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¿Por qué nos censamos?

Jueves, 19 de mayo de 2022 02:29

Un profesor de la facultad solía decir: para atacar un problema, primero tenemos que conocer su magnitud. Cómo podríamos saber qué recursos serán necesarios para proveer a toda la población de agua potable si no sabemos cuántas familias no cuentan con ese servicio, por ejemplo.
El primer paso para garantizar los derechos de las personas es conocer cuántas personas viven vulneraciones de derechos. Cuántas son, cómo son y dónde se concentran las personas sin acceso a agua potable, sin combustible limpio para cocinar, sin acceso a la educación, que viven en viviendas de material deficiente, y que se emplean en trabajos precarios. 
Cuántas personas mayores no cuentan con jubilación, ¿son más hombres que mujeres?
Cuántas adolescentes ya tienen hijas/os, y de las que tienen hijas/os, cuántas han abandonado los estudios antes de completar el secundario.
Esta información prácticamente proviene de manera exclusiva de los censos de población. Existen otras fuentes de información que permiten estimar tasas de fecundidad adolescente, por ejemplo, las Estadísticas Vitales. Estas estadísticas registran nacimientos y fallecimientos de toda la población. Sin embargo, no es posible conocer a partir de estas estadísticas las condiciones de vida de esas adolescentes; en cambio la información censal permite conocer eso y también dónde se concentran.
Con esto, el censo puede orientar la focalización de políticas de salud pública, educación y de seguridad social. La información recolectada permitirá identificar zonas donde fortalecer políticas de planificación familiar y educación sexual integral donde se registren altos niveles de fecundidad adolescente.
Solo a partir de los censos obtenemos información sobre poblaciones minoritarias como las personas con discapacidad, personas indígenas, afrodescendientes, en situación de calle y migrantes. Grupos que suelen vivir mayores desventajas que la población general.
Solo con datos censales obtenemos información demográfica, social y laboral a nivel de municipios y de zonas rurales. Las oficinas de estadísticas oficiales suelen relevar información periódica solamente en aglomerados urbanos. Con lo cual, por ejemplo, para conocer las privaciones de derechos y carencias materiales fuera de las capitales de provincias, digamos del municipio Santa Victoria Oeste, tenemos que esperar la realización de censos cada 10 años. 
Pocas fuentes de información permitieron conocer cuántos niños contaban con computadora e internet en el país, y dónde se concentraban los que no podían acceder a esta tecnología durante la pandemia. La información que conoceremos a partir de este nuevo censo será importante en el diseño de programas que igualen el acceso de niñas, niños y adolescentes a herramientas fundamentales para su formación como son las TICs.
La información censal es fundamental para los gobiernos. Asignar recursos a obras hídricas, a la construcción de escuelas, de hospitales materno-infantiles, de hogares para ancianas/os debe orientarse en función de los datos que proporciona el censo, y de las proyecciones de población para los próximos años que especialistas en demografía estiman en base a esta actualización de datos censales. Así, las decisiones de funcionarias/os públicos son superadoras cuando se basan en estadísticas censales más que en la intuición y percepción propias.

