La reforma del Consejo de la Magistratura viene complicada. Por un lado por la intensidad de la interna oficialista, que ahora se ha visto apaciguada en el marco de una contienda más importante: la pelea por la composición del órgano encargado de seleccionar y controlar a los jueces. A esto se suma la tensión política con la oposición por la designación de los consejeros, lo que demora el debate del proyecto de reforma en Diputados. Y esto lleva a suponer que no habrá nueva ley en el corto plazo.
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La reforma del Consejo de la Magistratura viene complicada. Por un lado por la intensidad de la interna oficialista, que ahora se ha visto apaciguada en el marco de una contienda más importante: la pelea por la composición del órgano encargado de seleccionar y controlar a los jueces. A esto se suma la tensión política con la oposición por la designación de los consejeros, lo que demora el debate del proyecto de reforma en Diputados. Y esto lleva a suponer que no habrá nueva ley en el corto plazo.
Esta semana la Cámara baja empezará a destrabar el armado de comisiones. En los próximos días se constituirán diez. Pero, no se conformarán ni la de Justicia ni Asuntos Constitucionales; las dos que deben tratar la iniciativa que ya tiene media sanción del Senado.
Esto obedece a que el oficialismo quiere esperar a ver qué pasará con las designaciones de los consejeros nombrados por Sergio Massa y Cristina Kirchner: la diputada radical Roxana Reyes y el senador camporista Martín Doñate. Ambos fueron impugnados, la Justicia aún no resolvió y el presidente del Consejo, el titular de la Corte Horacio Rosatti, tampoco fijó fecha para tomarles juramento. En el medio Germán Martínez, el jefe del bloque del Frente de Todos, informó que esperará que la Justicia resuelva para avanzar con la ley. El legislador había exigido que la Corte les diera 90 días para poder avanzar con la media sanción que falta. Pero no es solo cuestión de tiempo. La la oposición no está dispuesta a avalar el proyecto oficialista que viene del Senado y que prevé un consejo de 17 miembros sin participación de la Corte.
Situación compleja
La situación en Diputados es muy compleja. En esas dos comisiones, consideradas clave para la gobernabilidad, el Frente de Todos está exigiendo un legislador más. La repartija por sistema proporcional hoy les da la misma cantidad de miembros a ellos y a JxC (17 en Asuntos Constitucionales y 15 en Justicia). A esos se suma un diputado más, que le corresponde al Interbloque Federal.
La oposición se niega a ceder. "Es lo que nos corresponde. Y en caso de empate ellos ya tienen el voto doble del presidente de comisión", apuntan.
En Asuntos Constitucionales se espera que continúe al frente el diputado del PJ pampeano, Hernán Pérez Araujo. Mientras tanto, Justicia estaba presidida por el camporista Rodolfo Tailhade, a quien no le confirmaron aún si seguirá.
La dilación, hasta que no esté claro cómo avanzarán con el proyecto de Magistratura, también obedece a una estrategia. En el oficialismo son conscientes de que apenas se abra la Comisión de Asuntos Constitucionales, la oposición empezará a presionar con su agenda que incluye los proyectos de Boleta Única y Ficha Limpia.
Por otra parte, el proyecto de Reforma de la Magistratura no tiene chances de avanzar en Diputados tal como vino del Senado. El texto necesita mayoría absoluta. Es decir, 129 votos afirmativos sobre 257 diputados. El Frente de Todos tiene 118, contando a Massa, que no vota salvo caso de empate.
Pero JxC se niega a apoyar la iniciativa a menos que se incorpore la obligatoriedad de que sea el presidente de la Corte quien lo presida. Mientras, funcionará con su nueva conformación de 20 miembros: 18 de los cuales, incluido Rosatti, ya están activos. Solo faltan los dos representantes del legislativo (Doñate y Reyes) cuya llegada (o no) deberán dirimir la Justicia y el propio Consejo.