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Después de diez años vuelve la exitosa “La madre que me parió”

Se repondrá en seis funciones hoy, mañana, el 22, 23, 29 y 30 en el Salón Auditórium. El elenco es el original, salvo la protagonista, que será interpretada por Delia Pantaleón. 
Jueves, 07 de abril de 2022 20:06

Después de diez años sin representarse vuelve la exitosa obra de Rafael Monti “La madre que me parió” en seis funciones que se cumplirán el 8, 9, 22, 23, 29 y 30 de este mes, a las 21.30, en el Salón Auditórium (avda. Belgrano 1349).

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Después de diez años sin representarse vuelve la exitosa obra de Rafael Monti “La madre que me parió” en seis funciones que se cumplirán el 8, 9, 22, 23, 29 y 30 de este mes, a las 21.30, en el Salón Auditórium (avda. Belgrano 1349).

De acuerdo con la reseña, “es el caricaturesco retrato de una familia argentina, algo disfuncional y en crisis. Mientras la hija, Vanessa, casquivana y básica, y el hijo Víctor Hugo, vago y con un bebé a cargo, atienden muy torpemente a su padre Vicente, enajenado y víctima del ‘corralito’, la madre, María Argentina -abnegada, enérgica y mal hablada- trata de convencer al novio de la ‘nena’, Pompeyo Moreno Blanco, corrupto funcionario financiero, para que los socorra en su angustia económica. El tío Américo, técnico de televisores y hermano de la madre, también participa, pero sin comprometerse demasiado. A partir del humor grotesco nos reconocemos en una paulatina crisis del lenguaje en lo cultural, moral, social y económicamente. ¿Habrá final feliz?”.

En diálogo con El Tribuno, Monti se refirió al disparador que tuvo hace una década para crear esta obra. Señaló que había querido experimentar a partir de la dramaturgia con el grotesco, del que opinó que es “una estética muy argentina” y al que diferenció del subgénero dramático discepoliano, “al que también amamos”. Puesto a buscar una definición precisa explicó que se trata del grotesco “que marca el humor desde la crisis cultural, social, económica y de valores morales, que vienen trabajando con gran respuesta del público el teatro y el cine nacional como en la emblemática ‘La Nona’ (1977), de Tito Cossa; o “Esperando la carroza” (1962), de Jacobo Lagsner; o la misma ‘Más respeto que soy tu madre’, de Antonio Gasalla, sobre textos de Hernán Casciari, por nombrar solo algunas”.

Si en “Ventana sobre las dictaduras invisibles” Eduardo Galeano señalaba que “la madre abnegada ejerce la dictadura de la servidumbre”, Monti afirmó que la identidad de la que él creó para su ficción se propala desde el nombre. “La madre: ‘María Argentina’ (qué nombre...) es la imagen de esa madre argentina, mezcla de todas las madres: la judía, la tana, etc. y a la que no le queda más remedio que cargar sobre sus espaldas a toda su familia en desgracia. Nuestro matriarcado. Nuestra ‘Pachamama’. Es sobreprotectora, mal hablada y de genio fuerte; pero también es como una gallina con sus pollitos, nostálgica y tierna. Bueno, como fue mi madre y seguramente las madres de la mayoría de nosotros, pero en versión de ‘caricatura’”, detalló. Y acerca de la aseveración de Galeano añadió que en efecto “eso lo hereda justamente de la madre judía: ejerce la culpa y también la traslada y la comparte con toda la familia”.

De hecho, él mismo había interpretado a María Argentina, pero ahora cederá este rol a una actriz. “Esta vuelta le toca personificarla a una gran actriz salteña, capaz de jugar con las dos máscaras del teatro y pasar del drama a la comedia: Delia Pantaleón”, la ponderó. 

El reencuentro de un elenco con una obra después de diez años con certeza es un hecho celebratorio puertas adentro, la posibilidad de enriquecer un personaje construido alguna vez y que se ha fogueado al calor del aliento incontenible del público. “Es casi un reencuentro familiar, después de diez años. Menos Delia Pantaleón, que se suma al reestreno, los demás actores del elenco son los mismos que ya la hicieron hace diez años, cada uno en su personaje, pero esta vez con las ganas y la fuerza de volver con un espectáculo que les es profundamente entrañable y salir a pelearla a la arena, después de dos años de encierro”, compartió Monti.

La crisis permanente

La acción se desarrolla en el marco de la crisis de 2001 y muestra en cada personaje los efectos del aciago 3 de diciembre, cuando el entonces presidente Fernando de la Rúa firmó el decreto, ideado por su ministro de Economía, Domingo Cavallo, para poner restricciones a la extracción de depósitos bancarios en dólares. Ambos impusieron el “corralito” para evitar la caída del sistema financiero, pero desataron una crisis social, política e institucional gravísima, tan marcante que el público se podrá identificar con los personajes. “A la crisis de 2001 la recuerdo con el mismo sinsabor con que la recuerdan todos los argentinos. Pero la obra no se sitúa ‘desde el humor’ solo en la crisis de 2001, sino en este conflicto eterno, que como ‘la deuda’, pareciera ‘eterna’ (y no solo externa) y que venimos cargando como un ‘karma’ de nuestro destino latinoamericano y, sobre todo, argentino”, clarificó Monti. El director, siempre un lector atinado de la realidad, sin dudas pudo ver que si tras dos décadas la herida sigue fresca es porque además en estos últimos tres años el país está atravesando otro período de recesión económica y devaluación del peso, agravado por la pandemia. Por ello, su boca nombra la permanente crisis. Y ¿cómo se hace humor con una época de crisis? ¿Es un reír para no llorar? “El humor argentino viene siendo siempre el mismo, con algunas diferencias, aggiornado por el paso del tiempo, pero siempre critico, irónico, basado en el propio dolor. Nos reímos para no llorar. Por eso, en esta realidad mundial tan apocalíptica, la risa es tan necesaria. Es una cuestión de salud”, expresó.

La entrada general para ver “La madre que me parió” vale $600 y se la puede adquirir en www .audito riumsalta.com. También hay una promoción de dos por $1000, solo en la boletería del Salón, dos horas antes de cada función.

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