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“La transición energética llegó para quedarse, no es una moda”

El director de la Cader, Juan Manuel Alfonsín, considera que las bioenergías representan una oportunidad de crecimiento en la provincia de Salta.  
Martes, 21 de junio de 2022 02:16

La matriz energética argentina tiene una participación de las energías de fuentes renovables del 13 por ciento, la injerencia más alta de la historia, y el gran desafío es llegar al 20 por ciento para 2025, tal como establece la ley nacional 27191, Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía.
“Hemos pasado una transición de un 1% de instalación de energía renovable sustentable en Argentina a un 13% actual, lo cual representa unos 5.140 megavatios de potencia instalada en distintas tecnologías como parques eólicos, solares fotovoltaicos y pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, la energía biomasa, gas y todo el aporte de generación distribuida que ya sumó un megawatt”, explicó el director ejecutivo de la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader), Juan Manuel Alfonsín. 
El panorama energético de Argentina es muy positivo, aunque existe un cuello de botella. “Nos estamos quedando sin sistema de transmisión en alta tensión donde poder conectar los grandes parques, la energía solar, eólica y esa es una inversión que viene demorada y que es una infraestructura básica, fundamental para este desarrollo”, sostuvo. 
Sin embargo, considera que hay otras herramientas que son factibles y que se deben impulsar. 

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La matriz energética argentina tiene una participación de las energías de fuentes renovables del 13 por ciento, la injerencia más alta de la historia, y el gran desafío es llegar al 20 por ciento para 2025, tal como establece la ley nacional 27191, Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía.
“Hemos pasado una transición de un 1% de instalación de energía renovable sustentable en Argentina a un 13% actual, lo cual representa unos 5.140 megavatios de potencia instalada en distintas tecnologías como parques eólicos, solares fotovoltaicos y pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, la energía biomasa, gas y todo el aporte de generación distribuida que ya sumó un megawatt”, explicó el director ejecutivo de la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader), Juan Manuel Alfonsín. 
El panorama energético de Argentina es muy positivo, aunque existe un cuello de botella. “Nos estamos quedando sin sistema de transmisión en alta tensión donde poder conectar los grandes parques, la energía solar, eólica y esa es una inversión que viene demorada y que es una infraestructura básica, fundamental para este desarrollo”, sostuvo. 
Sin embargo, considera que hay otras herramientas que son factibles y que se deben impulsar. 

 Desafíos 

Con relación a los desafíos para la transición energética, precisó que hay herramientas como la ley 27424 de generación distribuida que habilita a los consumidores de electricidad a que se conviertan en generadores a partir de fuentes de energía renovable para autoconsumo y eventual inyección de electricidad a la red. Esto consiste en sistemas de energía renovable conectados a la red eléctrica que trabajan en paralelo de la misma. Ya hay 13 provincias de Argentina que han adherido a la normativa. Muchos instalan paneles solares y otras alternativas de energías sustentables.
Por ejemplo, las industrias o los comercios que funcionan muy activos de lunes a viernes, los sábados, domingos y feriados pueden inyectar a la red con las horas que no usan su energía.
“Esta es una forma de contribuir a que la matriz sea cada vez más sustentable, verde, renovable. Creo que ese es un camino. El otro camino que estamos impulsando desde la Cadser es una nueva metodología ya existente en países vecinos, como Chile, Brasil que se llama Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD)”, precisó Alfonsín.
Son aquellos medios de generación cuyos excedentes de potencia son menores o iguales a 9.000 kilowatts, conectados a instalaciones de una empresa concesionaria de distribución, o a instalaciones de una empresa que posee líneas de distribución de energía eléctrica que utilizan bienes nacionales de uso público. 

Electromovilidad

La electromovilidad representa otra gran oportunidad. “Es un capítulo que hay que empezar a desarrollar fuertemente con flota de taxis y buses eléctricos o a GNC, o a gas natural licuado”, manifestó.
En Argentina, la energía más consolidada, con mayor potencia instalada, hasta el momento es la eólica. “De los 5.100 megas instalados que tenemos, 3.300 son provenientes de fuentes de energías eólicas”, dijo Alfonsín.
En segundo lugar está la energía fotovoltaica con casi 1.100 megawatts de potencia instalada y en tercer lugar los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos son unos 500 megas.
En la provincia de Salta, un gran punto que puede ser de crecimiento son las bioenergías. “Creo que aquí falta mucho desarrollo es clave. Salta tiene tres grandes parque solares fotovoltaicos con 200 megas en La Puna y 80 en Cafayate, pero es fundamental desarrollar pequeños proyectos de autoconsumo, paneles solares en los techos, o en los costados de las viviendas, de las oficinas, industrias y comercios”, precisó.

   La electromovilidad representa otra gran oportunidad.


Desde la CADER también impulsan la energía solar térmica. La implementación de calefones solares fotovoltaicos que posibilitan el calentamiento del agua a través de colectores solares permiten un ahorro de hasta un 80 por ciento. Para profundizar los cambios en la provincia, Alfonsín considera que primero se debe hacer un gran trabajo de concientización del sistema sobre la transición energética hacia una matriz más limpia, sustentable. “Creo que esto tiene que nacer no solamente del lado de la oferta sino también desde el lado de la demanda. Los que tienen que empezar a dar el ejemplo son las autoridades, impulsando el uso y consumo de estas energías sustentables que es factible. Todos los organismos públicos debieran tener su sistema de generación para autoconsumo o para inyección a la red”.
Alfonsín aseguró que la transición energética llegó para quedarse y que no es una moda. “Es un estilo de vida, respeto por el medio ambiente. Esto implica la generación de nuevos empleos verdes y mejor calidad de vida”. Y recordó: “Hay una frase que escuché en mi infancia y es que ’Dios perdona siempre, el hombre perdona a veces, pero la naturaleza no perdona nunca. Es momento de tomar conciencia”, finalizó.
 

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