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El tratamiento que eligió Rafa Nadal para seguir en carrera

Se trata de inyecciones con radiofrecuencia pulsátil, que ataca al nervio que manda la señal de dolor al cerebro.
Martes, 07 de junio de 2022 01:36

Rafael Nadal dio muestras a lo largo de su carrera que es un competidor que no claudica fácilmente, prueba de ello es su reciente conquista en Roland Garros, la decimocuarta de su carrera, en la que convivió con un dolor constante en su pie izquierdo. El tenista español le puso magnitud a esa dolencia señalado que debía infiltrarse antes de cada partido y que jugaba con el pie adormecido.
Para que esto no vuelva a suceder Nadal decidió que probará un tratamiento de inyecciones con radiofrecuencia pulsátil para intentar disminuir la sensación de dolor permanente en su pie.
El español sufre el síndrome de Müller-Weiss desde hace años en su pie izquierdo; se trata de una displasia, una anomalía en el desarrollo de un tejido de una parte anatómica del organismo, en este caso del escafoides tarsiano, esencial en la biomecánica del pie. El escafoides es el receptor de todo el estrés mecánico que necesita un pie para correr. 
Esta lesión, crónica, está debida a la necrosis del escafoides tarsiano. Es decir, que el tejido corporal de uno de los pequeños huesos del pie de Nadal está perdiendo el tejido, por lo que le provoca un dolor constante al tenista.
Para contrarrestar estas molestias, el deportista se someterá a unas inyecciones con radiofrecuencia pulsátil. Esta intervención utiliza calor generado por ondas radioeléctricas para dirigirse a nervios específicos. De esta forma, los impulsos interfieren temporalmente en la capacidad de enviar señales de dolor.
Para llevar a cabo este tratamiento se aplica anestesia al paciente y después se realiza una pequeña punción con una aguja que lleva la corriente eléctrica al nervio. Este, responsable de enviar la señal de dolor al cerebro, queda desactivado después de la intervención, que es como una quemadura.
Este tratamiento se realiza en un quirófano y con anestesia local para el paciente. La intervención dura aproximadamente una hora y los hematomas que deja pueden durar unas semanas.
En cuanto a la mejoría, esta suele ser gradual, con el paso de semanas. Así además se comprueba si el tratamiento da resultado. Normalmente, este tratamiento tiene una efectividad de entre el 70 y el 80 %. Respecto al tiempo que dura, los expertos médicos hablan de tres a 18 meses.
 

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Rafael Nadal dio muestras a lo largo de su carrera que es un competidor que no claudica fácilmente, prueba de ello es su reciente conquista en Roland Garros, la decimocuarta de su carrera, en la que convivió con un dolor constante en su pie izquierdo. El tenista español le puso magnitud a esa dolencia señalado que debía infiltrarse antes de cada partido y que jugaba con el pie adormecido.
Para que esto no vuelva a suceder Nadal decidió que probará un tratamiento de inyecciones con radiofrecuencia pulsátil para intentar disminuir la sensación de dolor permanente en su pie.
El español sufre el síndrome de Müller-Weiss desde hace años en su pie izquierdo; se trata de una displasia, una anomalía en el desarrollo de un tejido de una parte anatómica del organismo, en este caso del escafoides tarsiano, esencial en la biomecánica del pie. El escafoides es el receptor de todo el estrés mecánico que necesita un pie para correr. 
Esta lesión, crónica, está debida a la necrosis del escafoides tarsiano. Es decir, que el tejido corporal de uno de los pequeños huesos del pie de Nadal está perdiendo el tejido, por lo que le provoca un dolor constante al tenista.
Para contrarrestar estas molestias, el deportista se someterá a unas inyecciones con radiofrecuencia pulsátil. Esta intervención utiliza calor generado por ondas radioeléctricas para dirigirse a nervios específicos. De esta forma, los impulsos interfieren temporalmente en la capacidad de enviar señales de dolor.
Para llevar a cabo este tratamiento se aplica anestesia al paciente y después se realiza una pequeña punción con una aguja que lleva la corriente eléctrica al nervio. Este, responsable de enviar la señal de dolor al cerebro, queda desactivado después de la intervención, que es como una quemadura.
Este tratamiento se realiza en un quirófano y con anestesia local para el paciente. La intervención dura aproximadamente una hora y los hematomas que deja pueden durar unas semanas.
En cuanto a la mejoría, esta suele ser gradual, con el paso de semanas. Así además se comprueba si el tratamiento da resultado. Normalmente, este tratamiento tiene una efectividad de entre el 70 y el 80 %. Respecto al tiempo que dura, los expertos médicos hablan de tres a 18 meses.
 

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