su cama, donde finalmente me abusó. Desde entonces permanecí junto a él, al principio bajo amenaza y poco a poco -reconozco- le fui tomando cariño", dijo textualmente.

"Viví con él unos años en Catamarca, donde trabajaba de mago o parapsicólogo y se hacía llamar "El Profe'. Yo realizaba las cobranzas pendientes porque él estaba allí 15 días y volvía a Salta, y yo le enviaba el dinero. A los 17 años me trajo a esta ciudad. Siempre me dijo que era un hombre solo. Así comenzamos a construir una casa en barrio El Círculo, donde yo me quedaba en una casilla sola a cuidar y a cocinar para los albañiles y para él. Trabajé incluso en la obra. En un año la casa quedó terminada y me mudé allí, también él. En el 2013 me quedé embarazada y nació mi primera hija", narró.

Y siguió: "Entonces me confesó que tenía otra familia que vivía en el centro de la ciudad. Así fue pasando el tiempo y tuve con él dos hijos más, a los que nunca quiso reconocer, ni tampoco alimentar. Todos estos años utilicé los beneficios sociales para criarlos y educarlos".

La mujer dijo que hace un tiempo trajo al barrio El Círculo a su otra familia a vivir en la casa que ella ayudó a construir.

"Entre su esposa y él me arrinconaron a una dependencia pegada a la casa principal. Aguanté todo -por mis hijos-, incluso violencia. Le pedí de mil maneras que me ayudara con los chicos pero fue en vano. No quiere reconocer a sus hijos, no los alimenta, y ahora nos cortó la luz porque -al parecer- desea que me marche a Catamarca, después de 17 años, llevándome a sus tres hijos no reconocidos. Ante tanta maldad, Busqué ayuda e inicié un juicio por filiación y alimentos que no se mueve. Tengo miedo por mí y mis hijos, exijo protección porque temo lo peor", afirmó.

"Hoy, dormimos (con los chicos) alumbrándonos con una vela, desde hace ya dos semanas. No puedo salir por miedo a que les pase algo.Hice siete denuncias por alimentos, filiación y violencia y ya ven, tengo que venir a los medios para que me escuchen", dijo con llanto.

La joven relató que en un momento estuvo estudiando gastronomía, curso que le costeaban sus padres, pero que abandonó cuando la desalojaron de la casa grande y la llevaron a una pequeña dependencia, donde permanece encerrada casi todo el tiempo.

La joven dijo que vive con miedo, esperando siempre que un poco de justicia llegue.

"Yo nunca pude hablar, siempre dependí de él. No me dejaba tener amistades. Tuve que armarme de coraje para ir a las fiscalías a buscar ayuda y a esperar lo que nunca llega.

"Hoy, ya me corrieron de la casa, de mí casa, le dicen bastardos a mis hijos. No lleva alimentos, no ayuda con la crianza y lo peor, me hizo cortar la luz.

Sí, me dejó a mí y a tres de sus hijos a oscuras, con la supuesta intención de que vuelva vencida a la casita de mis padres, tras 17 años de manceba servidumbre. Pido ayuda, quizá éste sea mi último clamor", finalizó.

 

 

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