A la profesora Cristina Exeni, cuando se trata de hablar de VYACE (vivir y amar con esperanzas), la escuela que creó y de la que es directora, le falta el tiempo porque los logros de esta institución nacida hace 21 años en la localidad fronteriza de Salvador Mazza son muchos; pero más son los proyectos por venir. Esta casa que ella supo crear hace más de dos décadas para contener a uno de los grupos más vunerables de la población, como son los bebés, niños, adolescentes y adultos con capacidades diferentes, no deja de crecer.
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A la profesora Cristina Exeni, cuando se trata de hablar de VYACE (vivir y amar con esperanzas), la escuela que creó y de la que es directora, le falta el tiempo porque los logros de esta institución nacida hace 21 años en la localidad fronteriza de Salvador Mazza son muchos; pero más son los proyectos por venir. Esta casa que ella supo crear hace más de dos décadas para contener a uno de los grupos más vunerables de la población, como son los bebés, niños, adolescentes y adultos con capacidades diferentes, no deja de crecer.
Y es que VYACE tiene la impronta de esta docente, de esta mamá que en lugar de lamentarse de la dura prueba que debía enfrentar con un hijo no vidente decidió transformar toda esa angustia en una fortaleza que le nace a borbotones y que ni el paso del tiempo ha podido menguar.
Pasados 21 años Cristina recuerda que los comienzos de VYACE, "era algo así como un espacio donde nuestros niños con alguna discapacidad se pudieran juntar y hacerse amigos y nosotros como papás tener donde juntarnos a llorar porque no nos quedaba más".
Pero hoy la institución acaba de lograr que las cámaras legislativas de la provincia le aprueben la donación de varias hectáreas donde los chicos y chicas con capacidades diferentes podrán tener un espacio recreativo más amplio, en la ladera de los cerros de la localidad de Salvador Mazza, donde ya tienen caballitos para trabajar en estimulación temprana, una pequeña granja y un lugar donde todos ellos podrán desarrollar tantas capacidades con las que sí cuentan , potenciados por la naturaleza circundante de ese lugar.
El proyecto fue impulsado por el diputado por San Martín Franco Hernández Berni y por el senador Manuel Pailler y solo se aguarda para estos días la promulgación por parte del Ejecutivo provincial.
Pero eso no quedará allí, ya que VYACE busca que en ese espacio, con el paso del tiempo pueda concretarse otro ambicioso proyecto: un hogar permanente para los chicos y chicas con capacidades especiales, donde puedan ser contenidos y protejidos hasta el último de sus días, mientras disfrutan de juegos recreativos, bailan, pintan y son felices dándole rienda suelta a lo que más les guste, todo aquello que los colme como seres humanos valiosos para sus familias y para ellos mismos. Una especie de oasis en medio de ese gran desierto que conforman la desatención, la indiferencia a este sector tan vunerable como son las personas con alguna discapacidad.
Cuatro espacios en actividad
VYACE es un entidad que nació literalmente de cero hace 21 años, porque no tenían ni un espacio físico donde funcionar y hoy desarrolla actividades en cuatro prestaciones, todas para contención de personas con capacidades diferentes. Actualmente asisten 60 chicos, en tanto 12 que se encuentran con diferentes patologías además de su discapacidad, y son asistidos en su propias viviendas. Estimulación temprana, un centro educativo terapéutico, servicio de apoyo a la inclusión escolar y un centro de día son las prestaciones que brinda VYACE, que se sustenta con lo que recibe mediante un convenio con Incluír Salud , con el aporte de amigos de la institución, otra pequeña parte de la cuota que algunos pocos papás acercan en forma mensual (la mayoría no lo hace porque son familias de muy escasos recursos) y con la venta de agua envasada, un proyecto que iniciaron hace algunos años que resulta fundamental para conseguir los recursos que un centro como VYACE necesita para funcionar y donde trabajan en total 31 personas, entre profesionales, docentes, personal de limpieza, entre otros.
El apoyo que se le brinda a los chicos es de excelencia, y según sean las capacidades o patologías los chicos son incluídos en cualquiera de esos cuatro servicios, desde bebés de un mes de vida hasta chicos de 25 años o mas. "Con el paso del tiempo hemos ido complejizando VYACE y de verdad que ha sido muy bueno, porque los chicos van encontrando nuevas posibilidades; muchos de ellos no pueden avanzar mucho más, dependen de un cuidador, y con ellos trabajamos con dinámicas de juegos porque sabemos que no vamos a lograr que quizás caminen o puedan ir a una escuela, pero esto se trata de que a pesar de todo sean felices", explica esta docente mamá de Alejandro, un jóven de 27 años no vidente para quien VYACE es su hogar.
"Nosotros quisiéramos que sean los propios chicos los que trabajen en estos emprendimientos, pero no queremos arriesgar la pensión que cobran; hay muchas cosas que ellos pueden hacer pero necesitamos una legislación que avale este trabajo de las personas con capacidades especiales, que trabajen a contraturno con sus terapias pero que sigan fortaleciendo sus capacidades", explica Cristina Exeni.
CORRESPONSALÍA TARTAGAL