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Un profesor de la facultad solía decir: para atacar un problema, primero tenemos que conocer su magnitud. Cómo podríamos saber qué recursos serán necesarios para proveer a toda la población de agua potable si no sabemos cuántas familias no cuentan con ese servicio, por ejemplo.
El primer paso para garantizar los derechos de las personas es conocer cuántas personas viven vulneraciones de derechos. Cuántas son, cómo son y dónde se concentran las personas sin acceso a agua potable, sin combustible limpio para cocinar, sin acceso a la educación, que viven en viviendas de material deficiente, y que se emplean en trabajos precarios. 
Cuántas personas mayores no cuentan con jubilación, ¿son más hombres que mujeres?
Cuántas adolescentes ya tienen hijas/os, y de las que tienen hijas/os, cuántas han abandonado los estudios antes de completar el secundario.
Esta información prácticamente proviene de manera exclusiva de los censos de población. Existen otras fuentes de información que permiten estimar tasas de fecundidad adolescente, por ejemplo, las Estadísticas Vitales. Estas estadísticas registran nacimientos y fallecimientos de toda la población. Sin embargo, no es posible conocer a partir de estas estadísticas las condiciones de vida de esas adolescentes; en cambio la información censal permite conocer eso y también dónde se concentran.
Con esto, el censo puede orientar la focalización de políticas de salud pública, educación y de seguridad social. La información recolectada permitirá identificar zonas donde fortalecer políticas de planificación familiar y educación sexual integral donde se registren altos niveles de fecundidad adolescente.
Solo a partir de los censos obtenemos información sobre poblaciones minoritarias como las personas con discapacidad, personas indígenas, afrodescendientes, en situación de calle y migrantes. Grupos que suelen vivir mayores desventajas que la población general.
Solo con datos censales obtenemos información demográfica, social y laboral a nivel de municipios y de zonas rurales. Las oficinas de estadísticas oficiales suelen relevar información periódica solamente en aglomerados urbanos. Con lo cual, por ejemplo, para conocer las privaciones de derechos y carencias materiales fuera de las capitales de provincias, digamos del municipio Santa Victoria Oeste, tenemos que esperar la realización de censos cada 10 años. 
Pocas fuentes de información permitieron conocer cuántos niños contaban con computadora e internet en el país, y dónde se concentraban los que no podían acceder a esta tecnología durante la pandemia. La información que conoceremos a partir de este nuevo censo será importante en el diseño de programas que igualen el acceso de niñas, niños y adolescentes a herramientas fundamentales para su formación como son las TICs.
La información censal es fundamental para los gobiernos. Asignar recursos a obras hídricas, a la construcción de escuelas, de hospitales materno-infantiles, de hogares para ancianas/os debe orientarse en función de los datos que proporciona el censo, y de las proyecciones de población para los próximos años que especialistas en demografía estiman en base a esta actualización de datos censales. Así, las decisiones de funcionarias/os públicos son superadoras cuando se basan en estadísticas censales más que en la intuición y percepción propias.

 Migrantes y minorías

Entre uno y otro censo han pasado 12 años con muchos cambios en nuestra sociedad. Hemos recibido un flujo importante de migrantes venezolanas/os, llegaron al país personas de todas las edades que fueron por diferentes motivos expulsadas de su lugar de origen. Este censo mostrará la capacidad que tuvo el país para integrar a estas personas al sistema; al mercado laboral y al sistema educativo, porque independientemente del lugar de nacimiento todas y todos los niños tienen derecho a la educación.
Finalmente, el censo proporcionará por primera vez información fundamental para saldar las deudas que tenemos con colectivos como el de las personas LGBTIQ+. Conocer los niveles de exclusión que viven estos grupos poblacionales fortalecerá las demandas históricas que vienen realizando y que obligará a los estados en todos sus niveles a dar respuestas para garantizar derechos básicos y fundamentales como la educación y trabajos dignos.

El censo digital

El Censo 2022 tuvo un aspecto innovador e interesante: la puesta a disposición del censo digital, la posibilidad de completar el cuestionario previo al día de la visita del censista. Esta herramienta que tuvo una amplia aceptación, que da respuesta, por ejemplo, a problemas de inseguridad que muchos pueden temer por dejar entrar a un/a censista (falso) a casa, eficientiza los tiempos de implementación del tan costoso (pero necesario) operativo censal. Y nos hace ilusionar con un censo de población completamente digital en un futuro cercano, un censo con la misma calidad a un costo más bajo.
Por todo esto y por otros cientos de usos impensados, tantos como usuarios tenga la información censal, es que cada 10 años vivimos este evento tan importante en cada rincón del territorio argentino.

 

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