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Manes: "Estamos en una crisis política que repercute en lo social y no se ve una salida"

Facundo Manes es un neurocientífico de renombre internacional que hace más de un año decidió involucrase en política. En 2021 participó de las elecciones intermedias y accedió a una banca como diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.
Viernes, 08 de julio de 2022 01:37

Durante este tiempo el crecimiento de Facundo Manes no se detuvo y logró ubicarse como una de las figuras nuevas dentro de la política y del radicalismo, espacio al que pertenece.

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Durante este tiempo el crecimiento de Facundo Manes no se detuvo y logró ubicarse como una de las figuras nuevas dentro de la política y del radicalismo, espacio al que pertenece.

El médico visitó la ciudad de Salta y brindó una charla abierta a toda la comunidad en la plaza 9 de Julio, en el que habló sobre cuáles son los desafíos que enfrenta la Argentina de cara al futuro. En una entrevista a solas con El Tribuno, el destacado profesional hizo un repaso sobre la política actual y lo que necesita Argentina para crecer como país.

Gracias por recibir a diario El Tribuno. Primero te quería preguntar ¿cómo ves el país hoy que está atravesando una profunda crisis social, política y económica?

Mirá, estamos en un proceso de fin de ciclo, venimos con una decadencia en Argentina de décadas. El último escalón civilizatorio que tuvimos hacia arriba fue la reconstrucción democrática. Después, esa dirigencia no nos pudo dar prosperidad, no nos educó del todo, ni nos dio salud, ni alimentación y ahora necesitamos un nuevo salto civilizatorio, que es entrar al progreso, a la modernidad. En vez de estar pensando en eso, estamos sumidos en una crisis política que repercute en la economía, en lo social y que lamentablemente no se ve una salida porque el principal problema de esta crisis es de origen. La expresidenta y vicepresidenta actual puso con un tuit al Presidente. En un país presidencialista uno tiene el poder fuera de la Casa Rosada. Esa anomalía de origen es lo que está desencadenando la crisis del Frente de Todos, en un país donde esta coalición no solo debería estar unida, sino convocando a la oposición para esta reconstrucción, para este salto civilizatorio hacia la modernidad. En vez de eso estamos metidos en una bola de nieve hacia abajo que cada vez se agranda más.

¿Cómo ves esa pelea interna del gobierno que definitivamente está creando una crisis profunda a nivel social, económico e institucional?

Si vos me preguntas como estamos los argentinos hoy, Martín yo te diría que estamos quebrados por dentro, con el alma rota, estamos tristes, es una sociedad apática, resignada y el mayor desafío de los liderazgos en estos momentos es convertir esta resignación en esperanza, que no es fácil. Por eso creo que se va a hacer de abajo para arriba y desde el interior hacia la Capital Federal lo que viene. Este cambio de clima de época, de mentalidad colectiva que necesitamos no lo va a poder hacer una persona ni un partido ni una coalición. Va a tener que ser de la gente, como fue la reconstrucción democrática del 83, cuando la sociedad pidió un salto civilizatorio. Antes de eso, los argentinos resolvíamos los problemas con violencia. Hace 40 años que resolvemos los problemas con democracia. Pero ahora necesitamos otro salto civilizatorio hacia vivir mejor, el bienestar, el progreso y eso no lo va a hacer un dirigente, lo va a hacer una sociedad que va a votar, para mí, en la próxima elección presidencial, algo nuevo frente a lo viejo. Yo no veo una salida a esta bola de nieve que se está agrandando si no hay un cambio de mentalidad colectiva, un cambio de rumbo y para mi tiene que salir de abajo para arriba.

¿Qué visión estratégica tiene de Argentina en un país que es poco federal?

Creo que las economías regionales, sobre todo en estas zonas que tienen turismo además de los recursos naturales como el litio, tenemos que sacarle el freno de mano. Muchas veces las cosas que se deciden en Buenos Aires repercuten negativamente acá. Hay que sacarle el freno de mano a la gente. El Estado argentino y la dirigencia muchas veces le pone un freno de mano al capital argentino. Lo mejor que tiene Salta no es solamente el turismo ni los recursos naturales, es la gente. Hay que potenciar la educación, la innovación, la ciencia, la tecnología federal. Tenemos que promover el federalismo científico y tecnológico para darle valor a los productos que ustedes exportan al mundo. Facilitarle la exportación, educar a la gente, liberar el potencial de salteño, del noroeste, del interior y hacer un país más federal en todo sentido. Creo que la gente va a querer eso, tenemos una visión muy porteña de la Argentina.

