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Raúl Padovani, el hombre que caminó 36 días a Buenos Aires en busca de justicia

El largo viaje fue con el objetivo modificar el Código Penal y extender la condena de 3 a 5 anos de prisión para los conductores irresponsables.
Lunes, 27 de junio de 2022 21:45

El 12 de abril de 1997, la vida de Raúl Padovani modificó completamente. Esa mañana lo llamaron para avisarle que su hija Verónica había tenido un accidente de tránsito y su situación era irreversible. El hombre, tras despedirla, agarró una mochila y caminó 36 días rumbo a Buenos Aires con el objetivo modificar el Código Penal y extender la condena de 3 a 5 anos de prisión para los conductores irresponsables. El largo trayecto fue junto a Ángel López, tío de Ariel Cuéllar (el joven que falleció junto a la hija de Padovani).

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El 12 de abril de 1997, la vida de Raúl Padovani modificó completamente. Esa mañana lo llamaron para avisarle que su hija Verónica había tenido un accidente de tránsito y su situación era irreversible. El hombre, tras despedirla, agarró una mochila y caminó 36 días rumbo a Buenos Aires con el objetivo modificar el Código Penal y extender la condena de 3 a 5 anos de prisión para los conductores irresponsables. El largo trayecto fue junto a Ángel López, tío de Ariel Cuéllar (el joven que falleció junto a la hija de Padovani).

“Cuando empecé a caminar hacia Buenos Aires iba con la mente pensando en mi hija y en porqué lo hacía, es por eso que no lo sentí al trayecto, caminé con una meta, que era llegar al Congreso, vas fresco, no sentí calor, frío ni sed. Fueron 36 días, los camioneros ya me conocían y me daban agua, gaseosas, hasta cerveza me daban”.

En la última entrevista que brindó a El Tribuno, recordó el viaje: "La primera parada fue en General Güemes, donde recordó que estaba cambiada porque ahí había una sola estación de servicio YPF, pero había otra que era de Refinor, muy linda, pero sin embargo me fui a la de YPF, y le pregunté a la señora que atendía si podía armar mi carpa para descansar un poco, me dijo: '¿Usted es Padovani?', 'sí', le contesté, me hizo pasar y me preguntó qué necesitaba y yo le dije que solo quería armar la carpa para descansar, entonces ella me dijo: A mí me pasó algo parecido a lo de usted, entonces desde ahí creo que Dios sí existe, porque no puede ser tanta coincidencia, aquí vienen siempre los camioneros, y a mi hija la mató un camionero. Pero lo que más me impactó fue que me dijo que su hija no llevaba casco, se cruzó imprudentemente, ella entendió que no siempre es la culpa del otro”.

“Fueron muchas las cosas que pasé y la verdad que llegaba a lugares puntuales como si alguien me llevara, me encaminara, porque todo tenía que ver con mi causa. Dormí en cárceles, en estaciones de servicio, en una comisaría donde el comisario me dio la llave, y al otro día me trajo mate. Pero lo mejor que me sucedió durante ese viaje fue que me sacó el odio, no hay que odiar porque no se consigue nada, el odio no te deja avanzar, no hay que buscar venganza sino justicia. Ese viaje me aclaró la mente y eso hizo que yo haga varias cosas, como lo es el cambio en el Código Penal y la Tolerancia Cero que se implementó en nuestra provincia, reconozco que fue resistida al principio, pero logramos imponerla”, dijo.

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