La historia de las imágenes de Santiago Apóstol, patrono de Campo Quijano, constituye un capítulo apasionante en la historia de la localidad. De acuerdo a diversos testimonios de la época, a principios de la década de 1960 la obra original del santo desapareció un día del templo parroquial. No quedaron rastros ni pudo darse con su paradero hasta mucho tiempo después, en circunstancias insólitas.
Frente a esta situación, que dejó consternada a la comunidad católica local, el comerciante salteño Miguel Vilariño, devoto del santo, prometió al cura Eulogio Echave que donaría una nueva imagen. En uno de sus viajes a España cumplió con la promesa y adquirió una obra en Santiago de Compostela, que luego hizo llegar a la comunidad de Quijano.
La estatuilla representa al santo de pie, apoyado en un bastón. Hace seis décadas, cuando arribó a la localidad desde Península Ibérica, tenía una aureola metálica que luego le fue reemplazada por el sombrero de ala ancha, adornado con una roseta de plata.
La obra llegó primero a la estación de trenes de Salta el 10 de julio de 1961, donde fue recibida por autoridades, una gran cantidad de vecinos del Portal de los Andes y por el entonces nuevo sacerdote del pueblo, Carlos Valzacchi. Tras permanecer unos días en la capital provincial fue trasladada en caravana el 16 de julio a Campo Quijano. Allí, fue recibida con una verdadera fiesta. A las cinco de la tarde de ese día, la imagen recibió la bendición en el atrio de la iglesia Santiago Apóstol.
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La historia de las imágenes de Santiago Apóstol, patrono de Campo Quijano, constituye un capítulo apasionante en la historia de la localidad. De acuerdo a diversos testimonios de la época, a principios de la década de 1960 la obra original del santo desapareció un día del templo parroquial. No quedaron rastros ni pudo darse con su paradero hasta mucho tiempo después, en circunstancias insólitas.
Frente a esta situación, que dejó consternada a la comunidad católica local, el comerciante salteño Miguel Vilariño, devoto del santo, prometió al cura Eulogio Echave que donaría una nueva imagen. En uno de sus viajes a España cumplió con la promesa y adquirió una obra en Santiago de Compostela, que luego hizo llegar a la comunidad de Quijano.
La estatuilla representa al santo de pie, apoyado en un bastón. Hace seis décadas, cuando arribó a la localidad desde Península Ibérica, tenía una aureola metálica que luego le fue reemplazada por el sombrero de ala ancha, adornado con una roseta de plata.
La obra llegó primero a la estación de trenes de Salta el 10 de julio de 1961, donde fue recibida por autoridades, una gran cantidad de vecinos del Portal de los Andes y por el entonces nuevo sacerdote del pueblo, Carlos Valzacchi. Tras permanecer unos días en la capital provincial fue trasladada en caravana el 16 de julio a Campo Quijano. Allí, fue recibida con una verdadera fiesta. A las cinco de la tarde de ese día, la imagen recibió la bendición en el atrio de la iglesia Santiago Apóstol.
El desenlace
Tiempo después de la desaparición de Santiago y de su reemplazo, en uno de los habituales recorridos del cura párroco por las montañas, la extraviada imagen fue hallada en una humilde casita de familia, donde le habían armando un altar.
La gente, en su inocencia, decidió llevarse al santo patrono a los cerros “para tenerlo más cerca y rezarle”, sin tener que recorrer largas distancias para verlo una vez al año.
Luego de los trámites pertinentes y de ofrecerle a los lugareños una réplica, la estatuilla de Santiago Apóstol fue devuelta y llegó en procesión al templo parroquial.
Un histórico recibimiento a la réplica
En la noche del domingo 16 de julio de 1961 comenzó el novenario en honor a Santiago. Una multitud participó de los rezos. Todos querían conocer el flamante santo llegado desde España. El 25, el pueblo honró a su patrono con mucho fervor. Hubo misas para niños, adolescentes y ancianos. A las 11, la celebración central estuvo a cargo del padre San Juan de la Cruz. Concluida la ceremonia, la imagen recorrió por primera vez las calles del pueblo. Fue acompañada por autoridades provinciales, municipales y el arzobispo de Salta, monseñor Roberto José Tavella. También participó don Manuel Vilariño, los Gauchos Unidos del Valle de Lerma, la Banda de Música de la Policía y misachicos de la Quebrada del Toro.
Concluidas las actividades litúrgicas, hubo almuerzo criollo y por la tarde, doma, retreta y juegos hípicos. Entrada la noche se encendieron fogones, fuegos artificiales y hubo un gran baile popular.
La parroquia fue remodelada en 2000 y los trabajos fueron bendecidos por el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello.
El templo parroquial cuenta con una imagen de Santiago Apóstol articulada y mecánica, un verdadero atractivo en la provincia. Durante las fiestas patronales sale de su hornacina y bendice tres veces a los fieles, que disfrutan todos los años del espectáculo.