Su audición a ciegas en La Voz Argentina tuvo repercusión en todo el país y en todas las plataformas, pero su carrera artística es mucho más que eso: la actuación, el stand up, el canto, el baile, el transformismo y la transgresión son solo algunas de las facetas que hacen a la trayectoria de este artista completo de cuna salteña.
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Su audición a ciegas en La Voz Argentina tuvo repercusión en todo el país y en todas las plataformas, pero su carrera artística es mucho más que eso: la actuación, el stand up, el canto, el baile, el transformismo y la transgresión son solo algunas de las facetas que hacen a la trayectoria de este artista completo de cuna salteña.
“Recording in progress.¿Cómo te va, corazón?¿Se escucha bien? “ Salustiano Zavalía se conecta a la videollamada y comprueba la conexión con El Tribuno con una frase cargada de humor y energía, listo para romper el hielo. A dos semanas de su audición a ciegas en La Voz, recién es posible ingresar a su agenda, que tras su aparición en el programa nacional se encuentra completamente revolucionada.
¿Vos esperabas que tu presentación en La Voz tuviera tanto impacto?
No. La Voz es un programa que se ve muchísimo, pero no todas las audiciones tienen la misma repercusión. La verdad que no lo esperaba. Sobre mi audición hay algo que me hace ruido igual… porque la repercusión tuvo que ver más con quien soy yo como persona, como hábil declarante, pero no tiene tanto que ver con el canto. El rigor de verdad es la voz, y yo no canté tan bien. Entonces el desafío es demostrar que canto muy lindo y que en esta ocasión no canté tan bien porque estaba cagado de espanto.
Para quienes no vieron su audición, Salustiano se presentó con el tema “Diva”, propio de Lali Espósito, y lo interpretó con un look acorde al título: pantalón palazzo de lentejuelas fucsias, zapatos de taco, blusa de satén, pelo lacio recogido en una colita hasta la espalda y maquillaje profesional a tono.
Había un par que decían “es personaje pero no canta, es un personajón pero canta horrible”. Me gustaría realmente poder mostrar que no fue así, porque yo no hice el casting en drag ni haciendo chistes, yo hice el casting cantando y entré por eso.
De todos modos, muchas veces transmitir no tiene que ver con la perfección técnica, sino a veces uno prefiere ver una interpretación sentida más que una interpretación perfecta… y yo lo di todo con todo el corazón.
Llegaste a la audición a ciegas con una estrategia muy clara, ¿lo confirmás?
Sí lo confirmo, yo me quería ir con Lali y además estaba cantando una canción de ella, pero en ese momento dudé. En realidad eso es muy relativo, en realidad vas a cantar más o menos lo que te quede bien. Pero siempre Lali, Lali a full, lali pasión.
¿Asociás el hecho puntual de que Sole y Lali se hayan dado vuelta primero a una cuestión de género? ¿Como una especie de empatía previa?
No, no lo sentí de esa manera. Sí siento que Lali tiene como un rayo para detectar trolos, que es distinto, A mí me parece que es muy importante hablar de las cosas que tienen que ver con el género, pero no estoy todo el tiempo atribuyéndole todo al género. Cuando te ponés pesada te pasás de vuelta, y ya todo empieza y termina en la cuestión de género, y si todo es una cuestión de género entonces al final nada es una cuestión de género.
Hasta que se dio vuelta Lali, ¿qué pasó por tu cabeza, en qué pensabas?
Estaba absolutamente aterrado, no me escuchaba bien y no tenía ni el más mínimo registro de cómo me veía y de cómo estaba saliendo todo. Siento que recién agarré las riendas cuando terminé de cantar. Mientras cantaba y hacía toda mi gracia pensé: “OK no se van a dar vuelta, así que disfruta tus primeros y últimos tres minutos en televisión ”.
Se corta la conexión. Salustiano, con blazer y gafas vintage extra grandes, reaparece en pantalla.
Estoy, acá estoy.
Sí que está. Su presencia en videollamada es tan fuerte como en redes, en radio y en televisión.
¿Podrías contarnos un poco de tu carrera artística?
