Semanas atrás, la familia Hernández había recurrido a la prensa para solicitar ayuda porque les dijeron que tenían que desalojar el lugar donde viven hace más de un año.
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Semanas atrás, la familia Hernández había recurrido a la prensa para solicitar ayuda porque les dijeron que tenían que desalojar el lugar donde viven hace más de un año.
Si bien el terreno es fiscal, un supuesto dueño del predio, quería venderlo. Finalmente intervino el municipio de Rosario de la Frontera y les aseguró que no serán desalojados de allí.
La familia es de muy bajos recursos y vive en un pequeño ranchito junto a sus cuatro hijos menores de edad a la orilla del río, en la zona cercana a Las Leñitas del barrio Ramón Abdala.
Ana, la madre de los niños, también pidió la colaboración de ropa y calzados para sus hijos y afortunadamente la ayuda llegó.
"Le quiero dar las gracias a todas las personas de quienes hemos recibido la ayuda de varias cosas. Nos han enviado mercadería, calzados y ropa para mis hijos", expresó Ana a El Tribuno.
"La verdad es que no tengo palabras para decirle a la gente que muchas gracias, sobre todo gracias por los chicos, porque ahora ya tienen abrigo y calzado para pasar el frío".
Entre otras de las necesidades, la familia no tenía agua potable y para poder juntar unas cuantas botellas tenían que atravesar todo el monte hasta llegar a la urbanización del Abdala. Para bañarse y para lavar la ropa o lo que sea, usan agua del río.
En ese sentido, también llegó la ayuda. "También quiero agradecer al señor Orozco porque me solucionó el problema del agua, ahora ya tengo los tachos para almacenar y el agua me dura más tiempo".
Recordó que "antes teníamos que juntar el agua en las botellas de gaseosa. Con mi marido sacábamos el agua del caño en una vecina de Las Leñitas, para recolectar un poco, teníamos que hacer varios viajes".
La ayuda del municipio
El municipio también se comprometió con la familia Hernández a que no serán desalojados del lugar. "La doctora Eliana Otero (secretaria de Acción Social) me dijo que no me van a desalojar, que me quede tranquila, que de acá nadie nos iba a sacar y que nos iba a gestionar un lote para mi familia".
"La doctora se comprometió a seguir ayudándome y me dio una orden para que fuera a retirar calzados para mis nenes de un negocio del pueblo", agregó.
Otras necesidades
Al vivir a la vera del río, la temperatura es mínima por las noches y los vientos son constantes. Lamentablemente, todavía no tienen colchones, ropa de cama ni frazadas. Para calentarse un poco usan brasas en un tarro de lata.
"Lo que me haría falta son colchas y frazadas porque de noche hace mucho frío, y ahora que se viene el invierno se pone peor", expresó la mamá.
"Para calentarnos, con mi marido juntamos leña y metemos las brasitas en la pieza como para que se mantenga el calor al menos poco".
"Tampoco tenemos cama ni colchones. Solamente tenemos dos colchones que levantamos con mi marido de la calle, los juntamos y dormimos todos juntos".
"Desde el municipio me dijeron que me iban a traer un par de camas y de colchas pero no me dieron una fecha", recordó.
Por otro lado, una vecina del barrio Santa Ana le regaló una cocina que ya no usaba. Lamentablemente no puede darle uso porque no tiene una garrafa y Ana sigue cocinando a leña.
"También quiero agradecer a una vecina que me donó una cocina, pero como no tengo garrafa, todavía no puedo usarla", señaló.
Otros donativos para el día a día
A los menores les falta asistencia alimentaria
La madre de los chicos manifestó que “a cualquiera que me pueda donar un poco de leche le voy a estar muy agradecida. Lamentablemente no siempre tengo para darles a mis hijos. Por ejemplo, ayer no tenían pan y justo tenía lentejas de la mercadería que me habían donado y les hice hervir eso como para que les pase un poco el hambre”.
“Para los chicos necesito leche, harina para hacerles el pan y un poco de avena para mezclarles con la leche. Muchas gracias a todos desde ya”, concluyó.
Para colaborar con la familia Hernández, comunicarse al teléfono: 387-212-3278.