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La reconstrucción empieza por el país federal

Sabado, 02 de julio de 2022 03:17

Ayer, Armando Caro Figueroa publicó en El Tribuno una iniciativa para afrontar la crisis macroeconómica y social que castiga al país. Propone, como punto de partida, un abordaje que contemple, en primer lugar, las necesidades específicas de cada región y de cada provincia, que apunte, directamente a una premisa: "Producir, producir, producir", en alusión a un discurso pronunciado por Juan Domingo Perón el 15 de abril de 1953.

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Ayer, Armando Caro Figueroa publicó en El Tribuno una iniciativa para afrontar la crisis macroeconómica y social que castiga al país. Propone, como punto de partida, un abordaje que contemple, en primer lugar, las necesidades específicas de cada región y de cada provincia, que apunte, directamente a una premisa: "Producir, producir, producir", en alusión a un discurso pronunciado por Juan Domingo Perón el 15 de abril de 1953.

Era otro país, el de la posguerra; era otra realidad social, con muchas reivindicaciones pendientes pero donde el trabajo y la educación eran una meta y un orgullo. En la edición de papel, por error, se publicó con mi firma y no con la del autor. Se trata de una verdadera invitación al debate multisectorial, una reivindicación del regionalismo y una definición de "federalismo" que rescata al término del desgaste producido por el manoseo político, que termina convirtiendo a ese verdadero cimiento del orden constitucional en un enunciado hueco. Su título es "¿Una Argentina, dos sistemas económicos?" (https:/ /www.eltribuno .com /salta /nota/2022-7-1-0-0-0-

una-argentina-dos-sistemas-

economicos).

Caro Figueroa no propone una fórmula infalible ni una nueva doctrina económica, sino que introduce en el debate político la idea de comenzar por los objetivos: asumir que la única alternativa a la decadencia actual es buscar "una transición" hacia una economía con pleno empleo decente, en una sociedad igualitaria y sin discriminaciones. Es decir, "un Estado democrático, social, federal y constitucional de derecho". La nota expresa los principios liminares que identifican a "Salta en un mundo en cambio". Pero también a la enorme mayoría de argentinos y salteños, agotada por las rencillas del patoterismo político, una práctica que no tiene dueño exclusivo en ninguna corriente política pero que infecta el debate público, por los medios y las redes sociales. La idea central es "la Argentina a dos velocidades; un país, dos sistemas". La transición concluiría en varios subsistemas regionales, con normativas adecuadas a cada uno de ellos, pero como punto de partida hacia un modelo nuevo de país, con nuevos incentivos, reglas e instituciones.

En la misma semana, empresarios rurales e industriales y asociaciones gremiales de Salta plantearon al gobernador Gustavo Sáenz la construcción de "un espacio transversal que lo integran quienes reivindican el derecho de la Provincia de Salta de alcanzar un destino histórico sentando las bases del desarrollo sustentable y contribuyendo al bienestar de todos los salteños".

Porque la crisis macroeconómica y la marginalidad social no golpean de la misma manera en cada región del país, con un área metropolitana que ocupa el centro de la agenda pública y donde la mala praxis política ha engendrado un conurbano que es un verdadero cinturón de marginalidad.

El documento, "Por más federalismo y unidad de los salteños", también denuncia desigualdades históricas "que se expresan en diferencias en la infraestructura pública del interior profundo, falta de competitividad de nuestras economías regionales, precios más gravosos de los combustibles y el transporte, y tarifas energéticas también asimétricas". Y añade que "construir un proyecto colectivo superador exige encontrar el equilibrio entre el bienestar de todos y los intereses sectoriales, en el marco de los naturales disensos que enriquecen la democracia".

Se podría acotar que la economía debería ser pensada a partir de necesidades específicas de los sectores y las regiones. Las escuelas económicas son imprescindibles, porque cada una ofrece perspectivas reales, pero es más imprescindible partir de la realidad. "Una Argentina y dos sistemas económicos" no es una utopía literaria: la realidad muestra que nuestro país parece un ensamble de tres países.

Las perspectivas de futuro, de no mediar un cambio en la cultura política, resultan sombrías para los 24 distritos, pero los indicadores de necesidades básicas insatisfechas y de desarrollo humano encienden un alerta rojo en el Norte Grande, que ya no admite especulación ni dilaciones.

 

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