La tradición de comprar claveles para el Señor y la Virgen del Milagro en los días previos a la procesión resurge con fuerza luego de dos años en que la fiesta religiosa estuvo marcada por las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19. Los ambulantes aprovechan el movimiento de estos días y ofrecen tres flores por $500.
Cientos de fieles se acercaron en la mañana del sábado a la Catedral para rezar. Los que no tienen el libro de la novena o necesitan renovarlo, lo compran por $300 a los vendedores que trabajan en las calles del centro. También se ofrecen distintos modelos de rosarios, que pueden llegar a $700 cada uno.
Pero la coyuntura económica y la aceleración de la inflación también se refleja en el Milagro. El año pasado, dos claveles costaban $100. Este año se venden dos por $500. Hace un año, una novena se conseguía por $100 y ahora se paga $300. Un rosario podía encontrarse a $200 y ahora se cobra el doble o más.
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La tradición de comprar claveles para el Señor y la Virgen del Milagro en los días previos a la procesión resurge con fuerza luego de dos años en que la fiesta religiosa estuvo marcada por las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19. Los ambulantes aprovechan el movimiento de estos días y ofrecen tres flores por $500.
Cientos de fieles se acercaron en la mañana del sábado a la Catedral para rezar. Los que no tienen el libro de la novena o necesitan renovarlo, lo compran por $300 a los vendedores que trabajan en las calles del centro. También se ofrecen distintos modelos de rosarios, que pueden llegar a $700 cada uno.
Pero la coyuntura económica y la aceleración de la inflación también se refleja en el Milagro. El año pasado, dos claveles costaban $100. Este año se venden dos por $500. Hace un año, una novena se conseguía por $100 y ahora se paga $300. Un rosario podía encontrarse a $200 y ahora se cobra el doble o más.
Los fieles dejan claveles rojos y blancos a los pies del Señor y la Virgen del Milagro. Luego, muchas de estas flores se usarán en las coronas que adornan las imágenes durante la procesión o en la lluvia de pétalos que se hace desde el campanario de la Basílica para cerrar la fiesta de fe del 15 de septiembre. Hay quienes también acostumbran a comprar un ramo para llevar a sus casas en esta época.
Por la gran circulación de fieles en estos días, también se montó un puesto del Samec (Sistema de Atención Médica para Emergencias y Catástrofes) afuera de la Catedral.
Patricia Romero, médica del Samec, dijo que cuentan con un mini “shock room” donde dar asistencia inmediata a cualquiera que se descompense. Luego de estabilizarlos, en caso de ser necesario, los pacientes son derivados a hospitales. “Estamos acá, desde que comenzó la novena, para dar una primera asistencia. Tenemos cerca de 200 atenciones cada día por hipertensión, dolor abdominal, calambre... es muy variado”, explicó.
Además hay un puesto de vacunación donde se colocan dosis del calendario nacional y contra el COVID-19. Al menos 120 personas por día se acercan inmunizarse.