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"Para luchar contra la pobreza primero debe haber una decisión política de justicia social”

Entrevista a Gustavo Ng, periodista especializado en China.
Domingo, 17 de julio de 2022 01:56

Gustavo Ng nació en San Nicolás, en 1962. Según Anfibia, trabajó como corresponsal extranjero en Brasil, Perú y Cuba. En Argentina se dedicó al periodismo de cultura y de viajes. Desde hace seis años desarrolla el proyecto Dang Dai, de comunicación con China. Escribió Todo lo que necesitás saber sobre China (con Néstor Restivo) para Editorial Paidós y El Año del Gallo de Fuego, un libro de astrología china para Editorial Atlántida. Es autor del blog Bitácora en Buenos Aires y padre de cuatro hijos. A El Tribuno le contó que es hijo de Ping-Yip NG y de Celia Lorenzo, que por el trabajo de su papá se tuvo que ir del país, pero que volvió siendo joven y entró a estudiar Comunicaciones en la UBA. “Yo soy periodista desde hace 40 años”, explica. En lo personal tiene esa mezcla de observación china atenta, como con respeto, y una tonada porteña en la que expresa su argentinidad. En la entrevista se posiciona como criollo y responde...

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Gustavo Ng nació en San Nicolás, en 1962. Según Anfibia, trabajó como corresponsal extranjero en Brasil, Perú y Cuba. En Argentina se dedicó al periodismo de cultura y de viajes. Desde hace seis años desarrolla el proyecto Dang Dai, de comunicación con China. Escribió Todo lo que necesitás saber sobre China (con Néstor Restivo) para Editorial Paidós y El Año del Gallo de Fuego, un libro de astrología china para Editorial Atlántida. Es autor del blog Bitácora en Buenos Aires y padre de cuatro hijos. A El Tribuno le contó que es hijo de Ping-Yip NG y de Celia Lorenzo, que por el trabajo de su papá se tuvo que ir del país, pero que volvió siendo joven y entró a estudiar Comunicaciones en la UBA. “Yo soy periodista desde hace 40 años”, explica. En lo personal tiene esa mezcla de observación china atenta, como con respeto, y una tonada porteña en la que expresa su argentinidad. En la entrevista se posiciona como criollo y responde...

¿Cuándo comienza su vínculo profesional con China?

En 2010 vimos que la relación entre Argentina y China empezaba a crecer indefectiblemente. Y que China tenía más gravitación a nivel mundial por lo que con Néstor Restivo y Camilo Sánchez, tres periodistas que trabajábamos en Clarín, pensamos en un proyecto de comunicación para informar sobre la relación entre Argentina y China. Entonces hicimos una revista, un newsletter y un website de noticias. 

Un vínculo que ya venía de algunos años atrás...

En 2004 se formalizó el vínculo entre los países. En ese año vino el presidente Hu Jintao a Argentina y Néstor Kirchner fue dos veces en el mismo año. Kirchner atrapó el momento y estableció la relación. 

Primero, algunos subestimaban el vínculo. Luego se volvió interesante cuando China comenzó a bajar los índices de pobreza.

Para una universidad argentina escribimos cómo hizo China para bajar la pobreza. Se dividen en dos etapas. Primero la instalación del socialismo. Este tiene como objetivo la equiparación social, la distribución equitativa de los recursos. Eso sienta las bases para que todos tengan, más o menos, lo mismo. En los 30 años, desde que comenzó la revolución, el desarrollo fue como de un país subdesarrollado; no creó muchas riquezas. Lo que sí creó fue la base para la distribución más equitativa. Desde 1980, cuando fue el año de la reforma y apertura, China se incorpora al capitalismo de alguna manera, comienza a jugar a nivel global y partir de ahí tiene un crecimiento bestial, que lo tiene hasta ahora, y el producto de ese crecimiento, distribuido de una manera pareja, empieza a terminar con la pobreza. Hace un año y medio ya declararon el fin de la indigencia, esto medido con parámetros mundiales. Ahora van para terminar con la pobreza y ellos quieren llegar al 2050 con lo que denominan una sociedad moderadamente acomodada. Entonces la primera etapa fue la instalación del socialismo y a partir del Siglo XXI empiezan con programas focalizados. El socialismo solo no resolvía el problema porque quedaban muchas zonas del país, especialmente las rurales, que seguían siendo pobres. Ahí comienzan con una cantidad de programas los cuales son muy flexibles. No hay un solo programa para todo el país sino adecuados a cada realidad.