¿Tiene que haber un gran pacto entre todas las fuerzas políticas?

Sin dudas. Por eso uno tiene que resignarse a que los extremos no van a estar ahí, porque los extremos quieren más polarización porque el tribalismo hace ganar elecciones pero son perjudiciales para un proyecto de país, para un consenso. Nosotros tenemos que preguntarnos ¿cuál es la idea de Argentina? De qué vamos a vivir, cómo se van a duplicar las exportaciones, cómo vamos a generar riqueza. Para eso necesitamos invertir en educación, en ciencia, en tecnología, vincularlo al sector productivo, instituciones fuertes, una geopolítica con una inserción adecuada de argentina en el mundo, ejemplaridad de la dirigencia, cohesión social. Ok ¿estamos de acuerdo todos en eso? Vamos a hacer un plan integral de gobierno y la gente que decida quien lidera ese proceso, pero claramente Argentina está en etapa donde si no hay una unión en el rumbo de país el que venga va a fracasar.

¿Te gustaría ser el que lidera ese proceso? ¿Te gustaría ser candidato a presidente?

Me gusta mucho ser parte de un proceso colectivo que se está gestando, sobre todo con la gente. El año pasado me decían no te metas, no te involucres, tenés prestigio, confort. Y yo decía que importa mi prestigio y mi confort si seis de cada diez chicos no pueden alimentarse en el conurbano bonaerense, si la sociedad se está empobreciendo, si estamos cada vez más fuera del mundo. La verdad que me siento pleno siendo parte de este proceso colectivo. Por supuesto que voy a estar hasta el final, pero la gente va para ponerme en el lugar que ella considere.

¿A qué viniste a Salta?

En Salta vinimos a juntarnos con todos los sectores políticos y los apolíticos para hablar de empatía, de la palabra que nos puede unir a los argentinos porque empatía significa reconocer al otro. Sentir lo que siente el otro, entender lo que piensa el otro aunque sea diferente a lo nuestro, y esa es la salida porque eso nos va a permitir fusionarlos en un todo. Millones de voces fusionadas en un todo con un propósito común.

¿Cómo te nutre el contacto con la gente o qué energía te da?

Cuando muchos están hablando de irse del país, critican la situación, están angustiados, yo les digo el mejor remedio es recorrer la Argentina y ver la gente de a pie, que es lo mejor de Argentina. Te diría que es terapéutico y yo estoy agradecido de estar en contacto con la gente de a pie, que trabaja, que a pesar de todas las dificultades se levanta y abre las persianas. Cuando uno ve el poder de la gente se empodera.

¿Te duele que un joven te diga me quiero ir porque no hay futuro?

Te voy a ser sincero y te voy a decir algo que nunca dije y lo venía pensando recién. El fin de semana con la crisis económica que se agravó por la renuncia del ministro (Martín Guzmán) me sentí un poco angustiado porque yo pensé que nunca iba a vivir lo que vivió mi viejo. Él me contó las crisis argentinas y yo decía: las vivió él. En 2001 regresé al país y dije: después encaramos la modernidad porque nos dimos cuenta que el tratamiento no es este, el populismo, la corrupción, la falta de rumbo y lamentablemente hoy no le puedo decir a mi hijo que tiene 14 años y a mi hija de 17 que no van a vivir lo que vivió su abuelo y lo que estamos viviendo nosotros. Entonces, entiendo que los chicos que se quieran ir, pero también les digo que se vayan pero que los vamos a traer de vuelta. Estamos trabajando para que regresen y para que muchos no se vayan porque esta es nuestra patria y no podemos renunciar a la Argentina. Viví mucho tiempo en el exterior, trabajaba en laboratorios, en los mejores hospitales del mundo en mi especialidad. Me pagaban bien, tenía una casa linda pero en todos los años que viví, cada día sentía que no estaba en mi lugar, que tenía que hacer algo para demostrar que pertenecía. Acá es duro pero es nuestro, el país está dentro de uno, así que no podemos renunciar a Argentina.

 

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