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"No tengo tiempo para estar triste, y hago reír todo el día... todos deben recibir cariño"

Carlitos Balá falleció a los 97 años. Desde comienzos de la década del 70, fue sinónimo de humor sano para varias generaciones de argentinos; sus ciclos televisivos para niños y constantes giras por el país difundieron los latiguillos más célebres de sus personajes al habla popular; había debutado en radio en 1955, con "La revista dislocada".
Sabado, 24 de septiembre de 2022 02:37

A los 97 años murió Carlitos Balá. Hasta el último instante fue leal al compromiso que se impuso desde comienzos de la década del 70: hacer reír a los chicos y a sus familias, preferentemente desde los escenarios teatrales y los espectáculos circenses. En verdad, toda la vida de Balá fue un muestrario de comicidad, desde que con 10 años armaba improvisados tinglados teatrales con los cajones de fruta del negocio de su padre. El juego predilecto del pequeño consistía en improvisar escenas con figuritas humanas recortadas de las revistas infantiles de la época.

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A los 97 años murió Carlitos Balá. Hasta el último instante fue leal al compromiso que se impuso desde comienzos de la década del 70: hacer reír a los chicos y a sus familias, preferentemente desde los escenarios teatrales y los espectáculos circenses. En verdad, toda la vida de Balá fue un muestrario de comicidad, desde que con 10 años armaba improvisados tinglados teatrales con los cajones de fruta del negocio de su padre. El juego predilecto del pequeño consistía en improvisar escenas con figuritas humanas recortadas de las revistas infantiles de la época.

Fue la primera demostración de precoz talento artístico de Carlos Salim Baláa, nacido el 13 de agosto de 1925 en el barrio de Chacarita, en el hogar de un inmigrante libanés y una argentina descendiente de croatas. Con el tiempo, la mención oficial del documento de identidad quedó en segundo plano frente a la elección artística. Balá quiso hasta el final que todos lo reconocieran a partir de su nombre en diminutivo. "Me hace más joven, más simpático, más amigo del público", explicó en una charla con La Nación.

Los inicios en escena

No muy lejos del hogar, en el antiguo teatro Argos de Federico Lacroze y Alvarez Thomas (hoy Vorterix), el joven Balá no se animó a salir al escenario y encontró modesta compensación en el manejo del telón de la sala. Con el tiempo fue superando aquellos temores: primero como integrante de la murga Los Pecosos de Chacarita y más tarde en los coches de la línea 39, donde entretenía a los pasajeros contando chistes. También trabajó como repartidor, administrativo y peón de imprenta. Hasta que en 1955 dio el primer paso de su larguísima carrera artística sumándose al elenco de "La revista dislocada", éxito radiofónico de Délfor. "Estuve 30 años haciendo reír a la gente gratis, hasta que empecé a trabajar en La revista dislocada", confesó muchos años después.

Y posteriormente popularizó su imagen junto con Alberto Locatti y Jorge Marchesini, aplaudido trío conocido por su programa "Los tres..." por radio El Mundo. Con ellos llegó a participar en el "El show de Andy Russell", para luego protagonizar "¡Qué plato!", antes de separarse en 1960.

La década del 60 fue el mejor momento artístico de toda su carrera. La comenzó como heredero del Joe Bazooka que dejó vacante Alberto Olmedo y la cerró en 1970 con uno de sus mejores ciclos de sketches, "Balabasadas". Allí supo enriquecer su estilo con el valioso aporte de Juan Carlos Calabró en los libros y la actuación. Esa colaboración, que se extendió a otros ciclos. Ambos siempre levantaron la bandera del humor blanco y familiar como resultado de un trabajo minucioso, obsesivo y perfeccionista, en el que había mucho ensayo y muy poco de improvisación. "Cuando hago un sumbudrule, el actor tiene que darse vuelta cuando pronuncio la 'e'. Porque en la 'e' yo saco la mano y me rasco la cabeza y miro para otro lado. Es una cuestión de segundos", ejemplificó. El famoso chiste de la "aneda" que ambos compartían fue siempre visto como un ejemplo de sketch elaborado hasta el mínimo detalle.

Tras participar en "El Show Super 9", con Mirtha Legrand y Duilio Marzio, debutaría en la pieza teatral "Canuto Cañete, conscripto del siete", toda una suma de éxitos que lo llevaron a tener su propio ciclo y "Balamicina". También en 1963 debutaría en el cine con la versión de "Canuto Cañete, conscripto del siete".

En 1964 se concreta su pase a Canal 13 para protagonizar "El soldado Balá", primer paso de una carrera televisiva que lo llevó a ser una de las grandes figuras del entretenimiento de esa década y la siguiente, con "El flequillo de Balá", de Camarotta; "El clan de Balá", con libros de Juan Carlos Mesa, Carlos Basurto y Garaycochea; el ómnibus "Sábados Circulares", de Pipo Mancera; "Balabasadas", "El Circus Show de Carlitos Balá", "El Circo Mágico de Carlitos Balá" y "El Show de Carlitos Balá"...

En cine también hizo "Canuto Cañete y los 40 ladrones", "Canuto Cañete detective privado" "Esto es alegría", "La muchachada de a bordo", "Somos los mejores", "Dos locos en el aire", "Brigada en acción", "El tío disparate", "Las locuras del profesor", "La carpa del amor", "Viví con alegría", "Locos por la música" y "Qué linda es mi familia", con Luis Sandrini.

Homenajeado

El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, el 2017, Balá recibió el diploma de Ciudadano Ilustre en un homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña. En 2016 fue reconocido en los premios Gardel. En 2011 se le otorgó el Martín Fierro a su trayectoria, y en 2016 fue recibido por el Papa Francisco en el Vaticano, en virtud de haber sido nombrado Embajador de la Paz.

"Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando esta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: 'Así terminamos todos'", aseguró Carlitos Balá, en una síntesis de su espíritu positivo, antes del homenaje que le hicieron, en 2017 en la Cámara de Diputados.

Visitó Salta por última vez en el 2016

En octubre de 2016, Carlitos Balá visitó Salta junto con su esposa, Martha Venturiello. En aquella oportunidad, el humorista estuvo el mercado Cofruthos. Compartimos el recuerdo de su última visita.

"'Carlitos nosotras somos tus niñas', nació de los labios de una mujer con su cabello blanco. 'Yo dejé el chupete por vos, ídolo', acotó un hombre mayor. Y desde mi corazón me salió 'mirá como tiemblo', pero de la emoción por ver el respeto y el cariño que brota a cada paso de este grande de verdad llamado Carlitos Balá", publicó El Tribuno.

"Una señora humilde tomó proximidad con el maestro y le pidió permiso para dedicarle una copla. Sus palabras fueron directo al corazón, Carlitos la abrazó y le dio un beso generoso. Numerosas mejillas se llenaron de lágrimas... y cómo no vivir esta realidad, si en frente estaba un predicador de las buenas costumbres", publicó en ese entonces este diario.

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