La gastronomía regional se ha consolidado como bandera de los argentinos en el exterior. Para los salteños representa un camino para desarrollar su pasión, profesión, hobby y para muchos un verdadero medio de vida.
Entre los platos típicos, la empanada es la embajadora indiscutible y enorgullece a quienes tienen la oportunidad de darla a conocer en el mundo.
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La gastronomía regional se ha consolidado como bandera de los argentinos en el exterior. Para los salteños representa un camino para desarrollar su pasión, profesión, hobby y para muchos un verdadero medio de vida.
Entre los platos típicos, la empanada es la embajadora indiscutible y enorgullece a quienes tienen la oportunidad de darla a conocer en el mundo.
Miami, Estados Unidos
Rocío Alvarenga, junto a su pareja, Roberto, vive desde hace dos años en Boca Ratón, Miami, donde lleva adelante un proyecto con el que soñó toda la vida: vender empanadas.
En Salta trabajaba en un importante comercio del medio y en forma paralela abrió en 2015 un local de comida regional en calle La Florida. Pero el tiempo escaseaba, por lo que la iniciativa quedó trunca.
“Cuando llegamos a EE.UU. volvimos a ponernos en movimiento y renació nuestro proyecto. Sentimos que era lo que teníamos que hacer y las cosas se van dando para que se cumpla”, explicó Rocío.
En cuanto a los ingredientes para lograr el típico sabor salteño de la empanada, no es un problema que no puedan subsanar. “Prácticamente todas las cosas podemos encontrarlas aquí. Al principio tenía mis temores respecto si el producto saldría como los que hacemos en Argentina, pero finalmente me di cuenta que podía proveerme de las cuestiones esenciales en los mercados latinos”, aseguró la salteña.
La elaboración de empanadas la heredó de su familia. Hizo suya una receta que pasó de generación en generación. “Me crié con mi abuela desde los 3 años. En esa época ella hacía empanadas, locro, humitas, entre otros platos típicos. En aquellos tiempos nació mi pasión por la cocina, que con el tiempo fui desarrollando”, señaló.
Dedica todo su tiempo al emprendimiento y vende sus productos a través de un servicio de catering. Por esas latitutes una docena de empanadas de carne cuesta unos 30 dólares. También las hace de espinaca y queso, choclo y queso, jamón y queso, fugazzeta, caprese y hawaianas. La variedad es amplia, pero la vedete es siempre la salteña.
Alicante, España
En Benidorm, provincia de Alicante, a pocas cuadras del mar Mediterráneo, trabaja Emmanuel Torfe, un cocinero salteño que reúne a los argentinos y españoles en torno a los platos que prepara junto a su pareja, Consuelo, en el bar Buca Chabelas. “Estoy desde hace tres años aquí. Una de las especialidades que más vendemos son las empanadas salteñas. Las hacemos de carne, pollo, espinaca, jamón y queso, y humita. Depende la variedad, cuestan entre 2 y 2,50 euros”.
Torfe contó que hay ingredientes que los recibe directo desde su Salta natal, como el comino, el pimentón dulce, el ají molido y el locoto. “Si bien busco mantener y reproducir las recetas tradicionales, también apunto a incorporarles nuevos sabores, a sumarles una impronta local”, explicó. También prepara tablas de asado y formó el Club de la Milanesa.
“Tenemos muchos clientes argentinos, españoles y por nuestra ubicación vienen muchos lituanos, rusos y ucranianos”, detalló Consuelo.
Zurich, Suiza
El chef salteño Martín Alegre Robaldo vive desde hace tres años en Zurich, Suiza. Allí lleva adelante una empresa llamada “Cocina Argentina - Ruta 40”. En diálogo con El Tribuno, el joven contó: “Comencé ofreciendo comida argentina, pero ahora le agregué platos típicos de diversas regiones de Latinoamérica. El servicio se ofrece en un food truck, ubicado en un restaurante, y en catering. Obviamente, no pueden faltar las tradicionales empanadas salteñas, que a los suizos les gustan mucho”. Eso sí, se consumen como una entrada a la módica suma de 5 dólares cada una.
