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La gran estafa

Martes, 05 de julio de 2022 02:25

Cuando Bismarck introdujo la primera pensión en 1889, el promedio de vida de un prusiano era de 45 años. En 1935 Estados Unidos estableció el sistema de seguridad social; la edad para acceder a sus beneficios era de 65, tres por arriba de la expectativa de vida en ese país.

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Cuando Bismarck introdujo la primera pensión en 1889, el promedio de vida de un prusiano era de 45 años. En 1935 Estados Unidos estableció el sistema de seguridad social; la edad para acceder a sus beneficios era de 65, tres por arriba de la expectativa de vida en ese país.

He aquí uno de los mayores desafíos del mundo moderno: estamos volviendo a una era pre Bismarck, en la que trabajar no tiene una fecha de terminación formal. La expectativa de vida ha subido 3 años por cada 10 que pasan. El esquema original de los sistemas de retiros cruje por una pirámide social truncada, con gente que muere cada vez más tarde y menos niños que nacen.

Individuos, empresas y Estado tienen que adaptarse, y las políticas públicas ayudar creando el marco. Sea promoviendo el ahorro privado, fomentando esquemas de recontratación para jubilados, eliminando el retiro obligatorio o reformando el sistema de salud. En lo inmediato, la solución principal es aumentar la edad jubilatoria, indexándola a la expectativa de vida.

Todo esto está ocurriendo en la faz civilizada de la tierra. Mientras tanto, en Ciudad Gótica... el oficialismo, contra el oficialismo, consagró en el Senado una nueva injusticia: una "moratoria" previsional, para que se puedan jubilar quienes no se pueden jubilar. El extraño argumento es que "hay que tener corazón" y facilitar que en vez de extenderse la edad jubilatoria, se acorte. Una vez más se libera el derecho de la obligación, en este caso para gastar la plata ajena, la de los que aportaron.

El principal problema de la Argentina es el gasto público. Históricamente representó un 20% del producto bruto. Desde 2003, cuando se inauguró una nueva era de la metafísica del sinsentido económico, saltó al 40%. Y desde hace dos años sigue en aumento. Esa y no otra es la verdadera causa de jóvenes y empresas que nos abandonan en busca de un futuro de racionalidad, cansados de las abstracciones líricas.

La política es como una obra de teatro, que manda señales al mercado (i.e. la gente) desde la representación y la palabra. Que el dólar haya aumentado 13 pesos en 2 días, que la brecha sea de más de 100% y que el riesgo país supere los 2.500 puntos básicos no es un golpe de mercado: es la respuesta a los mensajes que los principales actores de la vida pública envían con sus actuaciones irresponsables.

Lo peor de todo es que este truco de magia de dilapidar la plata de los verdaderos jubilados no es nuevo: ya se practicó en el ciclo pasado, cuando se incorporaron más de dos millones de personas sin aportes al sistema. Se intentó más tarde un mínimo de racionalidad para preservar el futuro de los que aportaron, y golpes de millones de piedras inundaron la Plaza del Congreso.

Golpe a golpe, verso a verso, repetimos obstinadamente los errores y las mentiras. Total, a la comedia le sigue la tragedia de los que tienen que hacerse cargo de los desvaríos.

 

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