¿Cómo lo explica?

Tienen que ver con la economía. No tienen nada que ver con lo cultural o político sino el Estado viendo lo que pasaba en cada zona, viendo qué es lo que se produce, cuál es el fuerte y qué es lo que puede aportar el Estado para que esa zona pueda desarrollarse. La constante fue una instalación muy grande de infraestructura. El tema de la promoción del turismo es fuerte porque muchos pobres pertenecen a etnias muy tradicionales, que tienen un estilo de vida que a las personas de las ciudades les interesa ver. Entonces el Estado les dio lo necesario para volverse destino turístico y con eso han ayudado mucho. Y la tercera constante es la tecnología. Todo el país está conectado con 5G en este momento y entonces gente pobre que producía algo pero que no tenía cómo venderlo de repente con el mercado electrónico le brinda una facilidad muy grande.

¿Son como muy pragmáticos?

Pusieron una batería de recursos. Le echan mano a todo, a planes sociales, a los manager del Estado fueron asignados a zonas pobres para que puedan gerenciar los planes en ese lugar. De pronto le dicen a un gerente de una empresa de energía de Shangai que se va dos años a un pueblito perdido donde hay gente que no le encuentra la vuelta a un emprendimiento artesanal y que hace falta alguien que los encuadre y desarrolle. Eso fue masivo y constante. Fueron como 700 mil gerentes estatales a distintos programas de reducción de la pobreza.

Es más una decisión política que un plan...

Sí, es que lo primero debe haber una decisión política de justicia social. Si no está eso es imposible. Ahora bien, los chinos dicen que sus planes no son exportables. Ahora lo que sí se puede hacer es ir y mirar la experiencia para que a lo mejor resulte inspirador. Se pueden aprender técnicas más que importar programas para el alivio de la pobreza lo que podemos hacer es ir a mirar cómo hacen, si es que tenemos ganas de luchar contra la pobreza (ríe).

¿Cómo entra Argentina en ese desarrollo económico contra la pobreza?

Gran parte de la expansión requiere una gran cantidad de materias primas y ahí Argentina entró con la soja, básicamente para alimentar las granjas porcinas que es la principal fuente de proteínas de la población china. Parte de la salida de la pobreza y de la mejora de la población ha sido una mejor dieta. El cerdo entonces come soja de Argentina, de Brasil y de EEUU. Parte de la soja es para consumo pero mucho es para forrajería. Luego le vendemos petróleo y algo de minería. China es el segundo socio comercial, dependemos de ellos, pero deberíamos apuntar a venderle con valor agregado. 

¿Hay planes argentinos sobre vender con valor agregado?

