Luego del escándalo llegó la tormenta. El Tribunal de Faltas de la Liga Salteña de Fútbol decidió expulsar de la entidad al presidente del club San Antonio, Franco Bie, tras analizar la polémica que generó por develar un “diálogo privado” a la prensa, que determinó denuncias policiales, custodias de fuerzas de seguridad y un malestar generalizado, que concluyó hace dos días con la renuncia masiva de la Comisión Directiva de “la Villa”.
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Luego del escándalo llegó la tormenta. El Tribunal de Faltas de la Liga Salteña de Fútbol decidió expulsar de la entidad al presidente del club San Antonio, Franco Bie, tras analizar la polémica que generó por develar un “diálogo privado” a la prensa, que determinó denuncias policiales, custodias de fuerzas de seguridad y un malestar generalizado, que concluyó hace dos días con la renuncia masiva de la Comisión Directiva de “la Villa”.
Qué pasó. El renunciante presidente Bie compartió en febrero pasado un diálogo con el titular de la Liga Salteña y actual secretario de Deportes de la Provincia, Sergio Chibán, en donde se esgrimían supuestamente términos desafiantes por su relación perjudicial con el periodista Daniel Murillo.
Bie decidió “compartir” el audio con Murillo, quien lo hizo público, y estalló la bomba, con denuncias incluidas. Luego hubo supuestas amenazas de la barra brava contra su persona por decisiones arbitrales, en donde se sumaron filmaciones de hechos “irregulares”, que luego, ante la Justicia, se habrían “desconocido”.
Ayer, el Tribunal de Faltas de la Liga Salteña, amparándose de varios artículos de la Reglamentación de Transgresiones y Penas, y en lo que cualquier entidad podría considerarlo como “una puñalada por la espalda”, decidió expulsar a Bie, sancionar a su esposa y prosecretaria, Paola Juárez, y al mismo club por el “principio de solidaridad”.
Para el Tribunal hubo una situación que actúa como agente provocador “planteada por un tercero, condiciones objetivas y subjetivas determinante para provocar una reacción de manera interesada, con maniobras canallescas y en evidente connivencia”, que afectan considerablemente a la entidad rectora del fútbol salteño y a todo su cuerpo colegiado.
Aunque los trapos se laven adentro, parece que esta vez el lavarropas necesitará un nuevo “service”, con ajustes incluidos.