El circo debe ser uno de los pocos espectáculos que mantienen el encanto, el misterio y las fascinación para atraer a las multitudes de niños y adultos.
inicia sesión o regístrate.
El circo debe ser uno de los pocos espectáculos que mantienen el encanto, el misterio y las fascinación para atraer a las multitudes de niños y adultos.
El Tribuno pudo estar en el interior de las carpas, en los ensayos de los malambistas, en el entrenamiento de los motociclistas de globo de la muerte, en el camarín de los payasos y las malabaristas. Con todo a media luz, las familias que allí viven mostraron cómo es el día a día y se permitieron unas horas para recibir a la prensa.
En la intimidad, la familia del circo habla de generaciones. "Yo soy de quinta generación", dijo Gustavo Jovanovich, que es la persona que está al frente de este emprendimiento que es el circo Mundial. Tiene además a sus hijos trabajando con él, que ya serían la sexta generación.
"Yo tengo descendencia de serbia - yugoslava. Yo soy nacido y criado en un circo, y digo que siempre hay cosas para aprender. Antes se trabajaba con animales, ahora no y además vamos viendo permanentemente cómo mejoramos. Ahora en este circo tenemos muchos artistas jóvenes y eso se ve, de alguna manera, reflejado en la cantidad de público que viene a vernos".
En dos semanas que llevan de funciones, colmaron su capacidad en muchas noches por lo que agradecen mucho a los vecinos de Salta.
"Hace muchos años que no venía a Salta. Con mi empresa es la primera vez. Tiene 11 años. La ciudad está hermosa y la gente es maravillosa. Es hermosa la respuesta del pueblo cómo aplaude, cómo se divierten con los payasos, cómo participan. Estoy agradecido con el pueblo salteño", dijo.
El hombre aseguró que el circo es una empresa, pero "que es más familiar" porque están todo el día juntos. Son casi 70 personas las que viven del circo y es por eso que tratan de pasarla de la mejor manera. Administrar, mediar, consensuar cosas en una familia tan grande es muy complejo; especialmente en un contexto de crisis argentina y mundial. "Uno no es ajeno a lo que se vive en Argentina. Venimos de dos años de pandemia cruel en donde la pasamos muy mal. Con mucha fuerza hemos salido, pero uno no está afuera de la inflación, las subas y la devaluación de dólar blue, porque todos los equipos son de afuera, las carpas son de afuera y todo es al valor dólar blue. Las luces con robots y cabezales móviles que se manejan con computadoras se pagan al blue y uno arriesga mucho teniendo todo en carpas", dijo el hombre.
El circo es una mole con capacidad para 1.200 personas sentadas, con un escenario gigante y otro espacio para el Globo de la Muerte y el Péndulo, más las estructuras elevadas de los malabaristas y acróbatas.
La novedad son los malambistas, que le ponen una impronta criolla al espectáculo clásico del circo.
"Yo le digo a la gente que aproveche las vacaciones y el buen tiempo. Este es un circo distinto, no solo la función sino también el sonido, la iluminación. Hay casi 35 artistas en escena y es un deleite de grandes y de chicos. La atracción principal es el globo de la muerte, más la magia, el péndulo y los payasos. Todos hacemos un espectáculo maravilloso. Con la televisión e internet, si te quedás no te conviene, por lo que uno tiene que mejorar con los artistas para poder presentar un buen show y tener la respuesta que tenemos", concluyó Yovanovich.
Los precios son de 1000 pesos para los menores y $1500 para los mayores. De lunes a jueves hay una función, a las 22. Los viernes, sábados y domingos son dos: a las 19.30 y 22. El show dura 2 horas y cuarto y las boleterías están abiertas desde las 10, con todas las opciones de pago "incluidas gallinas, albóndigas, cabras, bombos salteños, etc, etc, etc", remató el payaso Caramelito.
Familias andantes
Inés Zelaya tiene 28 años y nació de casualidad en la provincia de Chaco, en algún pueblo del que ya olvidaron el nombre. Ella no puede decir de dónde es porque su hogar siempre fue andando, rodando, migrando. Su mamá se llama Francis, y es acróbata; y su papá José, y es payaso. La criaron entre medio de los camarines, los ensayos, los bailes, los payasos y los enanos jugando todo el día. Ella es ahora acróbata, fina, elegante de sonrisa perenne y con su hijo Kiaan, de 3 años, que se está criando de la misma manera que ella; entre medio de los artistas.
"Yo pude escolarizarme porque hay una ley que obliga a las escuelas a recibir a los y las niñas de los circos. Con mi hogar andante pude terminar la escolaridad. Yo no veo otro futuro, por lo menos en mí, que no sea el circo. Mi hijo decidirá luego qué es lo que quiere hacer", concluyó la joven artista.