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Emotivo homenaje al héroe Osvaldo Pos

Se cumplieron 69 años de un hecho doloroso en el que resaltó su valentía y quedó marcado en la historia de Orán.
Jueves, 07 de julio de 2022 02:46

La comunidad oranenses recordó el día en que murió Osvaldo Pos, dejando una profunda huella, convirtiéndose en un héroe civil por haber salvado a varios niños de morir calcinados en un terrible incendio. Su acción es tan recordada que cada año le brindan un homenaje.

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La comunidad oranenses recordó el día en que murió Osvaldo Pos, dejando una profunda huella, convirtiéndose en un héroe civil por haber salvado a varios niños de morir calcinados en un terrible incendio. Su acción es tan recordada que cada año le brindan un homenaje.

La escuela que lleva el nombre del héroe oranense Osvaldo Pos recordó al hombre que murió por salvar a niños atrapados entre las llamas de un ómnibus incendiado. Desde entonces se lo recuerda como un héroe civil por haber ofrendado su vida ayudando sin medir consecuencias y todos los años se conmemora un aniversario más de su fallecimiento.

En la oportunidad, también recordaron al Dr. Mario Moukarzel, quien fuera alumno y vecino de la barriada y que falleció en el 2018 de un infarto.

Descubrieron una placa recordándolo como un profesional generoso y solidario, siempre dispuesto a tender una mano a todos.

Oranense por adopción

Osvaldo Pos nació en 1919 en Villa Ángela, provincia del Chaco, sus padres fueron Mercedes Samaniego y Angel Pos, lo adoptaron cuando tenía solo dos meses.

Llegó a la ciudad de Orán junto a sus padres buscando un futuro mejor atraído por la inmensa riqueza maderera que existía en esta zona, actividad que abrazó apasionadamente. Tenía 22 años.

Su vida se desarrollaba entre viajes, partidos de fútbol con amigos y la atención de sus padres, por quienes tenía un entrañable cariño.

Sus amigos lo llamaban cariñosamente Chiquito o Tumbatarritos. En una tarde del mes de julio de 1953 parte con su amiga Pastora Sánchez en busca de un obsequio para su padre, ya que se acercaba su cumpleaños y tenía información de que había llegado un comerciante de Catamarca que vendía ponchos. En el trayecto, aproximadamente a un kilómetro y medio de la salida de Orán, vio un colectivo que estaba detenido, se acercó con el propósito de brindar ayuda y, en ese momento, el autobús comenzó a arder. No dudó un instante, ni midió el peligro para su persona: rompió las ventanas y empezó a sacar a los alumnos de esa trampa mortal y, cuando creía que estaban todos a salvo, una alumna lloraba por su hermanita que aún no había salido. Decidido, volvió a introducirse en el colectivo envuelto en llamas y rescató a la última niña sana y salva, pero él tenía sus ojos cegados por las graves quemaduras. Ante la falta de auxilio regresó al camión y, guiándose por las indicaciones de su amiga, condujo hasta el hospital, luego de dos días de agonía murió el 5 de julio de 1953.

 

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