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Presbítero Serapio Gallegos, un sacerdote todo terreno

Fue cura párroco, intendente, legislador provincial y nacional, y ternado ante la Santa Sede para obispo de Salta.
Domingo, 07 de agosto de 2022 02:49

Ayer, sábado 6 de agosto, se cumplió el 125° aniversario del fallecimiento del presbítero Dr. José Serapio Gallegos, cura párroco, intendente y legislador de Cerrillos. En su homenaje y por iniciativa del desaparecido Club Atlético Pueblo Nuevo, la Municipalidad creó en 1967, la “Semana de Cerrillos”, con el fin de exaltar la historia y las distintas manifestaciones culturales, sociales y deportivas del pueblo.
Hasta entonces, la personalidad del presbítero Serapio Gallegos era prácticamente desconocida, pese a que la plaza principal del pueblo llevaba su nombre -según una versión oral- desde 1898. 
En el transcurso de aquella primera Semana de Cerrillos iniciada el 6 de agosto, se organizaron charlas de historia en el salón de la Biblioteca Municipal José Hernández. Una de ellas versó sobre la vida de Gallegos, permitiendo que desde entonces se supiese parte de su vida pública. Los datos los aportaron el Archivo Histórico de Salta y descendientes de viejas familias locales, como el caso de la licenciada Ángela Ruiz quien donó una desconocida fotografía del difunto prelado.
Su biografía dice que nació en la ciudad de Salta en el año 1824, aunque se desconoce la fecha exacta del natalicio. Su padre fue miliciano de las fuerzas gauchas de Güemes y luego funcionario del gobierno del general José Álvarez de Arenales.
Su primera educación la recibió en el Seminario de Salta pero sus estudios sacerdotales los cursó en Córdoba, donde se doctoró y ordenó en 1850. Pero además, en La Docta adquirió conocimientos de medicina que luego les fueron de gran utilidad cuando aquí se sumó como voluntario en la lucha contra el cólera a fines del siglo XIX.
Ya sacerdote, se estableció en Jujuy donde luego de fundar una escuela de gramática latina, regresó a Salta para dedicarse al sacerdocio, la política y el periodismo. 
En 1851 ya estaba en Cerrillos, ocupándose de la refacción del segundo templo, edificio que finalmente en 1853 tuvo que ser demolido. Fue entonces que comenzó a trabajar en la erección de la tercera iglesia parroquial.

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Ayer, sábado 6 de agosto, se cumplió el 125° aniversario del fallecimiento del presbítero Dr. José Serapio Gallegos, cura párroco, intendente y legislador de Cerrillos. En su homenaje y por iniciativa del desaparecido Club Atlético Pueblo Nuevo, la Municipalidad creó en 1967, la “Semana de Cerrillos”, con el fin de exaltar la historia y las distintas manifestaciones culturales, sociales y deportivas del pueblo.
Hasta entonces, la personalidad del presbítero Serapio Gallegos era prácticamente desconocida, pese a que la plaza principal del pueblo llevaba su nombre -según una versión oral- desde 1898. 
En el transcurso de aquella primera Semana de Cerrillos iniciada el 6 de agosto, se organizaron charlas de historia en el salón de la Biblioteca Municipal José Hernández. Una de ellas versó sobre la vida de Gallegos, permitiendo que desde entonces se supiese parte de su vida pública. Los datos los aportaron el Archivo Histórico de Salta y descendientes de viejas familias locales, como el caso de la licenciada Ángela Ruiz quien donó una desconocida fotografía del difunto prelado.
Su biografía dice que nació en la ciudad de Salta en el año 1824, aunque se desconoce la fecha exacta del natalicio. Su padre fue miliciano de las fuerzas gauchas de Güemes y luego funcionario del gobierno del general José Álvarez de Arenales.
Su primera educación la recibió en el Seminario de Salta pero sus estudios sacerdotales los cursó en Córdoba, donde se doctoró y ordenó en 1850. Pero además, en La Docta adquirió conocimientos de medicina que luego les fueron de gran utilidad cuando aquí se sumó como voluntario en la lucha contra el cólera a fines del siglo XIX.
Ya sacerdote, se estableció en Jujuy donde luego de fundar una escuela de gramática latina, regresó a Salta para dedicarse al sacerdocio, la política y el periodismo. 
En 1851 ya estaba en Cerrillos, ocupándose de la refacción del segundo templo, edificio que finalmente en 1853 tuvo que ser demolido. Fue entonces que comenzó a trabajar en la erección de la tercera iglesia parroquial.

La Semana de Cerrillos se organiza desde 1967 en homenaje a Serapio Gallegos. Su finalidad, ahora ignorada, era exaltar la historia y los valores culturales, sociales y deportivos de la localidad.
 


