En los primeros días de abril de este año se incendió una galería comercial ubicada frente a la plaza Serapio Gallegos, de Cerrillos. Las llamas consumieron todo el local y la mercadería de cerca de unos 40 puesteros.
La situación generó perdidas totales para la mayoría de los emprendedores y la imposibilidad de seguir trabajando. Rápidamente el Estado otorgó a los damnificados un subsidio para sobrellevar en parte el difícil momento y poder arrancar nuevamente con sus actividades.
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En los primeros días de abril de este año se incendió una galería comercial ubicada frente a la plaza Serapio Gallegos, de Cerrillos. Las llamas consumieron todo el local y la mercadería de cerca de unos 40 puesteros.
La situación generó perdidas totales para la mayoría de los emprendedores y la imposibilidad de seguir trabajando. Rápidamente el Estado otorgó a los damnificados un subsidio para sobrellevar en parte el difícil momento y poder arrancar nuevamente con sus actividades.
Hay quienes no pudieron reponerse, otros decidieron pedir permiso en a la Municipalidad local para instalar sus puestos en la plaza principal. Y así lo hicieron. Desde hace poco más de un mes están todos los sábados, de 11 a 20.30, en la vereda que da a calle Rivadavia. Hay artesanías, artículos de repostería, ropa de vestir, de cama; lencería, regalería, entre otros artículos.
“Gracias a Dios se vende. Nos estamos moviendo. La gente del pueblo ya sabe que estamos los sábados, que es el único día que nos autorizaron. El resto de la semana buscamos comercializar nuestros productos a través de Fecebook y de las distintas redes sociales”, contó Karina Rosas, propietaria de un puesto de repostería.
Rosas señaló: “No es sencillo. Cuesta trasladar la mercadería todas las semanas. Al principio cada cual tenía que pagar un flete, con el costo que significa llevar tablones, gazebos, etc. Pero ahora la Fundación Futuro que justo está enfrente, nos presta todas esas cosas que nos permiten ahorrarnos esos gastos, que se llevaban casi toda la ganancia”.
Se trata de una feria familiar de la que participan padres, hijos, hermanos, maridos. Todos colaboran para salir adelante después de un inesperado siniestro, que se llevó todo su capital y su medio de vida.
“Para muchos es el único trabajo, la única fuente de entrada y de sustento, por eso se ve que toda la familia se esfuerza para salir adelante”, explicó la repostera.
Los puesteros contaron que, junto a los cerrillanos. mucha gente llegada de Salta capital y de distintas localidades del Valle de Lerma aprovecha su paso por la localidad y recorre la feria en la que hace sus compras.
“Sería bueno si logramos que nos autoricen un día más, al menos domingo mediodía, que es cuando hay afluencia de gente en la zona centro de Cerrillos. Quiero destacar la celeridad con la que el municipio nos gestionó el subsidio, lo que nos permitió comprar la mercadería para empezar de nuevo. En eso estamos, levantándonos literalmente desde las cenizas”, concluyó Karina Rosas.
Un fuego que arrasó todo
El 9 de abril de este año, un incendio de gran magnitud provocó serios daños en una galería comercial de Cerrillos. El siniestro comenzó percibirse cerca de las 16, cuando una intensa columna se levantó en el corazón de la localidad. Las llamas fueron controladas gracias al arduo trabajo de varias dotaciones de bomberos que acudieron al lugar. También Aguas del Norte colaboró con cisternas.
Las sirenas se escucharon en toda la zona sur de la ciudad de Salta y en otros puntos del Valle de Lerma, causando una gran preocupación.
En la galería funcionaban 38 puestos. Era domingo y se encontraba cerrada, a la hora que se originó el fuego. Se vivieron aquella tarde momentos de mucha tensión, ya en los edificios linderos funciona una importante panadería y un centro médico. Los vecinos temían que las llamas pudieran trasladarse hasta allí.
El incendio fue controlado cerca de las 20, tras varias horas de intenso trabajo. La reconstrucción, según lo previsto, podría llevar varios meses.