Ayer se realizó un abrazo simbólico al Centro Regional de Hemoterapia de Salta convocado por los donantes voluntarios de sangre. La movida de protesta se enmarca en los reclamos de los trabajadores por "maltrato laboral". Son en total siete denuncias, de siete empleados, por supuesta "violencia simbólica, verbal, presiones y desprestigio" por parte de la directora de la institución, Betina Saracino.
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Ayer se realizó un abrazo simbólico al Centro Regional de Hemoterapia de Salta convocado por los donantes voluntarios de sangre. La movida de protesta se enmarca en los reclamos de los trabajadores por "maltrato laboral". Son en total siete denuncias, de siete empleados, por supuesta "violencia simbólica, verbal, presiones y desprestigio" por parte de la directora de la institución, Betina Saracino.
Los empleados piden separar del cargo a Saracino, "que se intervenga el Centro Regional y que se llame a concurso público y abierto para cubrir el cargo de directora".
Las denuncias ya están en las oficinas de Violencia Laboral, de Desarrollo Organizacional, del Ministerio de Salud de la Provincia, a cargo de la doctora Verónica Guzmán.
Desde las 10 comenzaron a concentrarse ayer donantes voluntarios, pacientes que reciben regularmente sangre, familiares de pacientes y de trabajadores, la prensa, empleadas, jubiladas y los siete denunciantes.
El Tribuno intentó contactarse con Saracino, pero no hubo respuestas. El miércoles había asegurado que quienes impulsan la protesta son dos trabajadoras que se oponen a que se controlen las tareas que cada uno tiene a cargo.
"Mi hermana es la doctora Mónica Alejandra López y está internada por un pico de glucemia. Su colegas le dijeron que es por estrés laboral. Desde hace un año que comenzaron las persecuciones", dijo Gustavo López.
Sandra Cabrera es familiar de un paciente. Su esposo necesitaba una donación de médula ósea y en el Centro la consiguieron. Ella defiende con su cuerpo la institución. "Yo apoyo desde hace años a esta gente bonita porque a mi esposo le dieron una oportunidad de vida. Yo le quiero decir a la ciudadanía que todos somos pacientes del Centro porque nunca sabemos cuándo vamos a necesitarlo. Yo he ayudado a organizar campañas de recolección y de promoción, y ahora no tengo ganas de trabajar con la nueva presidenta", dijo Sandra, muy conmovida. Su esposo participó también del abrazo acompañando a quienes le están salvando la vida desde hace tantos años.
Los trabajadores también contaron con el apoyo y la presencia sindical de ATSA y ATE.
"Ya nos reunimos con el ministro de Salud (Juan José) Esteban. Le dijimos que con ella ya no podemos trabajar porque es imposible con los malos tratos que son constantes, con la violencia y con las desautorizaciones. Los pacientes armaron esta protesta a la cual nos sumamos", dijo la médica Roxana Inés Ponce. La profesional advirtió además que, si bien el centro está inmerso en un conflicto laboral, sigue funcionando.
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