¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20°
24 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Nuestros próceres, la naturaleza y los billetes

Jueves, 26 de mayo de 2022 15:13

La incorporación de próceres por la fauna y la flora nacionales, planteada en términos despectivos resultó conflictiva. ¿Se trata de un debate constructivo o de una determinada mirada al pasado?

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La incorporación de próceres por la fauna y la flora nacionales, planteada en términos despectivos resultó conflictiva. ¿Se trata de un debate constructivo o de una determinada mirada al pasado?

Una vez más asoma el debate que afloró hace unos años entorno de las imágenes de animales representativos de la fauna argentina en los billetes de nuestra devaluada moneda. Al anunciar la emisión de nuevas imágenes en los billetes emitidos por el Banco Central, el Presidente hizo referencia al cambio de los “animalitos” existentes por un reconocimiento de los próceres como verdadera representación de la historia y las tradiciones argentinas.

En modo alguno pretendemos desconocer el valor simbólico e identitario de las figuras históricas que trascendieron en la construcción de las instituciones y tradiciones de nuestra Patria, y el protagonismo, en algunos casos épicos, que han tenido en la construcción de la identidad nacional, figuras como San Martín, Belgrano o Güemes, o la ponderación de las muchas mujeres que contribuyeron a nuestra historia.

La inclusión de animales en los billetes de un país, sin embargo, constituye una forma valiosa de rendir homenaje o ponderar a las manifestaciones de la naturaleza que, muchas veces, también representan a la identidad patria o el reflejo de un amor a la tierra donde una nación se ha formado. En el caso de nuestro país, plasmar la identidad nacional a través de especies como el guanaco, el hornero, la taruca, el yaguareté, la ballena franca austral, el cóndor andino, representativos de la diversidad de ecosistemas y especies que habitan el territorio nacional en cada una de sus regiones (Estepa Patagónica, Chaco Pampeana, Noroeste, Noreste, el mar argentino, la Antártida e Islas del Atlántico Sur, etc.), nos parece una forma absolutamente legítima de rendir tributo a la patria.

Muchos países del planeta han rendido tributo a las especies de fauna y flora con los cuales sus ciudadanos se identifican, incluyéndolas en sus billetes, monedas o estampillas de correo (Brasil, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Costa Rica, El Congo, Filipinas, Mongolia, Bielorrusia, entre otros), sin que estas decisiones hayan atraído las reacciones de rechazo o ridículo que pareciera animar a ciertos decisores políticos de nuestro país, ¿no es acaso rendir un sentido homenaje a muestra tierra ponderar el alerce o lahuen, especie centenaria que en muchos casos ya vivía en los momentos en que nuestro país declaraba su independencia? Estampar en un billete una ballena franca austral o un yaguareté o al hornero (que es emblema nacional) ¿No es acaso rendir un homenaje a las especies emblemáticas de nuestra tierra?

En estos días, el mundo ha rendido homenaje a la biodiversidad con la cual tenemos el privilegio de convivir, aun cuando no siempre la valoremos en su justa medida. Ese homenaje bien se puede rendir a través del reconocimiento de nuestra fauna y flora, incluso como emblemas del país que amamos y superando las miradas muchas veces casi tribales, con las cuales vemos a los próceres o las figuras de la historia, con las cuales pretendemos construir una visión de país.

Su estampa valoriza la naturaleza de la que formamos parte y frente a la cual tenemos deberes constitucionales, deberes sociales; coadyuvando a consolidar una identidad nacional común, solidaria, sin connotaciones sociales ni políticas que divide, agrieta de manera dañina a nuestra sociedad entre figuras históricas; cimentando a su vez sólidas bases sociales en la identidad de valores que son inescindibles al territorio y muy propios (regionales) y por lo tanto indiscutibles, innegables desde un punto de vista ambiental y social, construyendo además una visión más acorde a un mundo que clama por un cambio de paradigma hacia la sostenibilidad y que requiere de decisiones políticas acordes, superadoras y no regresivas.

(*)  Celeste Martínez. Secretaria de la Cámara Civil del Poder Judicial de Jujuy y docente de la UCASAL

     Juan Rodrigo Walsh. Consejero Honorario del Instituto de Derecho Ambiental y la Sustentabilidad 

 

PUBLICIDAD