Cada gato tiene su propia personalidad, aunque comparte con sus congéneres patrones de conducta. Algunos son amigables, positivos y resueltos, otros son nerviosos, tímidos y cautelosos. La diferencia en la personalidad se origina en los genes. Por ejemplo, las hembras de pelaje blanco y ojos azules, tienden a ser tímidas. Pero la experiencia temprana, cuando son cachorros, también es muy importante en la formación de las personalidades. Los cachorros a quienes se acaricia o con los que se juega tienden a convertirse en gatos seguros.
Las definiciones de las personalidades humanas también pueden aplicarse en el gato. El que es extrovertido o sociable es vital, positivo y aventurero; el tipo neurótico o reservado es tímido, taciturno, emotivo, tenso, y ansioso. Algunos ejemplares son antisociales y no dan ningún calor a los humanos.
Introvertidos y extrovertidos: experimentos demostraron que basta con hablar suavemente a los cachorros, casi desde recién nacidos, para que se conviertan en adultos más seguros e independientes. Además, finalizan más rápido la lactancia. Los cachorros activos se transforman en individuos con grandes energías, mientras que los reservados se vuelven más solitarios.
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Cada gato tiene su propia personalidad, aunque comparte con sus congéneres patrones de conducta. Algunos son amigables, positivos y resueltos, otros son nerviosos, tímidos y cautelosos. La diferencia en la personalidad se origina en los genes. Por ejemplo, las hembras de pelaje blanco y ojos azules, tienden a ser tímidas. Pero la experiencia temprana, cuando son cachorros, también es muy importante en la formación de las personalidades. Los cachorros a quienes se acaricia o con los que se juega tienden a convertirse en gatos seguros.
Las definiciones de las personalidades humanas también pueden aplicarse en el gato. El que es extrovertido o sociable es vital, positivo y aventurero; el tipo neurótico o reservado es tímido, taciturno, emotivo, tenso, y ansioso. Algunos ejemplares son antisociales y no dan ningún calor a los humanos.
Introvertidos y extrovertidos: experimentos demostraron que basta con hablar suavemente a los cachorros, casi desde recién nacidos, para que se conviertan en adultos más seguros e independientes. Además, finalizan más rápido la lactancia. Los cachorros activos se transforman en individuos con grandes energías, mientras que los reservados se vuelven más solitarios.
Personalidad juguetona: los cachorros se abrazan y se empujan entre sí, con frecuentes contactos con la cabeza, lo que forma parte de su desarrollo social normal. Si crecen sin la oportunidad de jugar con otros, no desarrollan un repertorio completo de conducta.
Expansión de la individualidad: golpearse y molestarse entre sí es común entre los gatitos vivarachos. Este tipo de comportamiento extrovertido durante la primera edad frecuentemente conduce a un comportamiento similar en la adulta. Pero no siempre se puede predecir qué tipo de personalidad desarrollará un gato determinado.
Cachorro dominante: dotado de destreza física, este extrovertido gatito, lucha a zarpazos con su hermano. El carácter sociable se acentúa con la actividad gregaria que proporciona el juego. Los cachorros dominantes también lo son cuando adultos, ya que estos rasgos de personalidad están presentes en los genes.
Minino tímido: alerta, tenso y solitario, el gato introvertido espía desde atrás de un objeto. La falta de confianza en sí mismo y, a menudo, el miedo u hostilidad hacia la gente y sus congéneres, es una característica del tipo introvertido que se establece en las primeras semanas de vida.
Adulto aprensivo: una personalidad introvertida, por lo general, se desarrolla cuando al cachorro le falta contacto social. Aunque lento, silencioso y menos receptivo que un extravertido, el gato cauteloso aprende más rápido y es más fácil de entrenar.
Su conversación
El gato utiliza su voz para darle la bienvenida al hogar, pedir comida, solicitar atención, llamar a su pareja, quejarse, amenazar y protestar. Trátese de enojo, ansiedad indignación o alegría, el humor del gato se revela en los sonidos. Los cachorros de alrededor de 12 semanas de vida ya dominan toda la gama del vocabulario de un gato adulto, que incluye por lo menos 16 sonidos diferentes, pero probablemente los gatos puedan distinguir muchos más. Algunos ejemplares y razas, especialmente los siameses, tienen más vocalizaciones que otros.
Extenso vocabulario: el lenguaje gatuno puede dividirse en tres categorías generales de sonidos: murmullos, vocalizaciones y sonidos de alta intensidad. Los murmullos incluyen el ronroneo y los “gorjeos” utilizados para saludar o expresar alegría. Una madre realiza esos sonidos para atraer a sus cachorros. Cuando un gato pide algo, se queja o se siente desorientado, emite sonidos vocales como: “miau”, “miu”, “MI-au” y “mi-AU”. Los sonidos de alta intensidad incluyen el gruñido, gemido de enojo, refunfuño, chillido de dolor o temor, silbido, bufido y el grito de la hembra durante el celo.
Ronroneo maternal: cuando da de mamar la madre adopta una posición relajada y ronronea rítmicamente en señal de alegría. Todavía no se comprende plenamente la causa del ronroneo, pero se piensa que es un sonido producido en lo profundo de algún lugar del pecho. Como no utiliza la cavidad sonora también puede gorjear al mismo tiempo.
Ataque de ansiedad: el gatito llama con aflicción y lanza este quejido ansioso, similar al de un bebé, cuando tiene hambre, frío o está lejos de su madre.
Silba y escupe: este gato arquea su lengua cuando siente temor o cólera para forzar la salida de una bocanada de aliento cálido. Lo utiliza para intimidar, así que percibir y oler su silbido es tan importante como escucharlo.
El maullido de reclamo: este gato hambriento aúlla lastimeramente pidiendo comida. La inflexión y la entonación del maullido puede expresar un amplio aspecto de sentimientos. Sin embargo, algunas veces es solo por la postura de requerimiento que adopta que el dueño puede decir que está maullando, ya que puede emitir sonidos de alta frecuencia que están fuera de nuestro rango auditivo.
Ronroneo de felicidad: extendido sobre un cojín, el gato ronronea de placer. Tales murmullos son, por lo general, una señal de que se siente contento y seguro. Paradójicamente, un gato enfadado también ronronea para apaciguar su disgusto.