El 11 de mayo de 1858 fue designado por el gobernador Martín Güemes y Puch, presidente de la Comisión Municipal de Cerrillos (intendente) cargo que ejerció hasta el 27 de mayo 1882, en forma intermitente dado los cargos legislativos que ocupó.
En 1859 fue electo diputado nacional ante el Congreso Legislativo Federal realizado en la ciudad de Paraná, Entre Ríos. Y así fue que el 15 de mayo de ese año, participó, según consta en el acta, de la Asamblea Legislativa junto al senador por Salta, don Tomás Arias. 
A su regreso, cumplió distintas tareas sacerdotales hasta que en 1864 fue designado nuevamente cura pedáneo en Cerrillos. 
Cumpliendo esas funciones fue que por mandato del obispo fray Buenaventura Rizo Patrón, debió intervenir en el famoso entredicho que se desencadenó entre el clero y el gobernador Cleto Aguirre, más conocido como el “Conflicto de las campanas”.
Años más tarde, al crearse el Senado de la Provincia en 1875, José Serapio Gallegos fue elegido senador por el departamento de Cerrillos y como tal, fue el primer vicepresidente del Senado de la Provincia. 
En la segunda mitad del siglo XIX, Gallegos integró en reiteradas oportunidades la Legislatura provincial, siendo su período más destacado entre los años 1886 y 1889, coincidente con la gobernación de don Martín Gabriel Güemes. Por sus conocimientos y capacidad de trabajo fue invitado a integrar los gobiernos de Benjamín Zorrillas y Juan Pablo Saravia, pero siempre declinó participar.
Fue un orador catedralicio de fama, y muy considerado sobre todo después de su alocución sobre la Eucaristía pronunciado en la Catedral de Salta el 19 de junio de 1873, y que por su valor fue publicado oficialmente por el obispado local.
Por sus condiciones intelectuales, su nombre fue incluido en primer término de la terna que el Senado de la Nación propuso para la designación del titular del obispado de Salta, vacante desde la muerte del obispo Fray Buenaventura Rizo Patrón. 
A consecuencia de ello, el Presidente de la Nación, Dr. Miguel Juárez Celman elevó ante la Santa Sede el nombre de nuestro presbítero para diocesano de Salta, presentación que el Vaticano respondió con el silencio más absoluto. Más tarde el Gobierno Nacional reiteró su propuesta y sugirió que hasta tanto fuese designado por el Vaticano, Gallegos asumiera las funciones administrativas de la diócesis salteña. 
Pero como ello fue rechazado por el Cabildo Eclesiástico local, el presbítero presentó su renuncia indeclinable ante el Senado de la Nación a la terna del obispado de Salta. 
Cabe recordar que por entonces las relaciones entre el Gobierno Argentino y la Santa Sede no eran buenas desde la presidencia del general Julio Argentino Roca, época en que entre ambos estados se habían interrumpido las relaciones diplomáticas. De manera que por entonces, la designación de un obispo en nuestro país a propuesta del Estado argentino, no era preocupación para el Vaticano. 

 Obras públicas

Como ya se dijo, José Serapio Gallegos asumió por primera vez como intendente de Cerrillos, el 11 de enero de 1858. A partir de entonces se dedicó a mejorar la vida de los pobladores con importantes obras.

A él se debe el primer trazado urbano del pueblo que por entonces se extendida exclusivamente a lo largo del camino nacional (RN68) que unía Salta con los Valles Calchaquíes. En esa planificación y tomando como eje la ruta, se trazaron dos calles más de sur a norte y cinco de este a oeste. Además reservó espacios para la plaza pública frente al templo y los edificios públicos (Casa Municipal y comisaría). 
Otra concreción de relevancia fue crear y construir el cementerio municipal en una falda de las serranías del este, sitio que aun ocupa la necrópolis local. Hasta entonces el cementerio era de la iglesia y ocupaba el predio posterior del templo. Una de las razones del traslado fue el cólera, epidemia que Gallegos combatió personalmente ayudando a los enfermos y haciendo perforar un pozo de agua para uso público en la plaza que hoy lleva su nombre. Habilitado el aljibe, prohibió a la pequeña población la extracción de agua para beber proveniente de las corrientes circundantes, entre ellas la “Acequia de Tejadas” que cruzaba el pequeño poblado.

 La Casa Municipal

En 1880 suscribió un contrato con el señor Juan Peretti para la construcción de una casa municipal con “siete amplios salones por $7.000 bolivianos de 400gs”. Como el edificio debía tener tres patios y una amplia galería al frente, el constructor le dio a esta, una resolución con influencia neoclásica, de arcos góticos y molduras en las paredes. En síntesis, un frontis similar al Museo Arqueológico de Cachi. Esta Casa Municipal, parte del patrimonio arquitectónico del pueblo, fue demolida en 1977, por el intendente Subof. My. Joaquín Irazusta.
Otra obra de gran envergadura de Serapio Gallegos fue la iglesia parroquial, edificio erigido con el asesoramiento técnico de los padres franciscanos y el aporte económico de las familias Cánepa, Peretti y Peralta. Según el desaparecido arquitecto Mariano Sepúlveda, en su construcción participó Luigi Giorgi, y para la arquitecta Graciela Viñuales este templo “fue un hermoso ejemplo de la corriente italianizante”. Se terminó de construir en 1894 y se derrumbó en 1982 por defectuosos trabajos de refacción realizados en 1960, al quitársele las canaletas del techo a dos aguas, siendo párroco el P. Egidio Bonatto.

Ferrocarril

En 1879, Serapio Gallegos presidió la “Comisión del Ferro-Carril de Cerrillos”. Por su iniciativa, el 29 de septiembre de ese año, la comisión se dirigió al director del Ferrocarril Central Norte, Ing. Esteban Dumesnil, solicitando que la línea férrea desde Cabra Corral pase por Cerrillos. El tren llegó al pueblo en 1898, al año de su muerte, aunque alcanzó a ver los trabajos de terraplenado del ramal C-13.
José Serapio Gallegos falleció el 6 de agosto de 1897. Sus restos fueron sepultados al pie del altar mayor del templo que había      hecho construir.

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