En medio de la tensión financiera y la crisis política que atraviesa el Gobierno, el presidente Alberto Fernández suspendió ayer una actividad que tenía prevista en el partido bonaerense de Escobar para mantener una serie de reuniones en la Residencia de Olivos, por fuera de lo que estaba previsto en la agenda oficial.
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En medio de la tensión financiera y la crisis política que atraviesa el Gobierno, el presidente Alberto Fernández suspendió ayer una actividad que tenía prevista en el partido bonaerense de Escobar para mantener una serie de reuniones en la Residencia de Olivos, por fuera de lo que estaba previsto en la agenda oficial.
El día después de la cena con la vicepresidenta Cristina Kirchner y luego del cimbronazo que generó la renuncia del ahora exministro de Economía Martín Guzmán, fuentes oficiales indicaron que Fernández encabezó ayer por la tarde encuentros en la Quinta Presidencial, aunque no detallaron quiénes formaron parte de esas reuniones.
En medio de la expectativa por posibles nuevos anuncios vinculados a más cambios en el Gabinete nacional, la actividad que el jefe de Estado desarrolló en Olivos estuvo rodeada de gran hermetismo.
"Es un Gobierno que está evaluando permanentemente cuáles son las mejores medidas para que el Gobierno funcione mejor, con lo cual hay evaluaciones y conversaciones todo el tiempo. Se va a seguir viendo cómo hacer para que todo mejore", indicó ayer la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti en declaraciones radiales.
De manera intempestiva, el jefe de Estado canceló al mediodía una recorrida que tenía estipulada en su agenda oficial por el Parque Solar Municipal de Escobar, en la localidad de Loma Verde, junto al ministro de Ambiente, Juan Cabandié; el presidente del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable, Ariel Sujarchuk, y el intendente interino, Carlos Ramil.
Según se supo, la ausencia del Presidente en territorio bonaerense fue comunicada a los anfitriones cerca del horario previsto de la actividad, en el marco de lo que algunas fuentes definieron como lo que será "una semana agitada" en la que es posible que haya que reformular la agenda oficial por "temas que surgen en el momento".
Si bien en el transcurso de la tarde comenzaron a circular algunos rumores acerca de que el Presidente se encontraba reunido en la Quinta Presidencial con la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, para terminar de definir su equipo económico, fuentes oficiales negaron esas versiones.
"Batakis está trabajando en el Ministerio de Economía. Cuando esté su equipo completo lo daremos a conocer", puntualizaron.
Desde el entorno presidencial habían afirmado que el cambio en la agenda oficial se debió a que se había extendido más de lo previsto el encuentro que Alberto Fernández mantenía en Olivos con la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, y el senador nacional por esa provincia, Alberto Weretilneck.
En un comunicado, la gobernación indicó que se trató de "una reunión de trabajo en la que se analizaron distintos aspectos de la realidad rionegrina, vinculados principalmente a la cuestión energética".
Además, detalló que uno de los temas abordados fue "la crisis energética mundial y la posibilidad que tiene el hidrógeno de transformarse en una de las alternativas para paliar esta situación, con el agregado de tratarse de una energía limpia y renovable".
Lo cierto es que se trata de días clave para la gestión del gobierno de Alberto Fernández.
El área de Energía, bajo el manto K
Anoche circuló una versión clara: el área de Energía del Ministerio de Economía seguiría siendo territorio kirchnerista. Con ello, la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis no podría reemplazar al actual secretario de Energía, Darío Martínez, y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, los dos hombres que enfrentaron al ahora exministro Martín Guzmán y le ganaron la partida.
Según trascendidos, la vicepresidenta Cristina Kirchner habría rechazado el recambio de los funcionarios en ambas áreas. Ambos son sus alfiles, que mantienen congeladas dos medidas que la Casa Rosada quiere aplicar para reducir el gasto fiscal: la segmentación de tarifas y la distribución de los subsidios.