La profesión y sus sueños llevaron a Martín a recorrer muchos países, desde Bolivia y Perú, hasta México y Miami. Luego cruzó el océano y visitó gran parte de Europa y Asia. A su paso no solo se empapó de la cultura local, sino que se perfeccionó en el arte de la cocina. Sin embargo, asegura haberse enamorado de Suiza.
Pese a haber encontrado su lugar en el mundo, aún no sabe si se afincará definitivamente allí, ya que extraña “demasiado”a su pequeña hija Lupe.
“Soy chef desde 2012. Incluso antes de comenzar mis estudios entré en contacto con el mundo gastronómico, cuando ayudaba como mesero y barman en la industria hotelera. Aproveché para conocer diferentes culturas y visité Italia, España, Grecia, Portugal e Israel. En Barcelona trabajé 6 años y en Turín más de un año. Estuve en República Checa, Hungría, Holanda, Alemania, Inglaterra, Francia y Austria. Y recorrí también Asia ”, relató.
Después de todos sus viajes y experiencias decidió volcarse de llenó a su pasión, la cocina. Estudió y se graduó en Argentina, para luego regresar a Europa, donde reside en la actualidad y prepara, entre otras cosas, las afamadas empanadas salteñas.
Auckland, Nueva Zelanda
En Auckland, Nueva Zelanda, Ronald Plaza da rienda suelta a sus habilidades de chef. A su agitada vida en las cocinas de los restaurantes más reconocidos de la ciudad suma la elaboración de empanadas salteñas en su food truck en las ferias de comidas. “Es lo que más me gusta cocinar. El 9 de julio pasado vendimos 500 empanadas. Las comercializamos a 12 dólares las porciones de 2 unidades (más grandes que las que se hacen en Salta) más chimichurri. Volaron. Fue un verdadero éxito”, contó. Sobre los secretos de la preparación, dijo que las elabora con vacío de muy buena calidad que consigue en una carnicería de unos argentinos. Cocina la carne a la parrilla bien jugosa, luego la deja enfriar, luego la corta con cuchillo para el recado. La masa es también artesanal, que prepara con harinas locales y grasa de cerdo.
La clave, el horno a leña. “Creo que dimos en la tecla. Tuvieron un impacto enorme en las ferias. La buscan mucho los argentinos, que si bien algunos las preparan en sus casas no tienen la oportunidad de hacerlo en horno a leña. Es un producto que también tiene muy buena recepción en la gente local y los extranjeros que se arriman a probar un plato exótico”, relató el chef salteño.
Sobre sus planes a futuro adelantó que venderán el food truck para trasladarse con su familia a vivir a Australia, donde planea abrir un local exclusivo de empanadas. De esta manera, las típicas salteñas continuarán extendiendose por el mundo.
Chamonix, Francia
Hace pocas semanas la noticia sobre el furor de las empanadas salteñas en los Alpes tuvo amplia repercusión en el país. En Chamonix, una comuna francesa ubicada a los pies del Mont Blanc, Emillio Tello montó un estand donde prepara las únicas e inigualables empanadas salteñas. Se trata de un plato desconocido en aquella zona, pero que de a poco va sumando adeptos y comensales.
Los lugareños no la conocen y les sorprende. Cuando bajan de esquiar se acercan al local y les gusta ver que las están fritando en el momento. Como las tapas de empanadas no hay, cuenta el salteño, las preparan él y su socio. Es todo muy artesanal, asegura. En cuanto a la carne, el corte que utilizan y el que tienen disponible es el bife de chorizo. Aspiran a incorporar pronto condimentos de Cachi y ají salteño. La salsita picante es otro de los atractivos que gusta mucho.
Cada empanada en los Alpes franceses cuesta 4,5 euros, con una promoción de tres unidades por 12 euros.
El emprendimiento se denomina “Alpeña (Alpes-peña), experiencia argentina” y funciona los fines de semana al pie de la montaña, mientras que de lunes a viernes se traslada a otra feria llamada Marché aux fleurs, Niza, en plena Costa Azul.
Emilio sueña con expandir la empanada por toda Francia: “Esto es algo que también nos caracteriza a los salteños, somos orgullosos de nuestra tierra y queremos llevarla a donde nos toque vivir”.