Dos fiscales pidieron condenar a 15 años de prisión a dos hombres y una mujer acusados del secuestro extorsivo de un taxista de 30 años en la localidad salteña de Salvador Mazza, en diciembre pasado, por quien exigieron un rescate de 28.000 dólares pero que finalmente no cobraron, ya que la víctima logró escapar.
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Dos fiscales pidieron condenar a 15 años de prisión a dos hombres y una mujer acusados del secuestro extorsivo de un taxista de 30 años en la localidad salteña de Salvador Mazza, en diciembre pasado, por quien exigieron un rescate de 28.000 dólares pero que finalmente no cobraron, ya que la víctima logró escapar.
El pedido fue formulado por el fiscal de la Sede Descentralizada de San Ramón de la Nueva Orán, José Luis Bruno, junto a su par Santiago Marquevich, titular de la Unidad Especializada en Secuestros Extorsivos.
Los representantes del Ministerio Público Fiscal pidieron que Claudio Santiago Tárraga, Yamila Jael Gómez y su hermano Néstor Gustavo Gómez sean condenados a 15 años de cárcel como coautores de los delitos de secuestro extorsivo agravado por la cantidad de intervinientes, robo agravado por el empleo de armas de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo tenerse por acreditada y por haber sido cometido en despoblado y en banda.
La víctima del secuestro extorsivo fue un taxista, sobrino de Tárraga.
Los fiscales dieron por probado que el hecho ocurrió en la mañana del 6 de diciembre último, cuando Tárraga y Gómez pasaron a buscar a la víctima por su vivienda de la localidad de Salvador Mazza, en la frontera con Bolivia.
Los tres se dirigieron en un automóvil Renault Clio hasta las inmediaciones de un supermercado ubicado en la ruta nacional 34, en la ciudad de Tartagal, donde se encontraba el hermano de Gómez.
Al circular por la ruta provincial 5, Tárraga y los hermanos Gómez comenzaron a amedrentar al taxista, a quien le ataron las manos.
Luego de continuar por la ruta provincial 13, tomaron un camino de tierra y llegaron a una finca cercana a la localidad jujeña de Palma Sola, donde introdujeron al hombre en una construcción precaria.
Allí el taxista estuvo atado mientras lo amenazaban con un arma de fuego y lo golpeaban, mientras también se encontraban otros dos sospechosos que todavía no fueron identificados.
La propia víctima horas más tarde llamó afligida a sus familiares y le pidió que reunieran 28 mil dólares que debían entregar a las personas que lo tenían cautivo.
Horas después, una hermana del taxista acordó un encuentro en una plaza de la ciudad de Tartagal para la entrega del dinero y, acompañada de su pareja, intentó sin éxito detener a la persona que fue enviada a cobrar el rescate.
Al día siguiente los familiares del taxista radicaron la denuncia por el secuestro y luego de que el caso tuviera repercusión mediática, los captores trasladaron al hombre al monte, donde lo obligaron a recostarse en el piso.