El pedófilo tenía 23 años cuando abusó sexualmente de su prima de 8 años de edad. El monstruoso episodio sucedió en 2014, en un paraje del departamento La Candelaria. Traumada por las amenazas del violador, quien le aseguraba que si hablaba mataría a sus padres, la niña recién pudo expresar su tormento cuatro años después, a los 12 años.
inicia sesión o regístrate.
El pedófilo tenía 23 años cuando abusó sexualmente de su prima de 8 años de edad. El monstruoso episodio sucedió en 2014, en un paraje del departamento La Candelaria. Traumada por las amenazas del violador, quien le aseguraba que si hablaba mataría a sus padres, la niña recién pudo expresar su tormento cuatro años después, a los 12 años.
Sus padres inmediatamente hicieron la denuncia en 2018 y al año siguiente, el pedófilo, que vive en Rosario de la Frontera, recibió una condena de cinco años en la comodidad de su casa. Ahora, a casi cuatro años de purgar una privilegiada condena domiciliaria, recibirá el beneficio de la libertad condicional. Mientras tanto, la víctima arrastra un indescriptible trauma por las múltiples secuelas de su abuso.
María (nombre de ficción para preservar su identidad), hoy de 17 años, con el permiso de sus padres relató a El Tribuno el hecho aberrante al que fue sometida y pidió a la Justicia, por el bien de otras niñas, que no le otorguen la libertad condicional y que el tiempo que le queda de condena, que lo cumpla en una cárcel común.
"Cuando yo era chica, a los 8 años, siempre nos juntábamos a compartir en la casa de mi abuelo paterno. Esa noche justo llovía muchísimo y tuvimos que quedarnos a dormir ahí. Como había pocas camas, teníamos que dormir de a dos o de a tres, y a mí justo me tocó dormir con un primo", narró con mucha valentía.
"Recuerdo que llovía y los techos que eran de chapa, sonaban muy fuerte. Esa noche me violó con acceso carnal y después me amenazó para que yo no contara nada. Me decía que si hablaba no me iban a creer y que les iba a pasar algo a mi mamá, a mi papá o mis hermanos". Cuatro años después pudo contarle a su mejor amigo, quien la animó para que les dijera lo sucedido a sus padres.
"Recién a los 12 años edad me animé a contarlo. Yo estaba entrando en la adolescencia y tenía un amigo que me hizo sentir la confianza para contarle y me aconsejó que le dijera a mi mamá, porque era algo que estaba mal y que tenía que hacer la denuncia. Después de eso hablé con mi mamá, inmediatamente llamó a mi papá e hicieron la denuncia", recordó.
La adolescente contó que tras la denuncia debió pasar por la Cámara Gesell, y un año después en el Poder Judicial de Metán el violador recibió una "pobre condena" de cinco años.
"Para mí es una injusticia que le hayan dado tan pocos años, porque yo era muy chica cuando me hizo eso y me arruinó la vida. Tendrían que haberle dado varios años más y no en su casa, sino en la cárcel. Me parece algo muy injusto", recalcó.
Vende en las redes
Muchas veces la Justicia es demasiado benévola con inhumanos que no muestran arrepentimiento y a quienes les sobra desfachatez. El abusador de María tiene Facebook y desde allí comercializa coca y cigarros, además de sacarse selfies con su mujer y sus pequeños hijos y publicarlas en las redes.
Al respecto, la víctima señaló: "Justamente en La Candelaria hay un grupo de compra y venta y él está en ese grupo y desde allí vende coca y cigarrillos. Cuando vi la publicación, sentí mucho miedo porque quizás pueda comunicarse con niños y niñas y hacerles lo mismo que a mí. De tan solo ver una foto de él me aterra y a la vez me indigna que pueda seguir con su vida de manera normal, como si nunca hubiese hecho nada".
"Trato de seguir adelante"
Una niña abusada arrastra daños psicológicos irreversibles, tal es así que, según las estadísticas, el 80% de los abusados termina tomando decisiones drásticas con su vida.
En la actualidad, María, al vivir en un paraje de La Candelaria y por los costos económicos de los tratamientos, no cuenta con ayuda psicológica, pero aseguró que a pesar del dolor "trato de seguir adelante, en el colegio me va bien y tengo mis amistades. Pero la verdad es que me cuesta y me da mucho miedo cuando por ejemplo veo a hombres grandes cerca de niños, o cuando algún hombre que no conozco se me acerca, me da pánico".
"Todas estas cosas todavía estoy tratando de superarlas, todavía no lo logro, pero sigo tratando", aseguró.
Entre otras de las secuelas, contó: "También sufro de insomnio y me pasa que muchas veces la tengo que despertar a mi mamá porque hay momentos en los que no me puedo tranquilizar sola, pero por suerte la tengo a mi mamá y ella siempre me calma y está conmigo".
También manifestó su descontento por el beneficio de la prisión domiciliaria para el pedófilo. "Como dije antes, me hubiera gustado que le dieran más años y en una prisión común. Para colmo ahora me entero que le dieron el beneficio de la libertad condicional. Lo que más bronca me da es que a mí y a mi familia nunca nos avisaron que le iban a dar la prisión domiciliaria, nunca llegó una notificación avisando el porqué de ese beneficio, y para colmo, ahora va a salir de manera condicional", expresó llena de dolor e indignación.
Finalmente, María pidió justicia. "Quiero que se haga justicia porque yo no merecía pasar por eso siendo tan chica y menos con un familiar directo, por eso necesito que se haga justicia, porque ni siquiera, económicamente tuve la posibilidad de tener una psicóloga y todavía me cuesta superar este trauma sola".