¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El plan aguantar y el daño a los chicos

Martes, 06 de junio de 2023 02:27

En la quinta semana de paro, y con una adhesión que va en caída, los autoconvocados insisten en el plan aguantar, con mucha desesperación, por cierto. Los más duros, agitados por algunos sectores políticos, quieren imponer una anarquía. Literalmente, pretenden un tratamiento privilegiado. No les interesa el daño causado a los estudiantes que llevan un mes sin clases e insisten en que se dejen sin efecto las actuaciones judiciales por el bloqueo en Aunor el 25 de mayo último. Así, no reconocen un bien superior, que es el derecho a la educación, ni el rol de la Justicia. No solo eso: pretenden que no se apliquen las normativas laborales por las inasistencias e incurren en narcisismo social. Solo les importa su reclamo y no el perjuicio que ocasionan en el resto de los ciudadanos. Ayer, la capital salteña fue caótica.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En la quinta semana de paro, y con una adhesión que va en caída, los autoconvocados insisten en el plan aguantar, con mucha desesperación, por cierto. Los más duros, agitados por algunos sectores políticos, quieren imponer una anarquía. Literalmente, pretenden un tratamiento privilegiado. No les interesa el daño causado a los estudiantes que llevan un mes sin clases e insisten en que se dejen sin efecto las actuaciones judiciales por el bloqueo en Aunor el 25 de mayo último. Así, no reconocen un bien superior, que es el derecho a la educación, ni el rol de la Justicia. No solo eso: pretenden que no se apliquen las normativas laborales por las inasistencias e incurren en narcisismo social. Solo les importa su reclamo y no el perjuicio que ocasionan en el resto de los ciudadanos. Ayer, la capital salteña fue caótica.

Nadie niega que la economía está en crisis, que el poder adquisitivo está deteriorado y que faltan oportunidades. Hay una realidad, los recursos no sobran. Los salarios de todos los sectores están diezmados. El debate debe ser sobre lo posible, no sobre pretensiones. El Gobierno, dependiendo del mes, destina más del 70 por ciento de los fondos para pagar salarios. Si alguien administrara algún negocio o una empresa y destina ese porcentaje, estaría en serios problemas.

El conflicto docente se desgasta. Y solo quedan algunas acciones piqueteras o aprietes a los maestros que quieren trabajar a través de las redes sociales y mensajes de WhtasApp. No son prácticas democráticas.

Ante este escenario, las herramientas para negociar no solo deben ser económicas. El conflicto pone en el foco si falta gestión del Ministerio de Educación de la Provincia. ¿Fue necesario llegar a este punto? Las paritarias son más cortas y cualquiera puede corroborar que los porcentajes este año están por arriba de la inflación que da el Indec. Pautar varias negociaciones al año puede tener un grave riesgo: cada vez más se abren ventanas para un posible paro de los autoconvocados, que rechazan los acuerdos de los gremios.

Otro punto a analizar: si bien hubo una supuesta mejora en las pruebas Aprender, o mejor dicho se volvió a los niveles prepandemia, la calidad educativa va en franco retroceso. ¿Cuál es la autocrítica que hacen los docentes? Ninguno de los autoconvocados salió, por lo menos, a plantear si algo hicieron mal. La miopía de los manifestantes no los deja ver más allá. Tampoco hay responsabilidad en dar un mensaje a la sociedad sobre cómo se recuperarán los contenidos. La irresponsabilidad es extrema.

Y por esta realidad surgen más preguntas: ¿Cómo el Gobierno puede hacer más eficiente el trabajo en las aulas? El Estado necesita modernizarse y es clave que se haga en la educación. ¿Se puede dar un salto de calidad en este contexto? Si el foco no se cambia, no puede haber un país que le brinde mejores oportunidades a las futuras generaciones. Todo lo contrario, las brechas se estiran. Los estudiantes de la escuelas privadas llevan un mes más de clases que aquellos alumnos que asisten a escuelas públicas y los docentes decidieron no trabajar, sin contar con ningún amparo gremial.

Luego se fastidian cuando se hacen estas comparaciones. Pero no es nada más y nada menos que una realidad.

 

PUBLICIDAD