Rosario López, de 40 años de edad, necesita con urgencia una vivienda y un baño que esté adaptado al problema de salud que está padeciendo.
inicia sesión o regístrate.
Rosario López, de 40 años de edad, necesita con urgencia una vivienda y un baño que esté adaptado al problema de salud que está padeciendo.
Desde hace cuatro años tiene el esófago totalmente dañado a causa de una bacteria. A raíz de eso, bajó drásticamente de peso, ya que no puede alimentarse si no es con una dieta blanda y líquida, que debería ser especial.
Cabe señalar que está en cama y apenas puede levantarse y caminar, hay días en los que está muy enferma y no tiene fuerzas para cocinar, por lo que pasa hasta tres o cuatro días sin comer.
La mujer vive en el barrio San Martín junto a su hijo de 10 años, en una pieza precaria y tampoco tienen un baño en condiciones.
Por cuestiones de distancia y sobre todo de salud, pide que la vivienda esté cerca del hospital, ya que se descompensa constantemente y no tiene quién la asista. El hijo es un niño que no puede hacerse cargo de su mamá.
"Tengo esta enfermedad porque me entró una bacteria al cuerpo, y esa bacteria me destrozó el cuerpo y el organismo, pero me destrozó más que nada el esófago. Lamentablemente mi esófago ya no tiene solución, me dijeron que puedo vivir más años pero con medicación de por vida", relató a duras penas a El Tribuno Rosario López.
En cuanto a las necesidades primordiales, manifestó: "Necesito urgente una casa o una vivienda en condiciones que esté cerca del hospital para que yo pueda concurrir y me asistan cuando me sienta mal porque muy seguido me descompenso y siento que me voy a morir".
"No todos los días puedo hablar como lo estoy haciendo ahora. Tampoco puedo ir al baño sola, hay días en los que directamente no me puedo levantar de la cama".
"Por las condiciones en las que me encuentro necesito un baño para discapacitados, ya me ha pasado que me he caído muchas veces, por la debilidad que tengo, entre que vivo sola, ni siquiera tengo para mandar a alguien que me compre lo que necesito en el pueblo", relató la debilitada mujer que vive en el barrio San Martín.
Olvidada y deteriorada
Respecto a su alimentación, indicó que "hay veces que paso tres o cuatro días sin comer porque encima no puedo comer ninguna comida con condimentos. Puedo comer carne como ser una hamburguesa o milanesa, pero no tiene que tener nada de grasa, tengo que comer todos los alimentos al horno".
"Ya hace cuatro años que estoy en estas condiciones. Hace poco estuve internada en el hospital de acá y después me derivaron a Salta, recién desde hace un mes que estoy nuevamente en mi casa", recordó.
La mujer también contó que vive junto a su pequeño hijo de 10 años de edad.
"Acá vivo junto a mi hijo, estamos los dos solitos. Él ahora está en la escuela gracias a que se consiguió una trafic para que lo lleve y lo traiga porque yo no puedo hacerlo", expresó.
Sin respuestas
Además, aseguró que varias veces pidió ayuda a Acción Social pero que nunca le dieron una respuesta. Finalmente expresó: "Por favor, necesito una solución urgente porque ya hace cuatro años que estoy en esta situación, necesito que se pongan una mano en el corazón y me den una solución definitiva".
“Que alguien me escuche”
“Me he comunicado un montón de veces con Acción Social de la Municipalidad pero nunca me dieron una respuesta. El año pasado vinieron y me dejaron un palo que es un tirante, pero que es un peligro porque está puesto así nomás y no volvieron nunca más”. Recordó que en aquella ocasión “vinieron porque se quebró un tirante y se me volaron los techos. Tengo terror que mi hijito algún día se levante dormido y se lleve puesto el tirante que me dejaron a medias. La verdad es que es un peligro y, por otro lado, no estoy pidiendo nada que no me corresponda, no estoy pidiendo plata del bolsillo de ningún político porque todo lo que ellos dan, sale del bolsillo nuestro”.
“Uno paga el alumbrado y limpieza y por este barrio no pasa ni el recolector de la basura”, agregó.
Sobre la ayuda ofrecida por el municipio, manifestó: “Me ofrecieron ir a vivir al Asilo de Ancianas, pero yo no voy a un lugar donde no pueda estar con mi hijo”.