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¿Burocracia o iniciativa?

Miércoles, 18 de mayo de 2022 02:19

Desde que el hombre vive en sociedad ha necesitado encontrar los caminos de la convivencia. En la república esa convivencia se sustenta en el pacto social, que faculta al Estado a ejercer las medidas para garantizar la paz social. Y el gobierno está organizado con tres poderes independientes y que se equilibran mutuamente, cuyos roles y operatividad están establecidos en la Constitución.

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Desde que el hombre vive en sociedad ha necesitado encontrar los caminos de la convivencia. En la república esa convivencia se sustenta en el pacto social, que faculta al Estado a ejercer las medidas para garantizar la paz social. Y el gobierno está organizado con tres poderes independientes y que se equilibran mutuamente, cuyos roles y operatividad están establecidos en la Constitución.

El rol de los ejecutivos ha cambiado en el tiempo o se ha adaptado a las condiciones más propicias de cada coyuntura.

Lo cierto es que en el caso de nuestros intendentes, las crisis y emergencias sucesivas los han transformado en administradores - gestores en desmedro de la faceta de estadistas que la organización republicana requiere de ellos. Esta falencia es gravísima en un país en desarrollo que no ha crecido durante doce años consecutivos y sumergido en una crisis que ya lleva más de medio siglo.

Necesitamos dirigentes capaces de cumplir el rol que les cabe, en plenitud y con idoneidad y honradez.

Precisamente esa visión amplia capaz de concebir, planificar y ejecutar el desarrollo social, cultural y económico de su ejido es la gran debilidad de nuestros intendentes, cuyas gestiones, limitadas a lo administrativo han contribuido en parte al crecimiento desmedido de las burocracias y a la estratificación de esta concepción, postergando el rol creativo en lo social, cultural y productivo. De forma que hoy un intendente asume su gestión como meramente administrativa y gestionaria

En un aparato productivo agobiado por las políticas nacionales (impositiva, gremial, tarifaria, insuficiencia de infraestructuras, incertidumbre jurídica, impositiva y financiera, burocracias anquilosadas y empoderadas), no entender la necesidad de poner en marcha a un país, provincia y municipio, partiendo de un desarrollo productivo privado urgente, intenso y robusto, puede significar ignorancia o ideologización; una visión distorsionada en la cual Venezuela sería una panacea y nosotros sus discípulos.

En Metán tenemos la obligación de estudiar el fenómeno a nivel local y obrar en consecuencia en todos los ámbitos pero prioritariamente en el productivo.

¿O acaso alguien está pensando que haciendo lo mismo vamos a obtener resultado distintos?

Es importante en la dinámica de gobierno del municipio no perder de vista que la gestión a nivel provincia o nación es necesaria pero que el rol fundamental es hacer andar su propia fábrica, es decir no convertirse la administración en un elefantiásico, deficitario y burocrático proyecto nacional y provincial, descuidando su rol principal, legítimo e ineludible de construir y gestionar el desarrollo sostenido y sustentable de su propia zona como camino de la generación de puestos de trabajo genuinos..

¿Qué parte no comprenden de una Argentina que en los últimos 80 años ha transitado una decadencia constante traducida hoy en pobreza, analfabetismo, falta de salud y falta de seguridad en el marco de una inflación galopante e incontrolable?

Hay que cambiar; debemos asumir las responsabilidades de ese cambio a riesgo de pagar un precio por ello, pero los plazos se han acabado; desarrollarnos es el único camino que puede conducirnos a una recuperación que será lenta dada la profundidad de la crisis (económica y cultural) pero que es el único túnel con una luz al final.-

Las acciones burocráticas y gestionadoras son, en la situación actual, parasitarias y deben transformarse en creadoras y generadoras de políticas con planes productivos privados o mixtos que aporten riqueza genuina.

Un país que resuelve la riqueza imprimiendo billetes sin respaldo y en el que las gestiones provinciales y municipales se ven obligadas a obtener ese papel pintado para pagar especialmente burocracias ineficientes y superpobladas, cuando no, jornales por trabajos que no se realizan (subsidios), tiene sin duda las connotaciones de un fracaso anunciado.

 

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