Gladys tenía solo 24 años cuando fue secuestrada y desaparecida por el terrorismo de Estado el 28 de octubre de 1976. Tenía dos hijos y estaba embarazada de un tercero o tercera; es una persona que se sigue buscando. Suponen que la mantuvieron con vida hasta febrero o marzo de 1977, hasta que nació su bebé que fue apropiado por los que ocuparon el poder hasta 1983.
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Gladys tenía solo 24 años cuando fue secuestrada y desaparecida por el terrorismo de Estado el 28 de octubre de 1976. Tenía dos hijos y estaba embarazada de un tercero o tercera; es una persona que se sigue buscando. Suponen que la mantuvieron con vida hasta febrero o marzo de 1977, hasta que nació su bebé que fue apropiado por los que ocuparon el poder hasta 1983.
La mujer era salteña, pero estaba en una finca de la localidad bonaerense de Moreno viviendo junto a Juan Carlos "El Negro" Arroyo y Marta Taboada cuando fueron "chupados" por los grupos de tareas y trasladados a un centro clandestino de detención y exterminio llamado "Puente 12".
Sus hijos Tupac y Fidel tenían 6 y 3 años respectivamente al momento del secuestro. Quedaron en cuidado de su abuela Hortencia, quien fue diputada durante el gobierno de Miguel Ragone (desaparecido el 11 de marzo 1976) y que tras la intervención federal de la Provincia tuvieron una situación económica precaria. Se mantuvieron viviendo en varias casas del conurbano bonaerense con Hortensia vendiendo empanadas y bollos caseros.
Al día de hoy, Fidel no recuerda nada de su madre, es pura imaginación y por momentos se corta en el relato en silencios de dolor y de incertidumbres; al fin y al cabo es un duelo de 47 años que atraviesa su vida de 50 años. Imaginarse eso en la vida de un hijo, que hoy es hombre, que es padre, es ponerse a pensar en los procesos que tardan para llegar a los rituales de la muerte; del descanso eterno. Si al fin y al cabo, a los muertos por el terrorismo de Estado no los dejan descansar en paz y los vuelven a someter al escarnio mediático.
En el mano a mano, Fidel hoy cuenta con dolor las consecuencias de esos años sangrientos; son historias eternas que parecen no tener un final.
En 2009 recibe el llamado del Equipo Argentino de Antropología Forense para comunicarle el hallazgo de los restos de su madre. Ese llamado los inmovilizó durante años hasta que llegó la pandemia por el coronavirus. En medio de las restricciones por la cuarentena salió Fidel, en un automóvil, con su amigo Sebastián Magnasco, rumbo a Buenos Aires. Una aventura única que fue posible gracias a que eran personal esencial.
"Llegamos a la Ex Esma y todo fue muy duro. Me preguntaron si quería hacer el reconocimiento que básicamente es ver lo que quedó de mi mamá", relató Fidel. Ese centro clandestino de detención tiene aún las sombras, los olores y la energía de las atrocidades que se realizaron.
"Yo accedí a ver los restos de mi madre que son solo unos cuantos huesos. Una tibia más otro hueso y un pedazo de cráneo por lo que me dijeron que la mataron con un golpe en la cabeza que puede se un culatazo", se calla, se quiebra, no llora, pero piensa en esa mujer que fue su mamá con 24 años y la compara con los chicos de ahora. Mira la fragilidad que tenían esos jóvenes que querían cambiar el mundo. También su papá, Hugo Aníbal Puggioni, fue secuestrado el 15 de septiembre de 1974, en Buenos Aires, por la Triple A, para luego ser asesinado; también tenía 24 años al momento de su desaparición.
"Todos los familiares de una persona que muere tiene un velatorio que reúne determinados rituales que ya son conocidos por todos y que ayudan al duelo. Mi hermano y yo tuvimos que esperar todo estos años. Pero además, cuando nos dijeron que la encontraron también tuvimos que tener un tiempo de preparación; y no es que estemos totalmente listos", dijo Fidel y dejó abierta la convocatoria para esa ritualidad de duelo.
"Hoy nuestra madre vuelve al regazo de su provincia. Gracias al EAAF dejó de ser una desaparecida retomando su identidad, dejando de ser un cuerpo más de una fosa común, una NN. Vuelve a su barrio donde creció cobijada por su familia, y en ese andar de la infancia y la adolescencia cosechó amistades y se fue construyendo como sujeta política, donde sus inquietudes, su risa y su mirada pícara quedaron marcadas indelebles en las calles de la Villa 20 de Febrero y en la Plaza Evita. Ella vuelve como un símbolo de aquellos jóvenes que quisieron cambiar la historia de un país, de los 30.000 que siguen siendo ejemplo para las luchas que se viven cada día por las injusticias que siguen sufriendo hoy los más humildes", dijeron los Puggioni.
Sin final
En esta historia que parece no tener fin, los hermanos Puggioni siguen buscando, no hay punto para la reconciliación. "Nosotros seguimos buscando a nuestro hermano o hermana, apropiado por los genocidas. Nuestra familia fue atrozmente perseguida por los sembradores del terror. Hoy debería tener 45 años y seguimos con la esperanza de encontrarle. Si alguien tiene algún dato o información debe concurrir o comunicarse con Abuelas de Plaza de Mayo", concluyó Fidel.
El sepelio ya tiene fecha confirmada
El velatorio Gladys se realizará el sábado 8 de abril, en el Centro Vecinal 20 de Febrero, de 8 a 17. Luego se realizará un acto en Plaza Evita donde se colocarán las baldosas de la Memoria de los Desaparecidos y víctimas de la última dictadura militar del Barrio 20 de Febrero. Culminado el mismo, sus restos serán llevados al cementerio de La Silleta.
Gladys del Valle Porcel, apodada "La Zorrita", nació en Salta, el 1 de diciembre de 1952. Casada con Aníbal Puggioni (asesinado por la Triple A en 1974), tuvo dos hijos Tupac y Fidel. Hizo nueva pareja con Fernando Félix Agüero. Éste último también fue desaparecido el 4 de septiembre de 1977, en Villa Carlos Paz. En el momento de su desaparición estaba embarazada de 5 meses. Militante del Frente Revolucionario "17 de Octubre" (FR-17). Sus restos fueron exhumados en el Cementerio de San Martín, provincia de Buenos Aires.