Pablo Marcelo Rangeón, de 44 años, condenado ayer por el delito de abuso sexual con acceso carnal en contra de Camila Figueroa Ritzel, antes del veredicto y como era de esperar, no perdió la oportunidad de decir sus últimas palabras. En su alocución el penado cargó contra los medios de comunicación de la provincia y tras abandonar el Salón de Grandes Juicios insultó al grupo de mujeres que lo denunció. “Se hizo justicia, se hizo justicia manga de hijas de p...”, apuntó Rangeón luego de haber señalado que no tenía rencor contra nadie y haberse encomendado a Dios.
Con el tesón de quienes creen tener asegurada la impunidad, desde el primer día el productor de modas salteño ingresó al subsuelo de la Ciudad Judicial con la misión de tener todo bajo su control. Desde esa jornada inicial hasta la última, fue advertido por los magistrados acerca de sus actitudes y sus dichos. Mal comportamiento con el personal policial, pretender hacer pasar a alguien frente del estrado de los jueces para que él gratificara cierta circunstancia hasta lo expuesto ayer en sus últimas palabras, fueron fieles demostraciones del que cree estar un paso adelante de todos.
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Pablo Marcelo Rangeón, de 44 años, condenado ayer por el delito de abuso sexual con acceso carnal en contra de Camila Figueroa Ritzel, antes del veredicto y como era de esperar, no perdió la oportunidad de decir sus últimas palabras. En su alocución el penado cargó contra los medios de comunicación de la provincia y tras abandonar el Salón de Grandes Juicios insultó al grupo de mujeres que lo denunció. “Se hizo justicia, se hizo justicia manga de hijas de p...”, apuntó Rangeón luego de haber señalado que no tenía rencor contra nadie y haberse encomendado a Dios.
Con el tesón de quienes creen tener asegurada la impunidad, desde el primer día el productor de modas salteño ingresó al subsuelo de la Ciudad Judicial con la misión de tener todo bajo su control. Desde esa jornada inicial hasta la última, fue advertido por los magistrados acerca de sus actitudes y sus dichos. Mal comportamiento con el personal policial, pretender hacer pasar a alguien frente del estrado de los jueces para que él gratificara cierta circunstancia hasta lo expuesto ayer en sus últimas palabras, fueron fieles demostraciones del que cree estar un paso adelante de todos.
Señaló a uno de los fotógrafos de El Tribuno para acusarlo de haberle sacado una foto de manera malintencionada, “fue el primer fotógrafo que me sacó una foto totalmente distorsionada para que se me vea peor de lo que estaba”, sostuvo en su afán de culpar a otros. Luego siguió y mirando a los medios presente sostuvo: “Le puede pasar a cualquiera de ustedes, les puede tocar que una mujer por despecho o venganza los denuncie”. En el medio de su descargo nombró a un periodista salteño, Sebastián Cardozo, a quien también difamó y como consecuencia recibirá una demanda por calumnias e injurias.
“Ojalá que todas esas personas, y más allá de la sentencia, se arrepientan de todo el daño que me han hecho. Tampoco tengo sed de venganza contra los medios de prensa, no soy nadie, soy un negro de ‘m’ como dijeron siempre”, expresó antes de volver a reiterar su inocencia.
Trata de personas y fiestas vip, al fuero federal
Entre los puntos reflejados por la presidenta del tribunal, Gabriela Romero Nayar, el cuerpo de magistrado hizo lugar a lo solicitado por el fiscal Pablo Rivero y la querella, de pasar al fuero federal los temas de fiestas vip, con prostitución de por medio, y la trata de persona.
Al respecto, el condenado apuntó: “Les voy a pedir a mis abogados que el tema pase al fuero federal para que yo pueda iniciar las acciones legales en ese caso, porque no hay nada relacionado al narcotráfico en mi vida, y mucho menos a la prostitución”.
Con la condena impuesta a Rangeón, siete años por abuso sexual con acceso carnal, quedó probado que el imputado drogó a su víctima para luego violarla. Un modus operandi en la noche salteña que suele ser denunciado en las redes sociales por jóvenes víctimas.