Empecé a estudiar teatro en Salta a los 15 años, con un maestro que se llama Alfredo Ferrario; es una persona a la que le agradezco mucho. porque me hizo conocer muchos autores. Después en Tucumán hice la carrera de Arte Dramático dos años y dejé, porque me cuesta cumplir consignas. Durante 6 años trabajé en espectáculos en Mar del Plata, que es algo que también adoré hacer. Se hizo camino al andar, pero cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que hice un montón de cosas.
Te estuvimos investigando y supimos que hiciste mucho karaoke, actuación, y hasta transformismo en muchos ambientes “under”...
Ahora estoy cansado de la autogestión, ahora ya quiero ganar plata de una buena vez. Lo que significa para mí salir del under es que una vez en la vida alguien te agarre y te diga: “Tranquilo. Yo me voy a ocupar de todo, vos hacé solamente tu labor artística”. Cuando trabajás como artista independiente no solo sos el actor, sino que sos el director, sos el productor, sos el community manager y también sos el que lo vende.. y eso es agotador y difícil de sostener. Siempre tengo fe de ingresar a una industria en la que yo pueda estar más desentendido de toda esta parte.
¿Cómo empezaste con el transformismo?
Cuando yo vuelvo del primer verano en Mar del Plata, conozco los espectáculos de transformismo de Mariquena Del Prado, Jean Francois Casanova, y ahí me voló la cabeza. Empezó a dialogar el humor con el transformismo entendido como un hecho artístico por sí mismo: el transformismo tiene que ver con lo visual, tiene que ver con la moda, tiene que ver con el arte del maquillaje ¿no? Entonces empecé a juntar las dos cosas.
Dije: “Bueno, quiero hacer humor en transformismo, pero quiero hacerlo visual. No quiero parecer una vieja empleada pública como la de Gasalla. (...) Y primero sos horrible, te ponés cualquier cosa, no te ves tan bien, te maquillás como el culo… y después vas aprendiendo”.
¿Qué es lo que más te gusta de hacer drag?
Yo lo vivo como un poder también. Entrar a tu casa y en dos horas salir y ser otra cosa. A mí me molesta que sea algo que siempre se relaciona con el degeneramiento, con sensaciones oscuras, bajas.
¿A qué situaciones te enfrentaste en Salta con respecto a tu identidad?
Nunca actúe en Salta, nunca estuve en drag en Salta. La verdad que es un pendiente grande, nunca me animé. Porque bueno, había muchos amigos de mis viejos, muchas personas que no sabían lo que yo hacía y la verdad que no tenía ganas como de afrontar eso viste... Pero bueno, ahora que ya lo sabe todo el país no tengo ningún problema, habrá que darlo todo. Ya no hay nada que esconder.
Como artista, como activista, como influencer… ¿Qué consejo te gustaría dejar para quienes se sienten vulnerables con respecto a su identidad?
Salustiano piensa durante algunos instantes. Después, decidido, vuelve a mirar la pantalla:
Esto me parece que es importante: cuando vos tenés características que son una cagada en la vida social en general, sos puto, sos gordo, sos demasiado flaca, no ves nada entonces tenés unos anteojos enormes que te hacen los ojos culo de botella, cuando vos te salís de la norma, te salís de la hegemonía, todo lo que para la sociedad es una cagada, en la escena es muy valioso. Toda esa diferencia tuya que te deja afuera de un montón de lugares, en el arte te abre la puerta. Entonces que prueben por ahí también no, prueben por ahí, vayan a hacer teatro, vayan a bailar, vayan a cantar. Son todas maneras de encontrarse con uno mismo y creo que a eso venimos al mundo, a conocernos y a pasarla lo mejor que se pueda.
¿Algo más que quieras decirnos?
No, nada más para decir.
Piensa otra vez, y nos vuelve a sorprender:
Sólo que para mí estar charlando con El Tribuno es una emoción enorme, porque este medio es parte de mi infancia, mi abuelo trabajó ahí muchísimos años, fue un periodista y un hombre espectacular, así que me gustaría recordarlo a Lalo Zavalía.
Salustiano ¿cuándo te vamos a volver a ver en La Voz?
No puedo decir nada de La Voz, solo que me voy a presentar con un gran look. Así que preparen las mandíbulas para que se les caigan.