La Universidad Abierta de la Tercera Edad (Unate) tiene un "fenómeno" en sus talleres de ajedrez, donde cerca del 80 por ciento de los asistentes son mujeres.
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La Universidad Abierta de la Tercera Edad (Unate) tiene un "fenómeno" en sus talleres de ajedrez, donde cerca del 80 por ciento de los asistentes son mujeres.
"Sí, actualmente tenemos a 60 talleristas, de las cuales 50 son mujeres y solo 10 hombres", dijo el profesor Omar Rojas en diálogo con El Tribuno.
"El ajedrez dentro del área de las neurociencias implica un trabajo cognitivo muy importante, ya que desarrolla la inteligencia, la memoria, el ingenio y la paciencia. Es ideal para adultos mayores, y en estos últimos años son muchas las mujeres que se anotan", dijo el profesor.
En el caso de las personas mayores, el ajedrez es importante para ejercitar la memoria y la atención. Es una herramienta de socialización y de autovaloración, a la vez ayuda a prevenir el Alzheimer, según numerosos estudios.
El trebejista parte de la idea de que para muchos el ajedrez es una "materia pendiente". A las clases van adultas con un mandato social que las vinculaba más a tareas del hogar y menos a lo lúdico.
"Antes este juego era cosa de hombres. Ahora esas mujeres que estaban 'prohibidas' vienen a aprender. Es parte de su salud mental, es un tiempo en que están tan concentradas que se olvidan de los problemas", dijo el hombre.
En los talleres se parte de cero, es decir, desde el reglamento. Se alfabetiza en el juego y de alguna manera se pone énfasis en la didáctica de la enseñanza.
"Yo tengo de talleristas a jubiladas docentes, así que la presión es más grande, porque hay una evaluación de la enseñanza. Pero yo lo tomo también como un aprendizaje constante. Este también es un tiempo de socialización y compañerismo que ya lleva 7 años. Tuvimos a una campeona salteña de los Juegos Evita para Adultos Mayores que se llamaba Stella Maris Gorriz y falleció hace poco. Ahora se realiza un torneo con su nombre. Son todos logros que me emocionan y me llenan de orgullo", declaró Rojas.
El docente dijo que los adultos mayores dejan de ser islas para comenzar a conocer a otras personas de su edad, se empieza a charlar, a aprender juntos y muchas veces se forman grandes amistades entre partida y partida.
El ajedrez genera que las personas de la tercera edad tengan un pasatiempo entretenido y oportunidades para la socialización. Ayuda a mejorar la autoestima, disminuir el riesgo de depresión y fortalecer la salud emocional.
Incorporar el ajedrez a la rutina diaria ayuda a mejorar la plasticidad del cerebro y se ha demostrado que fortalece el razonamiento lógico y de memoria.
Por último, los trebejistas de la tercera edad disfrutan de una mejor salud física. El ajedrez fortalece la retención de información. Investigaciones han vinculado esta actividad a tasas más bajas de demencia en jugadores frecuentes.
"Yo no tengo más que palabras de agradecimiento para El Círculo, que es el club donde funciona la Asociación Salteña de Ajedrez y donde se brinda el taller para los adultos mayores. Debo mencionar a Moisés Torfe como uno de los puntales de esta disciplina en Salta, a quien estamos agradecidos porque gracias a su gestión como dirigente del club nos sentimos como en nuestra casa", finalizó el maestro.
El juego que cautivó a generaciones
El ajedrez tiene origen en Europa, durante el siglo XV, como una evolución del juego persa shatranj. A través de los años, el juego cautivó a generaciones, logrando incluso interés para realizar concursos nacionales e internacionales.
Su práctica requiere no solo de conocimientos y habilidades, sino de gusto, alta concentración e incluso de motivación.
Quienes juegan al ajedrez tienen beneficios sociales, físicos y cognitivos. Las ventajas de la práctica continua del ajedrez están relacionadas a lo intelectual, emocional y social.
Con respecto a lo intelectual mejora la atención, la concentración y la memoria, además de fomentar el análisis, el cálculo mental, la creatividad e imaginación y aumentar el coeficiente intelectual.
Los beneficios emocionales están relacionados a reforzar la capacidad de regular las sensaciones frente al juego, evitar la frustración, el nerviosismo, la ira o la tristeza. También mejora la autoestima, además promover la empatía.
Teniendo en cuenta los beneficios de la práctica, el ajedrez propende la socialización y el trabajo en equipo.
Se trata de un juego de tablero. Los contrincantes son dos y cada uno dispone al inicio de 16 piezas móviles que se colocan sobre un tablero dividido en 64 casillas. Si bien se considera como un deporte, en la actualidad tiene claramente una dimensión social, educativa y terapéutica.
Las competiciones de ajedrez empezaron a organizarse en el siglo XVI. El primer campeonato oficial del mundo fue en 1886. La actividad está considerada por el Comité Olímpico Internacional como un deporte y las competiciones internacionales están reguladas.
Los jugadores compiten a nivel individual en diferentes torneos, aunque también existen competiciones por equipos. Una de las más importantes son las olimpiadas de ajedrez.