La crisis económica que azota a los argentinos, desde antes de la pandemia, se prolonga. Y ante este escenario, la gente busca salidas laborales precarias. Ayer, El Tribuno realizó una recorrida y se nota un aumento de los puestos callejeros de comida: parripollos y puestos de empanadas, lo que más hay.
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La crisis económica que azota a los argentinos, desde antes de la pandemia, se prolonga. Y ante este escenario, la gente busca salidas laborales precarias. Ayer, El Tribuno realizó una recorrida y se nota un aumento de los puestos callejeros de comida: parripollos y puestos de empanadas, lo que más hay.
Muchos abrieron sus emprendimientos de comida porque quedaron sin trabajo, primero fue una salida pero al no encontrar nada, lo mantienen abierto.
Los entrevistados coincidieron que, afortunadamente, con lo que venden pueden subsistir y solventar los gastos diarios, pero que los precios "suben más rápido que las ventas" y notan que cada mes compran menos mercadería o buscan marcas más económicas.
Sobre la avenida Yrigoyen, los hermanos López heredaron la empanadería de su mamá, "Doña Vero". Ellos están allí desde 2003, atienden de lunes a domingo y ofrecen a $600 las empanadas de pollo, carne y queso.
Aseguran que tenían más ventas antes de la pandemia y en los primeros años del 2000. "Por día vendemos alrededor de 20 docenas y los fines de semana vendemos el doble", afirmaron.
Viviana González tiene su puesto de empanadas en la Independencia y Francisco Arias, en donde empezó su emprendimiento durante la pandemia porque se quedó sin trabajo.
Ella atiende de miércoles a domingo y asegura que los fines de semana llega a vender aproximadamente 40 docenas. También notó que en la temporada de invierno y en días fríos se vende mucho más. En lo de Viviana se puede encontrar la docena de empanadas a $600.
Afuera del Centro Cultural Dino Saluzzi, está Liliana Rodríguez, quien vende sus empanadas los fines de semana, a $500 la docena. Hace 5 años que pone su horno y mesa en el mismo lugar y nota que desde hace dos años no para de bajar la demanda. Los sábados y domingos vende alrededor de 20 docenas, lo que para ella es una venta "muy floja".
Parripollos
También se encuentran varias parrillas de pollo en la ciudad. Por ejemplo, Daniel Córdoba, que tiene su parripollo en Independencia y Rondeau, donde trabaja los fines de semana, y los vende a $700 con guarnición. Él calcula que, entre sábado y domingo, vende de 15 a 20 pollos. Cuenta que abril y mayo son los meses "más flojos en venta" y que la gente compra más en invierno.
Otro parrillero es Alejandro, que se ubica en el acceso a ruta 26. Él vende pollo con arroz a $700 y asegura que los fines de semana le va muy bien, vendiendo alrededor de 180 pollos entre sábado y domingo. El fin de semana largo de Semana Santa le dejó buenas ventas, pero aclara que, en comparación con el año pasado, se vendió mucho menos.