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La actividad económica muestra un enfriamiento

La variación mensual de julio fue nula, según el Indec, lo que adelanta un segundo semestre con una menor dinámica de crecimiento.
Martes, 27 de septiembre de 2022 01:29

La actividad económica de Argentina se estancó en julio pasado, en medio de un contexto de fuerte tensión política y financiera en el país, con pronósticos de una menor dinámica durante la segunda mitad de este año. Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad económica registró en julio pasado un crecimiento nulo (0%) en comparación con junio último, cuando el indicador había logrado repuntar un 1,2%.

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La actividad económica de Argentina se estancó en julio pasado, en medio de un contexto de fuerte tensión política y financiera en el país, con pronósticos de una menor dinámica durante la segunda mitad de este año. Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad económica registró en julio pasado un crecimiento nulo (0%) en comparación con junio último, cuando el indicador había logrado repuntar un 1,2%.

En tanto, el índice, que sirve como anticipo provisional para medir la variación trimestral del producto interno bruto (PIB), creció en julio pasado el 5,6% en comparación con igual mes de 2021, la decimoséptima subida interanual consecutiva. De todas formas, la subida interanual registrada en julio implica una desaceleración respecto al ritmo de crecimiento interanual que se había registrado en junio pasado (6,9%).

"La actividad económica detuvo su crecimiento en los últimos meses, y muestra claras señales de estancamiento", observó en un informe la consultora Orlando Ferreres y Asociados. Según los datos oficiales, el crecimiento económico acumulado en los primeros siete meses del año fue del 6,4%. Las renovadas restricciones en el acceso a divisas para el pago de importaciones con el objetivo de evitar una mayor caída en las reservas monetarias afectaron a las industrias, por falta de insumos para la producción.

Pero, además, las restricciones exacerbaron las expectativas negativas en los mercados, que reaccionaron con una caída generalizada en el valor de bonos y acciones, y un fuerte salto en las cotizaciones paralelas del dólar estadounidense.

El nerviosismo cambiario rápidamente detonó un alza generalizada de precios en la economía real, con un índice de inflación que se disparó en julio al 7,4% y se ubicó en el 71% interanual, afectando los costos de producción y las decisiones de consumo e inversión. Para la consultora Orlando Ferreres, si bien los riesgos de un mayor declive macroeconómico aún son "altos", la "volatilidad" observada en julio "se redujo". "De todas maneras, no hay lugar para esperar una mejora de los indicadores y el mismo proceso de ajuste restringirá al desarrollo de la actividad", advirtió la firma en un informe.

Según proyectó el propio Gobierno en el Presupuesto 2023 remitido este mes al Parlamento, la economía argentina crecerá este año el 4%, muy por debajo de la recuperación del 10,4 % lograda en 2021, tras tres años de severa recesión. En tanto, para los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central para su encuesta de expectativas, la economía argentina avanzaría este año un 3,6%

 

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