¿En los planes de quién? En los planes de Cristina (Fernández) siempre estuvieron. En el 2014 se firmó una serie de acuerdos muy grandes y que involucraban a estos planes muy fuertes. En los discursos que hicieron juntos, Cristina y Xi Jinping, siempre estuvo presente la idea de que ambos países tienen que caminar a una asociación que involucre para Argentina vender con valor agregado más alto. Esta semana, el INVAP firmó el acuerdo con China para venderle reactores nucleares aplicados a la medicina. Hacía ahí deberíamos ir. Entonces hay una parte de Argentina que está con eso y otra que no. En el gobierno de Macri, todos estos acuerdos, luego del 2015, casi no se materializaron, los que estaban andando se frenaron y los que tenían que comenzar a andar no anduvieron. Una prueba es la cuarta central atómica argentina Atucha III, que se firmó y obtuvo el acuerdo del Congreso argentino en 2014, que lo refrendó Cristina en febrero de 2015 en China, pero que no se inició; aún no se está iniciando. Y eso para Argentina debería ser un negocio muy importante, poder tener más energía nuclear y sobre todo poder aplicar lo que Argentina produce. Porque no es que tiene que venir China y vender con llave en mano sino que debería haber transferencia de tecnología, aplicación de lo que Argentina ha desarrollado en energía nuclear. Entonces hay intensión de una parte de la conducción argentina y de otra parte no. El embajador argentino en China (Sabino Vaca Narvaja) empuja como una locomotora. Es el embajador más activo que tiene Argentina. Lo conozco personalmente y sé cómo trabaja, no hay invitación de ninguna empresa china que él no vaya. Está forzando para tener a tres funcionarios para que exploren posibilidades de negocios en todo el territorio chino para empresas y provincias de Argentina. Hay gente que está convencida, Cristina está convencida. Y hay otra parte que no.

¿Salta tiene alguna ventaja para negociar con China?

Salta tiene ventajas fuertes, primero por las riquezas. Todo lo que tiene que ver con agricultura, minería, pero lo que tenemos que entender que todo en China es a largo plazo y en el proyecto de granja porcina que hicieron naufragar, Salta podría ser protagonista. Otra ventaja es su ubicación porque Salta podría tener una salida por el Pacífico lo que sería una ventaja gigantesca. Y la tercera ventaja, que es muy fuerte, es que China está apostando mucho a las relaciones subnacionales. Porque con América Latina los gobiernos nacionales son inestables, en cambio las provincias son más estables, como es el caso de Jujuy en donde (Gerardo) Morales ya viene haciendo negocios desde hace tiempo con China. Salta también tiene esa posibilidad. Ahora Salta tiene que decidirse, y para decidirse hay que tratar con los chinos, hay que ir allá, hay que hablar, hay que mandar representantes, hay que desarrollar una estrategia. Si la provincia se enfocará en un plan de negocios, el embajador podría capitalizarlo.

¿Cómo observa que los chinos se posicionan frente al litio?

El litio es indispensable, pero hay algunas ilusiones como por ejemplo: que el litio es la batería del litio. El mineral es sólo una parte, de entre otras muchas partes, de la batería y en China ya saben que Salta tiene cobre, quizás más difícil de extraer que en Chile, pero que puede más interesante que el litio para las baterías. El litio va a ser indispensable y ahí está de vuelta la decisión de decir: vengan y saquen el mineral con su regalía o exigir que pongan una fábrica de baterías, o de motores para sumar valor agregado. Ahí Salta tiene la oportunidad, sabiendo la necesidad que tienen los chinos, para que le deje a la provincia más que la regalía.

¿Jujuy está más adelante?

Lo fuerte que tiene Jujuy es la planta solar de Cauchari con el mayor emprendimiento de energía solar de América del Sur. Y También están con minería explorando posibilidades. Lo que hizo Morales es tener decisión porque China tiene el plan y si Sudamérica se desarrolla ellos ganan porque invierten. Si ponen plata en una planta nuclear se van a quedar con una parte de la energía. El asunto es que lo tenemos que hacer nosotros. Ellos están con las dos hidroeléctricas en Santa Cruz con una inversión de 5 mil millones de dólares y nosotros lo atrasamos con problemas. Ellos hacen negocios con el desarrollo nuestro y somos nosotros los que nos tenemos que decidir. Ahora bien, Estado Unidos nos pone contra la espada y la pared porque dice que si nos vamos con China nos sacan cosas y ahí hay un lugar para que se cuele la relación subnacional porque quizás Argentina no puede hacer tal negocio, pero sí Salta podría desarrollar una planta porcina, por ejemplo.

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