Cada lunes y jueves, bidones llenos de orina esperan ser recolectados en las puertas de las casas de varios barrios de la capital salteña y localidades cercanas, como General Güemes, Cerrillos, La Merced, El Carril. La escena, que llama la atención desde hace varios años, tiene que ver con un laboratorio que utiliza el contenido de estos recipientes para la fabricación de un producto para fertilidad.
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Cada lunes y jueves, bidones llenos de orina esperan ser recolectados en las puertas de las casas de varios barrios de la capital salteña y localidades cercanas, como General Güemes, Cerrillos, La Merced, El Carril. La escena, que llama la atención desde hace varios años, tiene que ver con un laboratorio que utiliza el contenido de estos recipientes para la fabricación de un producto para fertilidad.
Olga Medina, una vecina del barrio Aráoz de la zona sur, es una de las que recolecta su orina para donarla a la empresa hace dos años. "Me dejan el bidón que viene con un polvito y una pelela, que cada tanto me la cambian" , contó a El Tribuno. "Es para remedio" aseguró y dijo que, como no "le cuesta nada", lo hace "para ayudar".
Las mujeres no saben explicar muy bien qué pasa una vez que la empresa manda a retirar los bidones de sus casas. Lo que sí saben es que solo buscan a donantes "mayores". Los recolectores del laboratorio pasan dos veces a la semana y les dejan un recipiente vacío para que lo llenen hasta la próxima visita.
Cada bidón viene con un polvo para "conservar" y evitar "malos olores". Como retribución, una vez por mes las mujeres que participan, reciben un regalo. En la mayoría de los casos se trata de cosas para la casa. "Están lindas, de buena calidad", celebran las vecinas.
El último presente fueron tacitas de café. Otras veces les dieron jarras de vidrio, tachos, tuppers, ralladores y tijeras para cortar pollo. "El día que te dan el premio viene una chica que acompaña a los muchachos que recolectan, está toda vestida de blanco", contó una mujer.
Con unos carritos y casi corriendo, los recolectores de la empresa, llamada Transporte 130, recorren las casas para retirar los bidones y luego dejarlos en un punto de encuentro por donde pasará un mismo camión para llevarlos. Después, explicó uno de los trabajadores, los bidones se acopian en un depósito ubicado en el barrio Portezuelo, para luego ser enviados a Buenos Aires. Informó que la orina debe ser de "mujeres de más de 50 años, con menopausia o de mujeres que cursen su primer trimestre de embarazo".
Desde el Ministerio de Salud de Salta informaron que se trata de una empresa privada extranjera que trabaja hace 6 años en Salta y realiza estudios de hormonas en orina en mujeres menopáusicas. También comunicaron que está habilitada por ANMAT y Nación.
La orina se junta para el laboratorio Biomás SA que en su página de internet promueve ayuda para concebir e invita a donar orina. El requisito es cursar hasta el cuarto mes de embarazo o tener más de 50 años, o en su defecto que haya pasado 12 meses de la última menstruación. El laboratorio explica que de la orina se extraen gonadotrofinas, hormonas que se usan "como ingrediente activo en medicamentos para hombres y mujeres con dificultades para concebir".
Más de mil dólares puede llegar a costar un envase de 0,5 miligramos de godanotrofina coriónica liofilizada en el mercado.
El destino final de los bidones
Los bidones son recolectados para el laboratorio Biomás SA. En su página web, la empresa difunde tratamientos de fertilidad e invita a la donación de orina. El requisito que pide es que las mujeres donantes cursen hasta el cuarto mes de embarazo, tengan más de 50 años o que hayan pasado 12 meses de la última menstruación. De la orina se extrae gonadotrofinas, hormonas que se usan hace 40 años "como ingrediente activo en medicamentos para hombres y mujeres con dificultades para concebir". Las gonadotrofinas (folículo estimulante y la luteinizante) son eliminadas por la orina de mujeres menopáusicas.